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LOS BANCOS CENTRALES ECHAN GASOLINA AL FUEGO DE LAS FALSAS EXPECTATIVAS

Moisés Romero - Lunes, 12 de Junio
gasolinaLos manuales de la Bolsa deben ser revisados con la misma rapidez con la que suceden los acontecimientos, porque los axiomas de hoy no sirven para mañana ni los de mañana para el día siguiente. Hay, no obstante, renglones derechos, que el tiempo no ha logrado torcer. Por ejemplo, que los mercados cotizan expectativas y que éstas pesan más que el presente. Ahora que están de moda asuntos como el resurgir de la inflación y el alza de los tipos de interés, conviene recordar este hecho. O dicho de otro modo, la Bolsa teme más la incertidumbre generada por los máximos responsables de los bancos centrales sobre el incremento de la inflación y la consiguiente subida de los tipos de interés, que a la inflación de ahora y a los tipos de interés dominantes. Los mandatarios, en fin, han echado gasolina al fuego del deterioro de las expectativas, muchas de ellas falsas como demuestra la realidad bursátil.

Lo que conviene averiguar es si la política de inquietudes manifestada por los principales portavoces de los grandes bancos centrales está coordinada y meditada o, como suele suceder, si todo obedece a sentimientos propios no consensuados. Vayamos un poco más lejos. Lo importante en estos momentos es saber si, en efecto, los prohombres de la economía mundial quieren desactivar de manera conjunta las bombas de relojería de la inflación de activos antes de que estallen y arrasen al mundo o si, como acontece con frecuencia, cada uno hace la guerra por su lado, caiga quien caiga.

Hay más. Ha llegado el momento de comparar, sin miramientos, los discursos de los presidentes de la Reserva Federal de Estados Unidos, que es la que dirige la nave de los mercados. Alan Greenspan contribuyó de manera decidida a la creación de las grandes burbujas de las Bolsas, renta fija, commodities e inmobiliaria a través de movimientos contundentes de los tipos de interés e inyecciones masivas de liquidez al sistema sin intervenir en los males de fondo, el fiscal y el presupuestario, de la economía estadounidense. Con ello, logró evitar el derrumbe y el estallido de las burbujas ¿Qué hará Bernanke? Dicen que el discípulo siempre sigue al maestro, pero que hay díscipulos díscolos, contestones. 

Jean Claude Trichet, gobernador del Banco Central Europeo, es de lo que también hablan claro. El jueves advirtió en Madrid de la persistencia de los riesgos para la estabilidad de precios relacionados con el alza del crudo y la amplia liquidez en el mercado, y señaló que el BCE barajó una subida de tipos de 0,5 puntos antes de decidirse por aplicar un incremento de 0,25 puntos, hasta el 2,75%. A eso se llama echar gasolina al fuego. Lo mismo hizo la Fed, por cierto, hace dos semanas.

Trichet sigue el patrón del discurso de la Fed y afirma que el crecimiento sigue siendo robusto y los riesgos para los precios se mantienen al alza; que el precio del dinero se encuentra en niveles históricamente bajos; que la liquidez sigue siendo abundante y que la política monetaria mantiene su carácter acomodaticio.

Ahora los mercados barruntan que el crecimiento económico se resentirá; que los resultados de las empresas reducirán el ritmo de subida logrado en los últimos años; que el alto nivel de endeudamiento de las familias ocasionará problemas de impagos a las entidades y que todo está muy caro. O sea, que las expectativas eran falsas.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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