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Cambio de ciclo

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 05 de Julio

Hasta cuatro veces, no dos ni tres, ¡cuatro!.

Cuatro fueron las veces que el Sr. David Vegara, secretario de Estado de Economía se refirió, en el curso que recientísimamente ha impartido en la Universidad Menéndez Pelayo, a un posible cambio de ciclo. Después de lo que Uds. han leído durante los pasados días en lacartadelabolsa ya saben que eso no va a suceder durante el próximo año, llegará un poquito más tarde, sin embargo lo más sorprendente es que sea ahora cuando alguien que se encuentra en un Gobierno planté abiertamente el problema que, en realidad, tiene el reino: un modelo económico inservible.

Coincidiendo en el tiempo con el curso del Sr. Vegara, la fundación CONEC ha presentado en Madrid su anuario correspondiente al año 2006, y las conclusiones del mismo son demoledoras: el tejido productivo español es inadecuado para afrontar los requerimientos económicos -que hoy ya son presente- debido a que los subsectores estrella de la economía del reino son generadores de bajo valor añadido y, evidentemente, los bienes y servicios que en esos subsectores se fabrican y elaboran incorporan muy reducidas dosis de tecnología productiva.

Se dijo que la solución a lo que el Sr. Vegara planteaba consistía en que España cambie su modelo productivo, y que el problema denunciado por el anuario de la fundación Cotec se solucionaba a base de desplazar el modelo productivo español hacia subsectores con un mayor contenido tecnológico. Como pueden apreciar, idéntico diagnóstico con diferentes palabras.

El modelo económico español está agotado, Uds. ya lo han leído aquí y en otros foros (muy pocos) ya ha sido dicho. El diagnóstico es claro: España llegó 1,5 siglos tarde a la Revolución Industrial y en los 60 y 70 se convirtió en la China y en la Eslovaquia del momento; luego, en los 80, quiso seguir pensando que todo seguía igual y el turismo continuó permitiendo que España continuase viviendo en ese sueño; después, en los 90, la construcción, el endeudamiento privado y los fondos europeos han hecho que la inmensa mayoría, incluidos los políticos, quisieran creer que, como en el film de Howard Hawks, de 1946, el sueño sería eterno. A mediados de los 2000 algunos -¡aún poquísimos!- dicen lo que hace décadas ya era obvio: que el sueño ya no da más de si.

Uds. verán como, a partir de ahora, un ciento y la madre se apuntan a dar soluciones, a realizar análisis, a decir que esto es, y no aquello, lo que debe hacerse. Ahora. Pero ahora ya no hay tiempo, el plazo concluyó, y esto ya no hay quien lo arregle, porque no es un tema de invertir más en I+D+i+d, es un tema de voluntad, de cultura, de historia, de percepción, y en eso, aunque se quiera, no se pude invertir para obtener resultados mañana.

Ya he utilizado este verso de Joan Manel Serrat, pero vuelvo a hacerlo: la ocasión lo justifica: "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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