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GESTOS, MUECAS, GUIÑ‘S Y MENSAJES MULTICOLORES EN EL CIERRE DE AGOSTO

Moisés Romero - Jueves, 31 de Agosto
A numerosos actores en los mercados les hemos oído comentar que están cansados de la tiranía de las cifras sobre el estado de salud de la economía por las múltiples interpretaciones que merecen y por los desiguales impactos en la evolución de las cotizaciones bursátiles. Este fenómeno es más acusado en momentos en los que los índices no saben por dónde tirar, ahora que están en la cima de la colina. Desde hace algún tiempo, la dependencia de las cifras y de las expectativas emanadas de los indicadores adelantados ha sido suplida por la de la interpretación mímica. Ahora se indaga en los gestos, muecas y guiños de los máximos responsables de la política monetaria para ver por dónde van a ir los próximos movimientos. No está claro, por ejemplo, que la Reserva Federal haya concluído con su movimiento al alza iniciado hace dos años, aunque acaba de señalar que antes de dar un nuevo paso en esa dirección se va a parar a descansar. Sí es más creíble que los tipos de interés seguirán al alza en Europa, China y Japón.

Ahora que agosto dice adiós, las Bolsas siguen pendientes de la evolución inmediata de los tipos de interés en las principales economías del mundo. A principio de mes cundió la idea de que la Reserva Federal de Estados Unidos mantendría los tipos de interés sin cambios durante mucho tiempo. En la reunión del día 8 no hubo, en efecto, cambios. Se supo, no obstante, que determinados miembros del Comité de Mercados Abiertos se opusieron a la decisión y plantearon nuevas subidas alarmados por la presión de los precios y de los salarios. Es decir, que los tipos muy bien pueden volver a subir en cualquier momento, aunque la máxima autoridad monetaria estadounidense acaba de insinuar que antes de decidir una nueva subida se lo va a pensar dos veces.

Desde el Banco Central Europeo, las voces a favor de una nueva subida de los tipos de interés se han sucedido y aumentado en las últimas semanas, pese al desigual pulso económico en el área y al consiguiente mantenimiento de los desequilibrios básicos. El BCE ha insistido en que protejerá a la economía de la erosión inflacionista y que para ello subirá los tipos de interés. Es decir, vigila más la evolución de los precios que el músculo económico.

El Banco de Inglaterra, por su parte, mandaba hace unos días un mensaje claro a la comunidad financiera y bursátil acerca de sus intenciones de subir los tipos de interés. El banco central calcula ahora que la tasa de inflación se mantendrá por encima del objetivo del 2% a pesar de un encarecimiento del precio del dinero tal y como apunta ya la libra esterlina en su cotización después de que los tipos de interés se situaran en el 4,75%. En su informe trimestral sobre inflación, el comité de política monetaria del Banco de Inglaterra indica que la tasa de inflación puede estar a corto plazo ligeramente por encima del 2,5% que se registra ahora y moderar posteriormente su tendencia por una disminución de los precios de la energía y de las importaciones aunque manteniéndose por encima del 2%. Las mayores tasas universitarias y el mantenimiento de los precios altos en la energía podrían hacer que el índice de precios al consumo superara el 3%.
En China todo es posible y en Japón hace ya tiempo que se abrió la veda pese a que no han aparecido signos inflacionistas contundentes, que en este caso es lo mismo que decir que el fantasma de la deflación sigue presente. En cualquier caso, hoy como ayer el debate sobre el impacto de los tipos de interés en la evolución de las Bolsas sigue vigente, una vez visto que las subidas pasadas no desanimaron a los participantes sino todo lo contrario. Los expertos advierten, no obstante, de que a medida que suben los tipos de interés mayor es el daño potencial a la renta variable, aunque ahora ésta mira para otro lado.

 

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Moisés Romero




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