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Decires y haceres

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 08 de Julio Cuando Uds. leen aquí lo que digo en relación a que no se dice todo lo que se sabe (en realidad se dice una mínima parte) tal vez piensen que está referido, sobre todo, al reino, y no. El pasado Martes 17 de Junio, el Presidente Obama dijo que en USA se alcanzará una tasa de desempleo del factor trabajo del 10% "even as he said the "engines" of an economic recovery have begun to turn" (http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=auTTvgeN294Y).

Es hablar por hablar, decir por decir: supongo que para que la gente, la población, se vaya haciendo a la idea, pero sus expertos saben que “the engins” de la recuperación económica es lo que, precisamente, va a cambiar porque lo que está llegando es una crisis sistémica y, por tanto, esos motores son lo menos seguro que hoy existe ya que lo que hasta ahora ha servido para recuperar ya no va a servir: lo que hoy está sucediendo es un ejemplo.

Aquí, en reino, las cosas empiezan a estar más claras. La figura del “poli malo Ѣ€” poli bueno” da para mucho. El Gobierno es el “poli bueno”, el Gobernador del Banco de España, el “poli malo” (hay más polis malos, pero el Gobernador es uno de los más destacados). El poli malo dice que hay que emprender una reforma laboral con tales y cuales medidas, todas negativas, de entrada, para Mengana de Cual y Fulano de Tal: trabajadoras y trabajadores con nombres y apellidos debido a que perderán derechos y/o tendrán muchos menos derechos. El poli bueno dice que no es necesario hacer nada de todo lo que los polis malos dicen.
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Mr. Obama es un poli bueno, como el Sr. Rodríguez Zapatero: los dos están diciendo, más o menos lo mismo: que con lo que ya se está haciendo y con lo que va a continuar haciéndose los motores de la recuperación van a guiar la economía hasta la salida del túnel (reparen en que se trata de una especie de “mano invisible” motorizada). Los polis malos como el Sr. Fernández Ordóñez dicen que no, que es necesario meter el bisturí y rehacer, reconstruir, remodelar; no digo que tenga que ser así (las cosas no tienen porque ser así porque, de hecho, significa continuar por el mismo camino: cambiar según la misma dinámica), pero este tipo de mensajes van por el lado de hacer cosas, no de esperar que pasen. (Claro, claro: al Señor Gobernador el pueblo no le vota).

Ni unos ni otros se dan cuenta de que ni esos motores moverán hacia ninguna salida, ni el bisturí contribuirá a aumentar la contratación de factor trabajo a no ser que ese factor trabajo sea necesario: que sea conveniente contratar a esas personas que esperan a ser contratadas. Nos pueden contar lo que quieran, diseñar las estrategias que quieran, pero existe una única verdad: las plantillas aumentan si el aumento es necesario; y cada vez es menos necesario ningún aumento.

En la presentación del Informe del 2008, el Señor Gobernador (http://www.bde.es/prensa/intervenpub/gobernador/mfo160609.pdf) identifica “facilidad de contratación y despido” con “mayor y más rápida contratación”, y eso, pienso, no se cumple, ni hoy ni nunca. (Cierto es que las condiciones son diferentes, pero entre 1929 y 1933, en USA, el desempleo del factor trabajo se disparó a más del 25% y no fue hasta 1950 cuando la ocupación comenzó tendencialmente a crecer, a pesar de que la libertad de contratación y despido eran absolutas).

A mayor abundamiento, se meten en el mismo saco “recuperación económica” y “facilidad de contratación y de despido”; si por “recuperación económica” se está entendiendo “mejora de la productividad”, OK, (será una mejora incompleta si no se incrementa la inversión, pero bueno), pero si por “recuperación económica” debe entenderse lo que por el concepto en el reino hasta ahora se ha entendido, pienso que no.

De entrada, las Spanish recuperaciones económicas hasta ahora vividas han estado basadas en el “mas”, en el más-de-todo (el “España va bien” es la quintaesencia de esa concepción): más-de-todo, para un modelo productivo intensivo en mano de obra genera un aumento de la ocupación (el boom del ladrillo es el recientísimo ejemplo). Pero esa línea está agotada debido a, 1) la enorme dependencia de todo que ese modelo tiene (del crédito, del exterior, del consumo), y 2) lo ineficiente que es (más-de-todo está en los antípodas de la idea de “necesario”. (¿La contratación temporal que ahora se pretende eliminar?, ¡pero si fue diseñada para dar facilidades de contratación y para reducir costes laborales!).

La recuperación llegará a la economía mundial, claro: en el 2018 / 2020 la economía del planeta ya estará oficialmente recuperada, otra cosa es lo que suceda a nivel zonal. Pienso que un extraterrestre que dominase el viaje en el tiempo podría ver que en esas fechas existirá lo que hoy puede denominarse “facilidad de contratación y de despido”, pero también pienso que la economía de lo-que-hoy-se-denomina-España no estará recuperada en base a la imagen que hoy se tiene de lo que una recuperación es.

Pienso que el Señor Gobernador dijo lo que dijo porque le ha tocado decirlo, punto. Ya sabemos que un poli malo no necesariamente ha de creer en lo que dice o hace.

(Esa-cosa-llamada-diálogo-social. No se ponen de acuerdo: lógico: se quiere meter en un mismo papel cosas como la seguridad en el empleo y la reducción de costes, y eso es imposible. Ya sé que quienes negocian no me van a hacer caso, pero yo propondría a los sindicatos que aceptasen los 20 días por año trabajado, pero que pidieran que la percepción de los 420 euros tenga una duración indefinida; le diría al Gobierno que aceptase la rebaja de 5 puntos en las cotizaciones sociales que solicitan las empresas, pero que refuerce la inspección fiscal a esas empresas; y a las empresas le sugeriría que analizasen cuantas van a ser viables teniendo en cuenta lo que está llegando, y que dejen de pelearse entre ellas y colaboren y comparten teniendo en cuenta que todo va a menos: la competencia está muy bien cuando las cosas van bien, sólo entonces).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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