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LAS GRANDES EMPRESAS SIENTEN MIEDO AL FUTURO TRES AÑ‘S DESPUÉS

Moisés Romero - Miercoles, 06 de Septiembre
negro Cuando más arreciaba la calor, en pleno agosto, la gran banca de inversión lanzó un  mensaje estremecedor. Por primera vez en tres años las grandes empresas del mundo tienen miedo al futuro. Ya no se descorchan botellas de Möet Chandon y los que más pronto se anticipan a lo que ha de venir, se aprietan el cinturón. Malas noticias para las Bolsas en términos de valoraciones aunque los resultados del primer semestre han vuelto a superar las previsiones más optimistas. Esta es, precisamente, una de las claves del futuro. Los ciclos económicos, de mayor o menor duración, siguen vigentes y no es posible mantener crecimientos en el beneficio superiores a los dos dígitos de manera constante, ininterrumpidamente. Por eso, los apuntes empresariales del tercer trimestre serán analizados con mucho detenimiento.
Los líderes empresariales mundiales han expresado su preocupación y pérdida de confianza por el deterioro de las condiciones de sus compañías por primera vez desde hace tres años, ya que consideran que los mercados tarde o temprano entrarán en zonas de turbulencias a la vez que temen la anunciada recesión en Estados Unidos. Así se expresaba hace poco en el Índice de Confianza de Goldman Sachs divulgado hace apenas un mes.
 
Este índice, que está basado en la opinión de los presidentes de grandes compañías de todo el mundo, está considerado como uno de los principales indicadores del estado de los negocios a nivel mundial y, sobre todo, como un referente a la hora de conocer el sentimiento de las empresas. El índice global de confianza empresarial ha pasado de marcar 71 puntos a rebasar la línea divisoria de los 50 y situarse en los 42 puntos. Los 50 puntos suponen la frontera entre los ejecutivos que piensan que las condiciones mejoran y los que aprecian un futuro más negativo.
 
Además, son los empresarios estadounidenses los más pesimistas, pues su índice particular ha descendido a 39, lo que supone su nivel más bajo desde 2002. En Europa, la caída también ha sido significativa, porque el último resultado elevaba el grado de confianza de los ejecutivos a 75 y ahora éste baja hasta 43.
 
Uno de los principales problemas, que señalan los analistas en el caso de Estados Unidos, radica en la inflación, que ha aumentado, pero que no ha ido acompañado de una mejora de las perspectivas de crecimiento para la economía americana, sino todo lo contrario. Una de las analistas económicas de Goldman Sachs, Sandra Lawson, afirmó hace unas semanas que "se ha producido un cambio de tipo sentimental. Los presidentes parecen más preocupados ahora por la incertidumbre económica que en cualquier otro momento reciente".
 
No obstante, los movimientos empresariales se mantienen activos y las empresas siguen dispuestas a realizar operaciones estratégicas, principalmente como vía para evitar incertidumbres económicas y de mercado. Gracias a estos movimientos, los mercados de acciones del mundo han seguido vivos. En cualquier caso, la amenaza que supone este cambio de sentimiento está ahí.

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Moisés Romero




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