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TIPOS DE INTERÉS Y LA BÚSQUEDA DE LA NEUTRALIDAD HISTÑ“RICA

Moisés Romero - Jueves, 08 de Junio
neutralidad Que los bajos tipos de interés registrados en Estados Unidos hace año y medio, como los que ahora se dan en la zona euro, es un fenómeno excepcional, histórico y, quizá, irrepetible, es algo en lo que coinciden todos los observadores. Hay coincidencia, también, en que las tasas de interés oficiales tenderán en los países más industrializados hacia niveles de neutralidad, que es algo así como el promedio histórico sobre el que las economías se balancean con comodidad. El cambio de hábitos en los diferentes ciclos económicos trastoca de manera sustancial, sin embargo, este análisis y, con frecuencia, los bancos centrales se encuentran en un callejón sin salida. Por ejemplo, se desaconseja dinamitar la estructura hipotecaria de amplias zonas del planeta con las obligadas subidas de tipos de interés. No obstante, no hay otra fórmula eficaz, por ahora, para combatir las tensiones inflacionistas que las emanadas de la política monetaria apoyada, a su vez, en una adecuada disciplina fiscal. El BCE ha subido los tipos de interés en 0,25 puntos, hasta el 2,75%.

Ahora que los mercados se revuelven inquietos, dentro de una ceremonia de la confusión que se inició hace un mes, cuando el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos no dio por cerrado el ciclo alcista de los tipos de interés; ahora que el Banco Central Europeo se prepara para subir los suyos, los mejores analistas del mercado discrepan sobre la idoneidad de la subida esperada y, lo que es más importante, sobre el potencial recorrido de las tasas a corto y medio plazo.

Hay estudiosos que se han rasgado las vestiduras en los últimos días respecto a las alzas de los tipos de interés que se pregonan, al considerar que éstas cercenarán la actividad económica debido al retraimiento del consumo privado, el principal valedor del entramado económico actual. El auge hipotecario, la progresión del endeudamiento de particulares y familias, ya en niveles históricos, la precariedad del empleo y la deslocalización empresarial se convierten en dardos envenenados cuando los tipos suben. Por eso, son muchos los que desaconsejan agitar las aguas relativamente tranquilas de los tipos de interés.

Los bancos centrales parecen haber decidido, con todo, seguir adelante en el proceso de endurecer las políticas monetarias, hasta ahora excesivamente laxas. Consideran, así, que los tipos deben subir hasta aproximarse a niveles neutrales. Aquí coinciden todos los miembros del BCE que han disertado sobre el asunto en los últimos días como Liikanen, Constancio y el propio Papademos.

Hablar de neutralidad de los tipos de interés en la zona euro es proyectar movimientos por encima del 4% a medio y largo plazo. A corto plazo, la subida puede llegar hasta el 3%, porcentaje que la mayor parte de los expertos da por válido.

Para las Bolsas, el miedo está tanto en los efectos colaterales de las subidas, como son el pinchazo de las burbujas inmobiliaria y de los bonos, como en el mantenimiento de las expectativas de nuevas subidas, porque éstas siempre provocan el retraimiento del dinero, más, incluso, que las propias alzas de los tipos de interés.  

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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