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PETRÑ“LEO

Santiago Niño Becerra - Jueves, 16 de Marzo

Voy decir una obviedad, bueno, dos: el petróleo está caro porque: 1) su demanda está creciendo y, 2) cada vez queda menos. El hecho de que el precio del crudo suba ha sido el responsable, por ejemplo, de la cuarta parte del déficit comercial de USA y de la tercera parte del de Francia en el 2005, y como lo que se espera es que su precio continúe aumentando, el impacto que las facturas petrolíт­feras tendrán en las cuentas comerciales de los paíт­ses importadores de crudo será creciente.

Cuando la inmensa mayoríт­a de la gente piensa en petróleo (hagan una encuesta), piensa en energíт­a y en combustible, pero no consideran que el petróleo, de alguna manera, interviene en la fabricación de más de treinta mil bienes, desde fertilizantes a lubricantes, desde fibras textiles a plásticos, desde medicamentos a pinturas, es decir, además de suministrar la mayor parte de la energíт­a necesaria para fabricar lo que sea y para mover lo que se fabrica, el crudo es imprescindible, im-pres-cin-di-ble, para fabricar lo que se fabrica y se transporta.

Un petróleo crecientemente más caro hará que sea más caro fabricar lo que sea y transportar lo que se fabrica pero además, una menor cantidad disponible de petróleo hará que el coste de fabricar y transportar tienda a elevarse de forma exponencial.

Hay quienes argumentan que el precio del crudo se ha incrementado y nada ha sucedido: el mundo no se ha detenido, los automóviles continúan circulando, las fabricas fabricando y las bombillas encendiéndose; el agua mineral sigue embotellándose en botellas de plástico, las paredes pintándose en los colores de moda y las aspirinas tomándose cuando estamos resfriados. Y es muy cierto, pero cada vez cuesta más hacer todo eso y cada vez hay menos pasta para dedicar a otras cosas.

Y cada vez los déficits comerciales de muchos paíт­ses son más elevados, cada vez un mayor porcentaje de los superávits -de los que, de momento, los tienen- han de ser dedicados a sostener divisas con problemas -una, fundamentalmente-, y cada vez la evolución positiva de los crecimientos económicos es menor. Pueden contarnos lo que quieran, pero lo cierto es que tenemos un problemón y, a la vuelta de la esquina, un panorama que ni nos podemos imaginar.

Lo que sucede es que hablar de eso, a) no es políт­ticamente correcto y, b) no tiene una solución elegante ni optimista. Y hoy no se llevan los problemas, ¿verdad?.


Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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