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BIENES TANGIBLES, CULTURA FINANCIERA Y AVERSIÑ“N AL RIESGO

Moisés Romero - Viernes, 02 de Junio
sello Siguen cayendo chuzos de punta alrededor de la gran estafa piramidal de los bienes tangibles, que no son otra cosa que aquellos que no son negociados en mercados regulados, con lo que el proceso de formación de los precios siempre pende del hilo de la subjetividad del que maneja la parva.Los fenómenos son viejos conocidos en la historia del ahorro español y se han alimentado, entre otras cosas, de la ignorante picardía popular de creer que hay actores capaces de dar duros a peseta y del miedo, de la aversión a los mercados organizados como la Bolsa. Es más, hasta el estallido del escándalo de marras, la tendencia de la mayor parte de las inversiones en bienes tangibles se había desarrollado sin estridencias a la vez que en las Bolsas se han registrado varias sacudidas bajistas. En los foros de mejor reputación la pregunta es ¿contribuirá el escándalo a la desviación de fondos desde aquí a la Bolsa? La respuesta es negativa.

El análisis es sencillo, pese al empeño manifestado por muchos gestores en los últimos días al tratar de captar nuevos clientes para sus fondos de inversión ante la contingencia de la gran estafa piramidal de los sellos y que amenaza a otros instrumentos como las monedas, el arte, las maderas nobles, incluso los depósitos de bancos importantes que captan clientes on-line. Tan sencillo como es un asunto de cultura, de formación metódica que se consigue con el paso del tiempo. En España, la cultura financiera sigue en pañales respecto a lo que sucede en la mayor parte de los países europeos más avanzados, en Estados Unidos o en Japón, pese al aumento del peso de las familias en la inversión bursátil registrado en los últimos años.

La aversión al riesgo de invertir en Bolsa se ha mantenido en tasas constantes con el paso de los años. Sólo en momentos de euforia se ha detectado una traslación del dinero desde unos mercados a otros. No obstante, el inversor siempre llega tarde a los diferentes ciclos, porque actúa más con el dictado de la avaricia que con el raciocinio y al final siempre se queda atrapado y, lo que es peor, sin capacidad de maniobra y con escasos márgenes de recuperación con el paso del tiempo.

La industria de los fondos de inversión, que tanto dinero maneja desde hace años, tampoco ha contribuido a mejorar este aspecto, sino más bien todo lo contrario. El inversor en fondos, como norma, también suele llegar tarde al ciclo, de tal modo que compra cuando ya todo ha subido y vende cuando justamente hay que hacer lo contrario. El flujo de dinero hacia los fondos y su ubicación en cada ciclo certifica este hecho.

Por eso, los mejores observadores consideran que el fenómeno en cuestión no va a mejorar las cosas en lo que respecta al aumento de circulante camino de la Bolsa, porque, entre otras cosas, son públicos distintos. Sí puede darse un nuevo repunte especulativo y extralimitado en asuntos del ladrillo, porque este público entiende que los inmuebles son siempre seguros. Hasta que dejen de serlo.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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