La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Cambio climático - y 2

Santiago Niño Becerra - Viernes, 16 de Marzo Naciones Unidas, Gobiernos de todo el mundo en mayor o menor medida están hablando de las consecuencias.

Están hablando de las consecuencias de un cambio climático irreversible, de los costes que esas consecuencias van a tener, de que entre el 5% y el 20% del PIB mundial puede llegar a volatilizarse si nada se hace al respecto, una pérdida que, evidentemente, no se repartirá de un modo uniforme; y no lo ha dicho un grupo de ecologistas pirados, lo dice el Informe Stern, trabajo encargado por el Gobierno británico y publicado el pasado año. Claro que hacer algo no es gratis; hacer algo que mitigue esas consecuencias costaríт­a el 1% del PIB del planeta, coste que, al igual que con las consecuencias, tampoco seríт­a sufragado uniformemente por todos los miembros de la población mundial.

Los porcentajes anteriores son tremendos, pero son eso: porcentajes. Una caíт­da del 10% en el PIB mundial tendríт­a unos efectos que no somos capaces de imaginar; dedicar el 1% del PIB del planeta a mitigar las consecuencias de un cambio climático que ya es irreversible va a tener, de ponerse en marcha esas medidas, unos efectos que van a afectar profundamente a nuestra forma de vida, porque, además, esas medidas deberán ir acompañadas de otras indirectas que afectarán doblemente a como estamos acostumbrados a vivir.

El sistema en el que llevamos inmersos desde principios del siglo XIX siempre ha buscado ir a más (el de economíт­a planificada, repito, ha hecho lo mismo). Ese “ir a más” nos ha aportado creciente bienestar y comodidad (a unos más que a otros, cierto es; y a otros incluso les ha quitado el poco bienestar que teníт­an, también es verdad), y ese bienestar y comodidad ha ido realimentando un proceso cuyo motor ha sido el crecimiento económico. Lo que sucede es que la vaca ya no da más de síт­, al menos no con la tecnologíт­a de que ahora disponemos, ni con el crecimiento demográfico en el que la Tierra está sumida.

Hemos sobreexplotado la utilización de los recursos, hemos forzado la máquina productiva, hemos sobre utilizado energíт­as no renovables y contaminantes y hemos contaminado con nuestro creciente consumo. Bien, ahora nos cuentan que hemos llegado al líт­mite y, aunque no nos lo digan, nos están diciendo que habrá que tomar medidas, medidas que van a ser muy caras porque van a detraer recursos de actividades que para nosotros son esenciales, y que van a ser desagradables porque van a afectar a nuestro modo de vida.

El objetivo es ahorrar, ahorrar de todo; y utilizar mucho más eficientemente aquello que se utiliza; es decir, ser más productivos, pero serlo ahorrando, no serlo para gastarlo en otros fines.

Es complicado porque eso significa cambiar el guión que hasta ahora hemos estado siguiendo, y nos lo están contando ahora porque la vaca teníт­a que seguir exprimiéndose hasta que ya no diese más de si; no por nada, sino, repito, porque no sabíт­a hacerse de otra manera. Hemos tenido casi dos siglos para llegar hasta donde estamos, el problema es que no vamos a tener ni dos decenios para intentar enderezar el camino que llevamos.

Vayan aquíт­: http://www.ipcc.ch/ , busquen y miren, es el sitio oficial del Intergovernamental Panel on Climate Change, un organismo de Naciones Unidas al que, parece ser, todo el mundo hace ahora caso.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]