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Banco Central

Santiago Niño Becerra - Martes, 25 de Julio

No, no me refiero al banco ahora integrado en el grupo Santander-Central-Hispano, si no al más conocido como Banco de España.

Se ha producido el relevo de su gobernador -¿han reparado en que su máximo responsable no es ‘director', ni ‘presidente'; es ‘gobernador'?, curiosa esa reminiscencia semimilitar, ¿no?-, bien, decía que en su cúpula se ha producido un cambio (bueno, varios).

Pienso que del gobernador saliente, el Sr. Jaime Caruana, uno de los aspectos que la historia destacará más, será su machacona, su insistente referencia al excesivo endeudamiento de los españoles en estos últimos años, y sus reiteradas llamadas a las instituciones bancarias a fin de que aguzasen la prudencia a la hora de conceder créditos, hipotecarios, y no hipotecarios. El Sr. Caruana, a la primera oportunidad que tenía, do quiera que estuviese impartiendo una conferencia o realizando un comentario, aprovechaba para sacar el tema. Encomiable.

Es de suponer que el nuevo gobernador, el Sr. Miguel Angel Fernández Ordóñez, continuará por el mismo camino, y digo que es de suponer, porque hoy, el banco central de un país integrado en un área monetaria, eso es lo que, fundamentalmente, debe hacer: vigilar, advertir, poner sobre la mesa, incluso, incordiar empujando hacia la prudencia.

Antes de que el área del euro existiese, los bancos centrales de los países que ahora la forman tenían un peso en la vida económica -pero, también, política- excepcional, sobre todo desde que fue admitido el principio de que los bancos centrales debía ser independientes de las posibles veleidades de los políticos. Sin embargo, y por favor, entiendan lo que quiero decir, la importancia, hoy, de los bancos centrales de los miembros de la UEM es muy, pero que muy limitada y, de hecho, más va a serlo en el futuro.

La tendencia -en todo- apunta a la coordinación, a la homogeneización, a la estandarización (no lo digo peyorativamente, de verdad), por lo que, hacia lo que se tiende es hacia una autoridad general que marque unas normas, que tome unas decisiones, que los afectados sigan y cumplan; con consenso, claro, pero cuando esas normas, esas reglas sean elaboradas y admitidas, ¡a formar!. La UEM, es un inicio; las NICs, otro; los dictámenes de la OMC, otro más.

En un contexto como ese, lo que antes se denominaba ‘la autonomía de los bancos centrales' va a disminuir ostensiblemente. No digo que vaya a ser ni bueno ni malo, tan sólo que va a pasar porque, pura y simplemente, va a ser necesario. Por lo que a mi me toca, sólo espero que el Servicio de Estudios del Banco de España continúe siendo tan excepcionalmente bueno como ahora es, que lo continúe siendo con el nuevo gobernador, con el próximo, y con el que venga después.

(Por cierto, ¿se han percatado de que varios de los altos cargos nombrados por el gobernador entrante son mujeres?. Ya lo he dicho aquí en otras ocasiones: el futuro es de la mujer; ya lo verán).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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