La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Working Paper AJ47/1T ? 8

Santiago Niño Becerra - Viernes, 30 de Junio

(For Your Eyes Only)

Para Estados Unidos, la crisis significó el fin del poder absoluto que había ostentado desde el fin de la guerra de 1939 y, sobre todo, desde 1991. El país mostraba un estado caótico en el que continuos conflictos sociales contribuyeron a la degradación de las estructuras administrativas. La gran cantidad de personas en posesión de armas de fuego jugaron un destacado protagonismo en el proceso. Estados Unidos ya no pudo recuperarse de ese descalabro, lo que influyó en la fragmentación de facto del país en varias agrupaciones territoriales hasta la creación de la Federación Planetaria de Corporaciones en el 2040.

Continuando en el entorno anglosajón, el Reino Unido fue mucho menos afectado por la crisis. El hecho de que el Reino Unido estuviese tan sólo parcialmente involucrado en varios de los acuerdos internacionales vigentes antes del período de crisis, le ayudó a capear con mucha mayor soltura los efectos negativos de la depresión al poder actuar con mayor libertad en su toma de decisiones. (Recordar que el Reino Unido nunca se incorporó al área monetaria europea entonces vigente. Ver Anexo G).

En el entorno del territorio denominado Europa, dos de los países que más sufrieron con la crisis y con la posterior depresión fueron Alemania y España, especialmente este último. Alemania, ya desde el 2008, entró en una especie de parálisis que afectó a todas las instituciones del país y a todos los niveles, y que imposibilitó la materialización de iniciativas diseñadas por las distintas administraciones, este hecho se vio amplificado por los desequilibrios que se fueron generando a lo largo de la primera mitad de la década del 2000.

El caso de España fue muy distinto. España, desde 1992, había desarrollado un particular modelo de crecimiento basado en el endeudamiento privado, en la construcción, en el mantenimiento de una industria con una muy reducida productividad y en un turismo de bajo valor adquisitivo, además, a España, desde dicho año, le había beneficiado ‘estar de moda' a nivel internacional. Este modelo entró en crisis en el 2007, estallando un año después.

La coordinación internacional y las medidas minimalistas puestas en marcha a partir del 2009 evidenciaron las carencias de España lo que aún degradó más su situación interna, agravada por el elevado número de emigrantes -15% de la población en el 2009- faltos de empleo desde los primeros momentos de la crisis. En este contexto, la población española fue una de las que más padeció los efectos de la depresión debido a que, aunque España pasó a ser imprescindible en el tránsito energético entre Africa y Europa, su población no se benefició de tal situación.

Por otra parte, el hundimiento de los subsectores tradicionales de la economía española -automóvil, construcción y turismo- provocado por la situación internacional, abocó a España a una práctica parálisis económica; a ello contribuyó la desaparición de las ayudas europeas y estatales, lo que provocó una caída generalizada en el nivel de vida, sobre todo en las zonas receptoras de tales ayudas.

A Francia, el período de crisis le hizo entrar en una situación de semiparálisis. Cuando, a finales del 2007, la crisis comenzó a dibujarse, Francia llevaba años en declive; el período de crisis afectó en gran medida al país debido a que esta produjo el colapso de algo fundamental para la economía y para la sociedad francesas: en entorno exterior. A partir del 2010 fue mejorando la situación, sin embargo, y debido a su pasado y a su cultura, Francia fue un país que vivió especialmente mal el período depresivo.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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