La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

CUIDADO CON LA PROPAGANDA EN TIEMPOS DE EUFORIA O DE CRISIS

Moisés Romero - Lunes, 14 de Agosto
Hay agitadores osados que proclaman a los cuatro vientos frases tan absurdas como comprar cuando baja y vender cuando sube, para volver a empezar. Conocemos a muchos seguidores de la Bolsa que se han arruinado por seguir este método. Falla más que una escopeta de feria, porque nunca se acaba de acertar el momento oportuno, de tal modo que un actor puede comprar en la primera bajada, creyendo que el aserto es infalible, y verse atrapado por los siglos, porque la bajada continúa y, lo que es peor, el valor elegido no logra levantar cabeza. Otros, también arruinados, hicieron caso a los predicadores de comprar a la baja para promediar, es decir, ir reajustando la cartera de manera sucesiva conforme caen los precios de las acciones en el haber. Llega un momento en que se secan los fondos y de ahí a rezar. Lo mismo sucede cuando el mercado, como ahora, sube y sube ¿cuándo hay que vender según la proclama del principio? En cualquier caso, en la actualidad está de moda la propaganda de los derivados, que son droga dura.

La secuencia publicitaria dice más o menos así "¿quién dijo que no se podía ganar dinero en tiempos de crisis? ¿Quién dijo que no se pueden hacer fortunas cuando las Bolsas bajan? Nosotros tenemos la solución. Utlizamos y ponemos a su disposición las mejores herramientas en derivados, lo que nos permite rentabilizar su dinero en épocas de caídas bursátiles" La propaganda la utilizan en los últimos días algunos bancos medianos on line y otras tantas sociedades de Valores y Bolsa. Se trata de atrapar al mayor número de seguidores del mercado, porque el ansia de ganar dinero es algo que perdura con el paso de los siglos.

La propaganda, como sucede con la mayor parte de las campañas publicitarias, esconde asuntos de vital importancia y transmite verdades a medias, que es lo que peor puede pasar cuando uno entra en el mercado a pecho descubierto. Está claro que se puede ganar dinero a la baja a través de la venta de futuros, pero la pregunta es la misma que al principio ¿cuándo hay que vender y cuándo hay que recomprar los contratos vendidos para que nos coja el toro?

Descubrir a estas alturas que un inversor avezado puede utilizar los derivados para acometer mil y una actuaciones en los mercados es algo baladí y fuera de concurso. Aquí, lo importante es el momentum, acertar con el tiempo justo, la hora exacta y el lugar idóneo. Si se logra conseguir esto no hacen falta derivados ni bolas de cristal, porque se comprará cuando la caída ya ha llegado a su fin y se venderá cuando los precios ya no pueden estirarse más.

Viene a colación el caso por varias razones. A la apuntada del auge de la publicidad de intermediarios financieros que cantan las excelencias de este método se unen las graves pérdidas en las que han incurrido los denominados buscadores de oportunidades, porque han entrado de lleno en la Bolsa antes de tiempo pensando que la subida ya había finalizado y vendieron hace semanas contratos de derivados, que han tenido que cerrar con pérdidas millonarias.

Como siempre, una cosa es predicar y otra dar trigo; una cosa es la teoría y otra la realidad. Ya conocemos de sobra la fábula de los ratones y el gato ¿quién le pone el cascabel al gato? O dicho de otra manera ¿cuándo hay que comprar, cuándo que vender con este método al que los publicistas catalogan como infalible?

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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