{mosimage}En estos díт­as desempolvamos estadíт­sticas y recortes en memoria de lo que sucedió hace seis años, cuando el  Ibex estaba en los 12.800 puntos, el nivel más alto de su vida en la Bolsa como íт­ndice principal. Son díт­as de sonrisas para aquellos elegidos que vendieron antes del diluvio vendedor, que se produjo a renglón seguido, y de lágrimas para la mayoríт­a de los bolsistas de entonces, atrapados muchos de ellos aún en lo que se dio por llamar valores de la nueva economíт­a. Sexto aniversario de sonrisas fugaces y grandes lloros, porque los valores tecnológicos ¿se acuerdan de las TMT que tanto furor causaron en la época? han recuperado de manera parcial y sostienen cambios promedios muy por debajo de los de entonces.

A mediados de marzo de 2000 se produjo un movimiento de gran alcance que muy pocos de los que estaban dentro de la Bolsa pronosticaron, primero, y lograron desenredar, después. Fue imposible la anticipación debido a la orgíт­a dominante y continuada alrededor de los valores tecnológicos durante años atrás. Fue difíт­cil escapar de la red bajista, porque para eso hace falta mucha experiencia en el mercado, cosa de la que carecíт­an muchos de los participantes de entonces.

El estallido de la burbuja de los valores tecnológicos se llevó por delante a una generación de nuevos bolsistas, que pusieron de moda en Wall Street y éste en el resto de los mercados del mundo, asuntos como la contabilidad creativa y la adoración del becerro de oro de la Bolsa, lo que de manera reiterada llamó Alan Greenspan exuberancia irracional de los mercados.

En medio del estruendo muy pocos acertaron con el recorrido inmediato de los mercados. La mayoríт­a creyó que el final del mundo estaba cerca y que ya no habíт­a nada que hacer, presos, como estaban, del pánico; atrapados, como estaban, bajo los escombros de ruinas millonarias. Olvidó la mayoríт­a, en fin, que la Bolsa es soberana y que abre y cierra sus puertas todos los díт­as. Olvidaron que el dinero es miedoso por definición, pero que siempre busca alternativas. Olvidaron que el fin del mundo, cuando llegue, no está en manos del bolsista.

A partir de entonces se inició una vuelta a los valores clásicos y a los métodos de siempre, con manguerazos de liquidez sucesivos de los bancos centrales del mundo y la Reserva Federal de Estados Unidos, siempre a la cabeza. Constructoras, bancos y valores energéticos han brillado con intensidad desde entonces mientras las otroras famosas TMT siguen postradas. El culto al dividendo ha dominado la situación.

¿Significa ahora que tras seis años de exuberancia de constructoras, inmobiliarias, energéticas y bancos, el dinero se instale, vuelva la vista a las TMT? Lo único que se constata ahora es que las telecos echan a andar de nuevo y que las tecnológicas siguen renqueantes.