{mosimage}Otro de los grandes errores de bulto cometido por los denominados expertos bursátiles recala en el cúmulo de recomendaciones negativas que efectuaron a finales del año pasado y principios del actual respecto al sector inmobiliario. Hemos repasado la hemeroteca y no hemos encontrado ningún análisis favorable al sector. Desde mediados de 2005 se acumulan las expectativas negativas sobre este tipo de compañíт­as. La realidad es, una vez más, diferente y las inmobiliarias se defienden como gato panza arriba. Es cierto que se observa una desaceleración en el sector, pero Juan Español sigue comprando pisos, porque en España si no tienes un piso en propiedad no eres nadie.

Los especialistas en el sector inmobiliario, uno de los sectores junto al constructor, que han vuelto a destrozar los informes de situación y estrategia elaborados por los analistas a principios de año, advierten de una desaceleración en la venta de viviendas nuevas y usadas, pero no tan intensa como la pronosticada hace unos meses. La esperada traslación de fondos desde unos mercados a otros se produce con cuentagotas. El inversor y ahorrador español siguen adorando al ladrillo.

A los consabidos empujes que le han dado a este sector la crisis de los valores tecnológicos en marzo de 2000, con el consiguiente aumento de la aversión al riesgo bursátil, y la concatenación de recortes de los tipos de interés, hasta situarlos en niveles míт­nimos históricos, en el caso español la veneración por los inmuebles es algo ancestral, entra dentro de la cultura de todos.

Mi padre (q.e.p.d) sólo se convenció de que habíт­a estudiado Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid y de que el periódico en el que comencé a hacer mis pinitos me pagaba cada mes, cuando decidimos mi mujer y yo hipotecarnos, entonces al 16,5%, y comprar un piso. Mi padre, un labrador de Cuenca, aborrecíт­a, no entendíт­a que el alquiler a veces es más rentable. Para él, como para otros tantos, el sentido de la propiedad estaba muy arraigado de tal modo que si no teníт­as algo en propiedad no eres/eras nadie.

Este sentimiento cierto lo he comentado con mucha gente, del norte y del sur, del este y del oeste, y hay coincidencia generalizada. Por eso, los que han predicado que se producirá un impresionante trasvase de fondos desde los ladrillos a la Bolsa se han equivocado. Síт­ se detectan desde hace meses compras especulativas en Bolsa por los especuladores, valga la redundancia, en inmuebles, principalmente en los chicharros.

Los mejores especialistas del sector inmobiliario han calculado que en el auge reciente de los ladrillos en España, el componente especulativo representaba entre el 15% y el 20% de las transacciones totales. Parte de ese porcentaje, sólo parte, es el que acude desde hace meses a la renta variable, pero no más. Y a lo dicho, a los chicharros.