La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

MIENTRAS HAYA OPERACIONES CORPORATIVAS HABRÁ VIDA

Moisés Romero - Viernes, 16 de Junio
Es el peor momento para bajar la guardia y para hacer las maletas e irse de vacaciones. Los varapalos han sido de época y han superado, incluso, las previsiones más pesimistas. O dicho de otra manera, gran parte del desaguisado ya está hecho y no cabe esperar que se cometan atrocidades como las vistas en las últimas cuatro semanas. Ello no significa, sin embargo, que el timonel de la Bolsa consiga enderezar el rumbo de manera súbita. Lo normal es que pase el tiempo hasta que los participantes en el mercado se repongan de las heridas. Es el peor momento, en fin, para bajar la guardia, porque los buitres, aquellos viejos tiburones, husmean entre la carroña. NH Hoteles es el primer eslabón de una cadena de operaciones corporativas.
Mientras haya movimiento de fondo entre las empesas cotizadas, tal es el penúltimo caso de NH Hoteles, habrá vida en la Bolsa, porque una operación empuja a otra y ésta anima a los especuladores y operadores más aguerridos para indagar otra más. Es el juego ancestral de la Bolsa, el de la búsqueda de expectativas, el de la conformación de ilusiones y de operaciones fantásticas. Otra cosa es que luego la realidad confirme las proyecciones ideadas antes.
 
En este, como en otros apartados de la vida, suele resultar peligroso echar las campanas al vuelo antes de que terminen las ceremonias y, al revés, tratar de enterrar al enfermo, darlo por muerto cuando aún mantiene el pulso, por muy débil que sea. Desde mediados de mayo escuchamos y leemos mil y una interpretaciones del pésimo estado de salud de las Bolsas del mundo y del desplome de los precios de los activos negociados. En España el fenómeno ha coincidido, además, con la enorme estafa piramidal de la filatelia.
 
Los expertos buscan referencias y manejan proyecciones desde hace un mes y lo más seguro es que vuelvan a errar en sus pronósticos. La gran mayoría, por ejemplo, da muerta a la Bolsa durante una larga temporada y, lo que es más interesante, doblan su apuesta por la consecución de nuevos mínimos anuales en los principales índices del mundo a corto y medio plazo. Es decir, consideran que la baja aún no ha terminado. La vieja ley del sentimiento contrario determina que cuando la mayoría se inclina hacia un lado, la barcaza se hunde, porque el mercado hace justamente lo contrario.
 
Desde los foros mejor reputados, aún en manos de los analistas más fríos, se insiste en que la corrección de los mercados ha sido directamente proporcional a la sobrerreacción alcista previa, a la exageración y sobrevaloración de los precios, pero que todo tiene siempre un punto de equilibrio y que éste muy bien podría estar más cerca de lo que la mayoría considera. Recalcan, sin ambages, que mientras existan operaciones corporativas en marcha, la Bolsa no morirá.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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