La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Apuntes – 2

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 04 de Septiembre

Alimentos. Pensiones. Automóvil. Paro.

En Enero del 2012 una amiga me remitió este link: http://www.diariodemallorca.es/mallorca/2012/01/21/veterinarios-advierten-consecuencias-recortes/737979.html, y ayer me remitió este otro: http://www.diariodemallorca.es/mallorca/2013/08/29/25-personas-hospitalizadas-brote-salmonelosis/871034.html. Cierto, cierto: el resultado de sumar dos y dos no tiene porqué ser siempre necesariamente cuatro, pero …, y ahora nos enteramos de esto: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/09/02/actualidad/1378147737_555328.html .

No, no quiero entrar en una polémica que es muy vieja: que las fechas de caducidad están llevadas al límite para que los fabricantes, a través del temor de los consumidores, ganen más. Tampoco quiero entrar en la dialéctica de si las condiciones sanitarias de conservación están, o no, llevadas al límite. Y menos aún en aquello de que ‘a la gente siempre, alguna vez, le ha sentado mal alguna cosa que ha comido’. Lo que es muy sintomático es que cosas que en el 2006, por ejemplo, ya no pasaban, ahora ‘vuelvan’ a pasar.

Al contrario de lo que el texto dice que va a suceder en Grecia yo sí pienso que la medida va a prosperar: a medida que la pobreza vaya apretando. De entrada no será en los comercios y centros junto a los mismos productos no caducados, perdón, sin la fecha de consumo extendida; puede la medida que comience a ser aplicada en comercios de barrios marginales, pero a medida que la renta de las capas ‘menos favorecidas’ vaya cayendo …

Y negocio para las tiendas que ahora tiran esos alimentos ‘caducados’: podrán venderlos: en tiendas filiales under cost: el cost siguiente al low; y será un problema para quienes ahora los recogen de containers y cubos de basura al cerrar esas superficies comerciales. Y lo mejor: a través de un texto legal, algo que hasta ahora ha sido basura deja de serlo: casi un milagro.

La moraleja: hay que pagar por todo, y si por algo no se pagaba, se fabrica una ley y se convierte en pagable.

 

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Anteayer la Sra. Ministra de Trabajo, perdón, de Empleo, hizo de poli buena: no, las pensiones no se regirán por el factor de sostenibilidad definido por expertos sabios pero sin sensibilidad: subirán siempre: el 0,25%, y no: la edad de jubilación no aumentará por encima de los 67 años. Cuando oí su voz recordé aquello de ‘No voy a subir los impuestos’, y aquello otro de ‘Bajar impuestos es de izquierdas’.

Lo mejor de todo es que es posible que la Sra. Báñez crea lo que dijo, lo que sucede es que la realidad siempre acaba barriendo las creencias. Y aunque ‘los agentes sociales’ (¿por qué demonios les denominarán así?) se empeñen en negarlo, la realidad es que el sistema de pensiones no es sostenible.

Otra vez. En el momento en el que el sistema de pensiones fue diseñado, 1) la esperanza de vida en Europa era de 65 años, 2) de media una persona sobrevivía dos años al momento en el que dejaba de trabajar, 3) el pleno empleo del factor trabajo era la norma, y 4) el límite del crecimiento del PIB se hallaba en el cielo. ¿Cuáles de esos parámetros se cumplen hoy?.

Lo más interesante que dijo la Sra. Ministra, pienso, fue cuando habló del límite superior: suceda lo que suceda, las pensiones no aumentarán más del 1,025 * IPC: suceda lo que suceda; es decir, la Sra. Báñez, interpreto, dejo diáfanamente claro que nunca volverán a darse las condiciones que permitirían volver a las pensiones ‘de antes’.

Pienso que también en esto -sobre todo en esto- se está ganando tiempo: ‘¡Vaya!, pues la cosa no va a ser tan mala como habían dicho: las pensiones subirán’. Y hasta que la ciudadanía se de cuenta de lo que sucede habrán pasado unos meses. (Y los agentes sociales no lo aclararán). Por otro lado, un 0,25%, ¿qué es un 0,25%?, mientras se pueda pagar, pues vale, ahora bien, si, por ejemplo, el pago de los intereses de la deuda precisa de ese 0,25% se quita de un plumazo, temporalmente, claro, y punto.

(http://economia.elpais.com/economia/2013/09/02/actualidad/1378142037_665355.html)

 

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El automóvil se aguanta por las compras de familias y personas físicas, y ambas compran coches (las que los compran) por las ayudas, hoy los PIVEs.

Es decir con dinero que Ud. ha pagado en impuestos ha ayudando a su vecina/o a que se comprara el coche que se ha comprado; ya, ya, muchi¿cuánto? de ese importe se recupera en impuestos que pagan unos y otros, pero eso vendrá después, si viene.

Esto viene a cuento de lo que le oí hace unos días a una figura representativa del mundo del comercio al detall: que una vía, ya que conseguir un crédito en Mission Impossible, sería que el Estado, o quien sea a nivel público, avalase las compras adelantadas que los comercios tienen que realizar a sus proveedores.

Empezando por la agricultura (el 32% de la renta agraria son ayudas públicas que llegan desde alguna parte de Europa) y siguiendo, se ha ido montando una estructura económica en la que una de sus patas es el dinero público, lo que no es ni bueno ni malo, pero la cosa tiene un límite: su capacidad de regeneración que hoy es requetelimitada. Lo más fácil de eliminar ya se ha eliminado: la investigación; ahora se está siguiendo con otras cosas. Los hacedores de PIB serán los últimos a quienes se las quiten.

(http://economia.elpais.com/economia/2013/09/02/actualidad/1378113380_491845.html)

 

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Paro. España. Agosto. ¿Si hay motivos para el jolgorio y el triunfalismo?. Vean estas previsiones:

 

15.04: "World Economic Outlook" - http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/weo/2013/01/pdf/texts.pd

02.08: "World Economic Outlook Update" - http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2013/update/02/

 

 

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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