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ECONOMÍA NO-BLANCA

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 08 de Marzo

En lacartadelabolsa ya me he referido en el pasado a esa parte de la economíт­a que se encuentra al margen de los circuitos oficiales; es esa porción de la producción que no paga impuestos, que es definida como "negra", aunque, ¿lo es en realidad?.

El Paíт­s, durante los díт­as 16 y 17 de enero, publicó un muy buen trabajo sobre la economíт­a sumergida del reino y cuyo autor es José Luíт­s Barberíт­a. De él destaco las tasas a las que asciende la economíт­a negra en distintos paíт­ses: en Grecia, España, Portugal, Italia y, atención, ¡Bélgica!, oscila entre el 22 y el 30% del PIB; en el Reino Unido se sitúa en el 13%, a un 10% asciende en Francia, lo mismo que en Alemania; Paíт­ses Bajos y Escandinavos es donde es más reducida: alrededor del 5%. Es decir, el reino se encuentra a la cabeza (lo mismo que en importe per cápita dedicado al juego, y en ruido soportado por sus sufridos residentes, aunque, en ambos apartados, a nivel mundial).

Bien. ¿Qué demonios sucede con la economíт­a sumergida?.

Si dejan al margen cuestiones formales y éticas, la única diferencia que existe entre la economíт­a negra y la blanca radica en que la primera no se encuentra sujeta a tributación, es decir, no paga impuestos. Vale, pero ... ¡genera PIB!. Me explico.

Si una persona -fíт­sica o juríт­dica- realiza una compra de un bien, o de un servicio, y ese bien, o ese servicio, es incorporado a un proceso productivo, los factores que intervengan en ese proceso productivo serán remunerados y esas rentas gastadas en el marco económico, generando PIB; es más, el bien fabricado será vendido -en negro, o no- dando lugar a una nueva cadena de generación de PIB. Piensen en, por ejemplo, una siderurgia que contrata una asistencia técnica para mejorar su colada continua y a la que paga en negro y que, fruto del estudio de esos profesionales, realiza unas obras de mejora que, nuevamente, son pagados en negro.

En consecuencia, el impacto económico de la economíт­a negra estriba -en el supuesto de que el bien o servicio sea adquirido a precio de mercado- en que el acto económico que a su sombra se realiza no genera ingresos públicos, pero síт­ PIB, debido a que la producción está ahíт­.

El que por innumerables razones deba tributarse por los actos económicos que se realizan, es un tema, pero otro muy diferente es el impacto que la economíт­a sumergida tenga sobre la estructura productiva de la zona contemplada.

Aunque claro, la economíт­a negra tiene un evidente efecto perverso: como el Estado presupuesta unos gastos que debe cumplir, adapta los tipos impositivos de aquellos sujetos pasivos y de aquellas actividades que no pueden sumergirse -caso de los salarios de los trabajadores por cuenta ajena con contrato- a fin de obtener los ingresos necesarios, lo que se traduce en tipos fiscales desmedidos que estos trabajadores no pueden eludir.

En consecuencia, y tras lo dicho, ¿no creen que responderíт­a más a la realidad denominar "Economíт­a No-Blanca" a esta porción de la producción ajena a los circuitos oficiales?.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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