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Creación de empleo

Santiago Niño Becerra - Lunes, 28 de Diciembre En todas partes la creación de empleo es un problema:ilustración en USA "hay seis veces más estadounidenses buscando empleo que nuevos puestos" (Paul Krugman en El País del 05.12.2009, Pág. 32), aquí, en el reino, es un superproblemón.

El “pleno empleo”, tanto en el sentido que nos cuentan los libros de los 60: objetivo del 0%, como el que se impuso en los 80: (4 Ѣ€” 5)%: el desempleo Nairu, pienso que hoy está totalmente superado: es una entelequia, una utopía: es imposible porque las condiciones que lo produjeron, que lo propiciaron, jamás volverán a darse. (Si desean “sentir” lo que fue el “pleno empleo”, les sugiero que vayan al Centro Pompidou y que se den una vuelta por las secciones dedicadas a los años 60).

Aquel pleno empleo, el de los 60, se logró a base de gastar commodities a un ritmo y con una intensidad salvaje, creyendo -considerando- que su cantidad era inagotable y su precio casi cero. Este pleno empleo, el de los 80 y años posteriores, se consiguió a base de crédito fácil y de dinero barato para todos. Lo uno, la inagotabilidad de las commodities sabemos hoy que es falso, lo otro, el crédito indiscriminado conocemos que es físicamente insostenible.

Todas las crisis sistémicas que a lo largo de la Historia se han producido, han ocasionado cambios en el modo de entender y de hacer las cosas, la Gran Depresión los provocó, y esta crisis sistémica que estamos empezando los provocará también, aunque con una diferencia fundamental: los cambios que trajo el crash del 29 se enmarcaron en un escenario de ir-a-más, suponiendo cosas erróneas, de acuerdo, pero fueron cambios que apuntaban hacia arriba, cambios que propiciaron el crecimiento; los cambios que traerá esta se encuadrarán en un entorno de ir-a-menos y a que lo que primará es producir lo necesario de la forma más eficiente posible.

Se contaminará menos, ¡genial!, se ahorrará estaño, y níquel, y agua, y petróleo, y madera, ¡maravilloso!, pero se necesitará mucho menos factor trabajo. El PIB decrecerá, pero el PIB generado por persona necesaria para generarlo aumentará, mucho, muchísimo.

¿Es malo algo así?. Supongo que cuando empezaron a producirse aquellos primeros cambios al inicio del New Deal, cambios que tomaron carta de naturaleza a partir de 1950, aquellos tycoons como Citizen Kane se quedaron horrorizados; ya sé, ya sé, no son los mismos cambios, no es el mismo tipo de cambio, pero es un cambio, profundo, definitivo.

Pienso que deberíamos irnos preparando para una situación como esa y no continuar pidiendo más estímulos, más ayudas. Más salvamentos. Se alarga la duración del proceso, pero a costa de una deuda que no podrá ser pagada con dinero porque no será aceptado su cobro en dinero. Se gana un tiempo que no sirve para nada: la actitud de aquella nobleza absentista parapetada tras los ventanales de Versalles: ganaron unos minutos que no les sirvieron para nada; también sé: tuvo que ser así.

Es humano actuar así, es humano intentar salvar a un moribundo, pero ya es imposible. Según nuestros actuales parámetros de medida va a sobrar factor trabajo porque va a ser necesario mucho menos factor trabajo, más vale que vayamos meditando sobre ello.

¿Por qué?: el “diálogo social”: se vuelve a la carga con este tema: se quiere pactar, pactar, ¿qué?. Con diálogo y con pactos, ¿se torna necesaria una población activa que hoy ya no lo es?.

Fíjense en esta frase: “Queremos una política salarial que contribuya a la reactivación del consumo. O los salarios crecen y mantienen y mejoran su poder adquisitivo o la economía se deprimirá aún más”. Son palabras de Tony Ferrer, Secretario de Acción Sindical de UGT. (El País 22.12.2009, Pág. 24). Se quiere cuadrar un círculo que ya es cuadrado: se busca aumentar la ocupación reduciendo el desempleo y absorbiendo la nueva población activa que se vaya produciendo y, además, que los salarios de las personas ocupadas sean suficientes para mantener un nivel de consumo que genere PIB.

Lo que viene no va por ahí: se continúa defendiendo un modelo agotado: ¿con diálogo y con pactos, se mejora la productividad?. Ya, ya: la creación de empleo: hemos vuelto al principio.

(¡Tremendo!. 43,68 euros puede ser la diferencia que separe la destrucción de empleo de la no destrucción, es decir, lo que haga que se refuerce la cohesión social o que no se refuerce. Eso es lo que han dicho las empresas ante las exigencias de los sindicatos de que el Gobierno cumpla lo que prometió en su campaña electoral respecto al salario mínimo y que llevaría a que, para el 2010, creciese el 8% y no el 1% que es lo que propone el ejecutivo; la diferencia entre uno y otro porcentaje es la cifra que figura al principio de este párrafo.

Ahora lo fácil sería criticar al empresariado, pero no: parto de la base de que si eso dicen es porque cierto es. Es decir, crear, o no, empleo en el reino depende de que se le tenga que pagar, o no, 43,68 euros a una persona perceptora del salario mínimo interprofesional. ¡Lo alucinante es eso!: que la economía española tenga una estructura productiva que ocupe, o no, a población activa dependa de 43,68 euros mensuales. ¡Alucinante a la décima potencia!).

(Por cierto, ya es oficial: en China mucha gente está muy preocupada con el tema de la situación financiera en la que hallan sus bancos, de los créditos que han concedido sus bancos; paralelamente, la compañía automovilística china Geely ha adquirido Volvo a Ford. La pregunta ahora es, a partir de ahora, ¿cuánta gente va a poder permitirse acceder a un Volvo?. 

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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