La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

EL MERCADO GIRA ENLOQUECIDO COMO UNA PEONZA, SIN TRASLACIONES

Moisés Romero - Lunes, 29 de Mayo peonza
La Bolsa española, estrecha y provinciana, mantiene una actitud cicatera respecto a los movimientos de fondo surgidos con las diferentes estrategias de inversión de los participantes en el mercado. Cuando vamos a enfilar el cierre del primer semestre y con un varapalo tremendo en los lomos, se repiten los mismos patrones de comportamiento de los últimos tres años. El ladrillo manda, pero no el de nuevo cuño, el de las salidas a Bolsa. Las constructoras e inmobiliarias tradicionales soportan el peso de la magnífica e imprevista evolución del índice en lo que va de año, casi cercenado por un golpe seco y certero. Es el momento de recordar que estos valores y sectores estaban ampliamente recomendados como posiciones de venta desde finales del año pasado y que tras el varapalo resucitan. Además, Telefónica, la gran locomotora, pide paso. Lo que son las cosas.
Lo mismo sucede con los valores de capitalización media y pequeña. Hace ocho meses (8) cundió el sentimiento en la Bolsa española del sobreprecio que estaban pagando los inversores con valores pequeños, chicharros incluidos. Se dijo, además, que fondos especializados en este tipo de compañías habían echado el cierre, bien subiendo las aportaciones iniciales, bien reduciendo el portafolio de compañías para hacerlos menos atractivos.

El fenómeno de la construcción  e inmobiliaria en pura terminología bursátil es insólito y abrumador. Más de tres años de acumulación de fuertes plusvalías no parecen haber dejado ahítos a una selecta clientela de compradores, que mantiene su apuesta por el sector. Cuando le preguntamos a uno de los operadores más importantes de la Bolsa española el porqué de este hecho, responde que las grandes constructoras e inmobiliarias españolas mantienen horizontes con gran visibilidad en sus cuentas de resultados, algo que no sucede con sus homólogas internacionales.

En este capítulo resulta especialmente interesante el descrédito que suscitan las salidas a Bolsa, la gran mayoría con nombres y apellidos inmobiliarios. El mercado de acciones nacional está saturado de este tipo de compañías, pero las selecciona. Las que se asoman por primera vez al parqué desagradan. De puertas adentro del mercado se dice que algunos empresarios quieren aprovechar la época de vacas gordas para desprenderse de sus títulos. Pero cada vez hay menos incautos en el mercado.

La rotación, por tanto, no existe en el mercado español. Se mantienen, en este esquema, las proyecciones en el sector bancario y energético, sin variaciones sustanciales respecto a los cierres del año pasado
 
¿Telefónica? Los agoreros dicen que aún no ha llegado su turno, pero la gran locomotora de la Bolsa española pide paso a gran velocidad después de su gran convención en tierras valencianas. Que nadie olvide que ésta es una Bolsa de sota, caballo y rey. Por eso, en el desplome reciente no hay distingos ni traslaciones de posiciones.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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