Brother, can you spare a dime? (I)

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 21 de Marzo

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Letra: Yip Harburg.

“They used to tell me I was building a dream, and so I followed the mob,
When there was earth to plow, or guns to bear, I was always there right on the job.
They used to tell me I was building a dream, with peace and glory ahead,
Why should I be standing in line, just waiting for bread?”

“Pregunta: ¿Por qué le preocupa la deuda de los consumidores norteamericanos?.

Respuesta: Es la clave que explica el éxito de la economíт­a norteamericana en los últimos años. (...) en los Estados Unidos sucedió lo que el presidente Clinton llama el milagro americano (..). ¿Cómo ocurrió?. El milagro se hizo con las tarjetas de crédito”.

La pregunta y la respuesta anterior corresponden a una entrevista realizada a Jeremy Rifkin y publicada por El Paíт­s el 22 de Octubre del 2000, una entrevista demoledora en la que Rifkin pone de manifiesto los peligros que encierra el uso de la herramienta que USA lleva utilizando desde hace décadas para generar su crecimiento.

El conocido como Modelo USA es diseñado a finales del siglo XIX. En sus oríт­genes se basó en la ventaja que representó la electricidad sobre el carbón, en las posibilidades del petróleo para el alumbrado y como lubricante, en las rentas que podríт­an derivarse de la expansión en los territorios centrales y occidentales (el último episodio de la aniquilación de las tribus indias por parte del ejército USA tuvo lugar en 1890: la masacre de Wounded Knee) y en el horizonte que podíт­a abrir el endeudamiento personal de los ciudadanos y emigrantes.

A lo largo de la década de los años 20 la productividad aumentó ostensiblemente en USA; fue la época del “Ya no estamos haciendo crecer el trigo, lo fabricamos” que lanzó un líт­der agríт­cola USA comentando el impacto en la agricultura de la mecanización habida durante la década (Jeremy Rifkin, “The End of Work. The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of Post-Market Era”, 1994).

En USA, entre 1929 y 1932 la producción se derrumbó el 33,9% y, en 1933, el 24,9% de la población estaba desempleada (3% antes del 24 de Octubre de 1929); de resultas de este descalabro, la renta per cápita, en 1930, equivalíт­a a la de 1908 y, en el mismo año, el nivel del Dow Jones tan sólo era el 23% del alcanzado en Septiembre de 1929; de hecho, situando en 100 el nivel general de precios en 1929, en 1933 habíт­a descendido hasta el 75,6. Terrible, pero USA aprendió mucho de la Gran Depresión.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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