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Acaba la primavera: El e-comercio chino entra en el invierno

Melanie Lee - Jueves, 29 de Diciembre Era la historia de la Cenicienta: una aldea que criaba cerdos y cultivaba verduras en la provincia oriental china de Jiangsu se transformó en un pueblo lleno de millonarios y coches caros, todo gracias a la madera contrachapada, la ingenuidad e Internet.


En 2007 Sun Han, el jefe de facto de comercio electrónico del pueblo de Dongfeng, de 30 años, se enamoró de los diseños del gigante de muebles sueco Ikea [IKEA.UL] y decidió fabricar unos muebles similares y venderlos por Internet.

Otros del pueblo pronto siguieron sus pasos y nació el cuento de hadas de la riqueza.

Donde una vez hubo huertos, ahora hay talleres y tiendas. La fábrica de Sun, situada en 4.000 metros cuadrados de tierra, ahora produce en abundancia estanterías y camas copiadas de Ikea para cumplir con la 200 órdenes que recibe al día en una de sus dos tiendas online.

Pero la historia puede no tener un final feliz para todos.

La intensa competencia ha alimentado las guerras de precios entre los vendedores de muebles. Eso, combinado con la subida de tasas este año de la principal plataforma de comercio electrónico china, Taobao Mall, ha obligado a cerrar a algunos de los negocios en este pueblo donde viven más de 1.000 vendedores de muebles a través de Taobao.

“Hay mucha competencia ahora, pero tenemos que continuar innovando y cubrir las necesidades del cliente”, dijo Sun, que parece más un profesor que un jefe empresarial de una población, con sus mocasines de cuero negro, chaqueta de tweed gris y gafas.

Otro fabricante de muebles en la aldea, Wang Le, es más franco sobre la situación. Mientras otros se han apresurado a imitar la copia de muebles, dice, los márgenes de beneficio han caído para todos.

“Como todos hacen cosas similares y los precios caen, la competencia es maliciosa”, dijo Wang, de 29 años.

“¿Ve esa cuna?”, dijo, apuntando a una cuna de madera contrachapada sin terminar en el suelo de una decrépita habitación hecha de ladrillos en su fábrica. “Hace unos años, la hubiera vendido por unos 600 ó 800 yuanes (72-95 euros). Ahora solo la puedo vender por 300 yuanes”

CAIDA EN DESGRACIA

La caída en desgracia de Dongfeng evoca lo que está sucediendo en el mercado del comercio electrónico de China. Una vez centro de atención de las empresas de capital riesgo y capital privado, ahora se enfrenta a un periodo de intensa competencia y reestructuración.

El dinero que entra en el sector y las barreras relativamente bajas de entrada han originado una multitud de compañías de comercio electrónico que están luchando por la atención del consumidor. Desde zapatos a comida basura, se estima que hay 25.000 tiendas online en China.

“Cada inversor privado, la mayoría de ellos con más dinero que sentido, tienden a pensar que pueden copiar el modelo de Amazon en China. Y eso es realmente lo que ha creado la competencia, esta avalancha de capital”, dijo Michael Clendenin, director gerente de la consultora RedTech Advisors, con sede en Shanghái.




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