EL AROMA INCONFUNDIBLE DE LAS RECOMENDACIONES

El gentío anda cabizbajo, porque volatilidades extremas como las de las dos últimas semanas expulsan al inversor pequeño del mercado; los especuladores se han enzarzado, al mismo tiempo, en un pela bronca contra la tendencia, sabedores de las ingentes plusvalías que pueden acumular en corto espacio de tiempo si consiguen montarse en la ola. Otra cosa es que lo consigan. Con frecuencia, los trastazos son muy fuertes y dejan fuera de juego a una gran mayoría. En esta representación están, también, los observadores de siempre. No les tiembla el pulso y tratan de indagar las razones primeras de esta gran confusión. No han perdido la calma y advierten de la irrupción en el mercado de recomendaciones positivas para muchos valores cotizados por parte de la gran banca de inversión.

De puertas adentro de la Bolsa, se percibe con suficiencia el aroma inconfundible de las recomendaciones favorables realizadas por la gran banca de inversión para un puñado de valores. La mayor parte de los actores no ha prestado atención al asunto, porque tienen el ánimo encogido, el corazón en un puño por la violencia que dibujan los principales índices en apenas unas horas. Ha sido frecuente desde hace dos semanas la variación intradía del 2%, algo que tenía olvidado el mercado. Un porcentaje de variación concretado por la circulación en ambos sentidos. Es decir, en varias jornadas la Bolsa ha comenzado perdiendo más del 1% y terminando con alzas próximas al 2%, y al revés.

Se quejan los pequeños inversores de que actuaciones tan despiadadas como éstas los expulsan del hasta hace poco paraíso de la Bolsa. Es como si el Ángel Exterminador  hubiera decidido arrojar a todos de los jardines del Edén. No obstante, la inmensa mayoría no ha esperado a que les abran las puertas de salida. Se han arrojado por las ventas, han huido aprovechando el más mínimo resquicio. Pero tarde o temprano, volverán, porque así está escrito el libro de la Bolsa.

Los mejores escribanos son los grandes bancos de inversión, porque son los que manejan las mayores cantidades de dinero y los que controlan los flujos de fondos desde unos mercados a otros. También, son los mayores depositantes de fondos y, por supuesto, muy activos en los mercados de opciones y de futuros, que son los protagonistas del momento. La gran banca de inversión, principalmente la anglosajona, no ha perdido la compostura y vuelve a la carga con recomendaciones de compra. Apenas hay advertencias de venta.

La actuación de estos grandes actores hay que analizarla con especial interés, porque al margen de las creencias particulares sobre las denominadas murallas chinas, las recomendaciones, sean en una u otra dirección, son siempre la antesala de variaciones importantes en los índices. Digamos que se trata de un fenómeno de anticipación controlado por quienes tienen la sartén por el mango. Las recomendaciones, en fin, vuelven y la mayoría son positivas.

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Moisés Romero