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EL PODER DE LOS TIPOS DE INTERÉS, MAYOR QUE EL DEL FACTOR GEOPOLÍTICO

Moisés Romero - Miercoles, 16 de Agosto
Observadores, inversores, analistas, estrategas y participantes en el mercado, en general, han examinado con detenimiento los últimos acontecimientos bursátiles, las causas de los recientes desatinos y de los incrementos de la volatilidad, al considerar que de la adecuada relación entre causa y efecto se obtendrá el éxito de las nuevas incursiones en el mercado ¿Cuál es la razón de fondo? Conforme pasa el tiempo y los mercados reaccionan en una u otra dirección, el factor tipo de interés tiene más peso que el factor geopolítico, al que tanta presión mediática ha estado sometido por el conflicto bélico en Oriente Próximo y el ataque terrorista frustado en el Reino Unido. Una vez más, la Bolsa no sabe de guerras ni de muertos y se enfrasca en sus propios fundamentales. Una vez más, las Bolsas miran para otra parte cuando los conflictos afectan a zonas de escaso peso en el PIB mundial, aunque tengan efectos perniciosos inmediatos en temas como el alza del crudo. Al mismo tiempo, conviven con la incertidumbre del terrorismo internacional.

Casi dos meses después, la brizna inflacionista que provocó el incendio vendedor en los mercados es pura ceniza expandida por el viento. El 9 de mayo los cimientos de las Bolsas del mundo temblaron, porque sonaron algunas alarmas inflacionistas, que comportarían mayores alzas de los tipos de interés. Desde entonces, los incrementos de la volatilidad han sido notables, hasta superar los promedios de los dos últimos años y la huida de los inversores de los mercados se ha dejado notar en los volúmenes de negocio.

En el entreacto surgió la guerra en Oriente Próximo y volvió la zozobra a las Bolsas del mundo amedrentadas por el alza de los precios del petróleo y el miedo inducido a mayores presiones inflacionistas y, por derivación, tipos de interés más altos. Un buen día de julio Bernanke decidió coger los mandos del avión de los mercados y en una disertación que apenas duró 10 minutos en el Congreso de Estados Unidos insinuó que la economía de la primera potencia mundial empezaba a renquear. Los mercados entendieron que el final del ciclo alcista de los tipos de interés en Estados Unidos estaba próximo.

Días después, el número de muertos en Oriente Próximo era mayor y más violentos los combates, pero los mercados enfilaban el Norte, que es el punto cardinal de la subida. Es más, los índices principales volvían a coquetar con los mejores niveles del año. Se confirmaba que, al menos en esta ocasión, el factor geopolítico tenía una influencia relativa en el comportamiento de los mercados y que es la espada de los tipos de interés la que más tiñe de rojo las cotizaciones.

El penúltimo acicate vino hace unos días de la mano de un ataque terrorista de gran calado frustrado por Scolant Yard. Hubo miedo en los mecados, pero en ningún momento pánico vendedor. Es más, al final del día todo quedó en un pequeño susto, con recortes promedios en los principales indicadores de las Bolsas del mundo iguales o inferiores a los de un día malo cualquiera. Penúltima prueba de la convivencia, aunque sea aparente, de la vida financiera y la incertidumbre geopolítica. 

Los tipos, en fin, pesan más ¿y ahora qué? Las probabilidades de que la Reserva Federal suba las tasas de interés en septiembre se encuentran en su menor nivel en seis semanas tras difundirse el informe del Libro Beige de la Fed sobre las condiciones económicas regionales. Dicho informe mostró una desaceleración de la economía. De hecho, indicó que la economía estadounidense en general creció entre junio y mediados de julio, pero algunas regiones reportaron una desaceleración en la actividad, junto a algunos informes aislados sobre alzas en los precios. Los distritos de Filadelfia, Cleveland, Richmond, Chicago, Dallas y San Francisco reportaron caídas en las tasas de crecimiento, según el Libro Beige

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Moisés Romero




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