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El crédito; más

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 16 de Diciembre En El País Negocios del 22 de Noviembre, en sus Págs. 4 a 7, publicó un trabajo muy, muy bueno sobre el-problema-del-crédito. ilustraciónSu resumen avala lo que Uds. ya han leído aquí: que se ha crecido a base de crédito, que el crédito ha sido la razón por la que el PIB ha estado aumentando en los años del "España va bien", de "el Mundo va bien", que personas físicas y jurídicas han estado viviendo, muy bien algunas, a base de crédito, y que ese crédito se ha acabado.

Las entidades financieras empaparon a todo el mundo de crédito porque todo iba a más y de ese modo sus beneficios crecería;, pero ahora esas mismas entidades han cerrado el grifo porque “la morosidad” (¿morosidad o impagadosidad?) ha alcanzado cotas estratosféricas: entre el primer trimestre del 2001 y el segundo del 2009 la morosidad ha aumentado el 208% en la Industria, el 2.027% en la Construcción, el 10.860% en las Actividades Inmobiliarias, el 2.065% en Adquisición de Vivienda, el 536% en Bienes de Consumo. ¿Cómo demonios van a dar créditos las entidades financieras si, además, han de hacer frente a sus propias deudas?: más de 410 miles de millones de euros de aquí al 2012: un tema tabú del que apenas se habla porque, simplemente mentarlo es pecado mortal.

Paralelamente, las entidades financieras cobran más por los créditos que aún conceden, dicen que es por el mayor riesgo que asumen, pero no entiendo el razonamiento: el riesgo de impago, ¿no se incrementa si quien tiene que pagar ha de pagar más?. ¿No será que buscan incrementar el margen por unidad monetaria prestada ahora que la oferta de pasta para prestar es menor que la demanda de crédito?.

Esta situación, con toda su carga de dramatismo (y aún no ha sucedido nada considerando lo que va a pasar) lo que ha puesto de manifiesto es el exceso-de-todo que existe en el escenario económico en el que nos estamos moviendo, aquí y allá: empresas que vivían del crédito, entidades financieras que existían gracias al crédito, consumo sustentado en el crédito, población activa ocupada gracias al crédito; cuando el nivel de deuda ha alcanzado el límite físico al que podía llegar, se acabó ... el crecimiento.

Y el final de la historia está por llegar: cuando el-otro-tema-tabú salga a la luz, a mediados del 2010: el impacto de los activos tóxicos en los beneficios de las entidades financieras, a medida que se vaya clarificando la composición de esos balances que hasta ahora se ha querido ignorar (Dominique Strauss Khan, Gerente del FMI: aún está por salir la mitad de las cosas tóxicas que las entidades financieras mantiene en sus balances), se acabó: nada quedará debajo de lo que hay debajo. Muchas lectoras y muchos lectores me han preguntado cual puede ser el desencadenante cronológico del crash del 2010, pues este: puede ser ese el detonante que ponga en marcha un proceso hasta ahora artificialmente contenido. ¡Y aún hay quien pregunta cuando volveremos a “lo de antes”!. ¡Por favor!.

(Absolutamente necesario el artículo de Paul Krugman que El País Negocios publicó el pasado día 13 en su Pág. 25; leyéndolo con cuidado pueden extraerse una serie de conclusiones demoledoras. Desde Diciembre del 2007, momento en el que oficialmente en USA comenzó la “recesión” (¿qué significa “oficialmente”?), la economía USA ha destruido ocho millones de empleos (a), pero simplemente para cubrir el incremento demográfico del país esa misma economía precisa crear 100.000 empleos al mes (b).

((a) significa que la economía ha evolucionado hacia un lugar en el que ha dejado de necesitar una cantidad de factor trabajo equivalente a ocho millones de empleos, y (b) que en los dos años que la economía USA lleva en recesión debería haber creado 2,4 millones de empleos, por lo que el déficit en número de empleos respecto a una situación de no-recesión es, a día de la fecha, de 10,4 millones)

Bien, supongamos que un tercio de esos empleos destruidos corresponden a puestos de trabajo que, en condiciones normales, estarían ocupados las 24 horas del día, que otro tercio se ocuparían en puestos que trabajan a dos turnos y que el resto es ocupado a jornada única de ocho horas; quiere ello decir que en USA se llevan volatilizados, desintegrados, casi 2,5 millones de puestos de trabajo en cada año de recesión, cuando hubiera sido necesario crear 0,7 millones para cubrir el crecimiento natural de la población.

En una tendencia en la que lo esencial va a ser la optimización del uso de los recursos y la productividad, ¿cómo va a volverse a una situación de “pleno empleo” nominal?, Krugman dice que con un plan de estímulo suficientemente cuantioso para que relance el crecimiento; personalmente pienso que, simplemente, no es posible: que algo falsamente parecido al “pleno empleo” fue, pero ya no volverá a ser jamás).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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