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LA CICLOTIMIA APARECE CON EL VERANO

Moisés Romero - Miercoles, 17 de Mayo
{mosimage}Cuentan las crónicas que las altas temperaturas que registra la mayor parte de la Península Ibérica son propias del verano. El cambio climático ha vuelto a jugar una mala pasada y a anticipar las estaciones del año. Por eso, determinados estados de ánimo sensibles a este escenario emergen con fuerza. En este verano anticipado, que también ha llegado a las Bolsas, la ciclotimia alcanza una especial dimensión. Se trata de una psicosis maniaco-depresiva que obnuvila incluso las mentes más frías, a las cabezas mejor amuebladas. Los tipos, en efecto, van a subir como consecuencia de la inflación, pero aún seguirán bajos en promedios históricos. Las Bolsas, no obstante, pierden la compostura.
Cualquier excusa es buena para que los movimientos vendedores, ahora con cierta fuerza, se impongan en los mercados y arrastren al conjunto de las cotizaciones. En un momento en que los principales indicadores bursátiles del mundo habían alcanzado los niveles más altos de los últimos seis años, el miedo a la inflación que viene y a la inherente subida de los tipos de interés ha actuado de revulsivo para realizar posiciones y tumbar los índices con más o menos fruicción.

Para los expertos más fríos resulta lógica la maniobra bajista, porque a muchos participantes en el mercado las plusvalías acumuladas en los dos últimos años comenzaban a quemarles en las manos. No están de acuerdo, sin embargo, con la política de tierra quemada, de las ventas sin distingos, de la pérdida total de equilibrio. Consideran que es el momento ideal para seleccionar una cartera de acciones con capacidad de seguir el ritmo alcista de los últimos años. El mercado, al menos por ahora, no presta atención a la advertencia.

Es frecuente en los movimientos rápidos de la Bolsa, como el actual, que el efecto manada se imponga y que quienes aprovechan el caso para seleccionar valores sean atropellados. Es difícil acertar con la empresa adecuada en el momento justo, porque todo es una impresionante polvareda bajista. Lo normal es que quienes así actúan tengan que esperar algún tiempo para comprobar que sus compras de hoy han dado buenos frutos mañana.

Ciclotimia a raudales en unos mercados exuberantes que desde mediados de la semana pasada sufren, a la vez, del mal de altura. Mala combinación, por tanto, de estados de ánimo y de ahí la saña vendedora que se ha observado en determinados valores del mercado. Los observadores recuerdan, no obstante, que siempre hay remedios para este tipo de patologías, porque insisten en que no se trata de un cambio de tendencia. Sigue vigente la alcista de fondo.

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Moisés Romero




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