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El pasado que regresa Ѣ€“ 1

Santiago Niño Becerra - Martes, 19 de Enero El "Yo ya lo dije" es feo, ya sé, y muchisísimo más si no es cierto, si es una falsa medalla que alguien se coloca, si lo dice alguien para subirse a un carro en el que no merece estar, pero pienso que aún es más feo decir "¡Que mal ha ido esto!" y no haber dicho ni pío mientras ese "esto" iba transcurriendo. ilustración Es una versión del "a toro pasado", pero con alevosía: una cosa es "esto se ha hecho muy mal" y otra, peor, "no se ha hecho nada bien porque todo se planteó mal". Insisto: ¿por qué quienes eso ahora dicen nada dijeron mientras se hacía mal todo lo que se hacía?.

De entrada, Mr. Bernanke: ha sido nominado para ser el villano de la trama. Quienes así argumentan dicen que desde su nombramiento en Octubre del 2005 nada hizo para impedir que se formara el tinglado subprime, más aún: llega a decirse que lo fomentó, y, después, se añade, muy poco ha hecho para arreglar sus propios estropicios. Estos pareceres vienen a cuento porque ahora está tocando su reelección o su sustitución por otro responsable al frente de la FED. Pienso que quienes así opinan, o hablan con palabras interesadas o no tienen una visión suficientemente amplia de cómo se mueve la economía.

Pienso que Mr. Bernanke debe ser sustituido al frente de la FED, pero no porque haya hecho algo mal, sino porque ahora hay que hacer otras cosas que él no sabe / no puede hacer. A partir de 2005 lo hizo francamente bien, hasta el 2007, hasta Septiembre, luego su mensaje era inoperante, pero las inercias, inercias son. Dirán que para ese viaje podíamos haber seguido con Mr. Greenspan, y bueno, si, pero un nuevo rostro daba más confianza (al margen de que, pienso, el anterior responsable de la FED había pisado algún callo de alguien que no se tomó el hecho demasiado bien).

Mr. Bernanke ha hecho lo que tocaba hacer: alisar lo máximo posible el terreno para que la economía creciese, facilitar las cosas para el PIB aumentase, eliminar rozaduras para que la actividad fuese a más, ¡y vaya si lo consiguió!; entonces, ¿qué cojones dicen quienes le critican?. Tras la recesión del 2000 y los arreglos del 2003, el objetivo único era crecer, crecer y crecer, y primero Greenspan y Bernanke después a eso se pusieron (para eso les eligieron, para eso les pagaban), el segundo con una nueva cara: de chico aplicado, y educado: ya no estaba de moda el Greenspan que se permitía decir a un senador USA que si le había entendido era porque él, Alan, no se había expresado bien.

Ben, el good boy que ahora puede ser arrojado por el retrete de la economía con el cartel de “Culpable” colgado del cuello. Pienso que no lo harán, que le renovarán (y él aceptará), y cuando estalle lo que ya está a punto será el chivo expiatorio definitivo. Quienes así piensan, ¿no se han dado cuenta de que Bernanke, al igual que lo que James Baker dijo de Paul Volver cuando, en el 87, fue defenestrado del mismo despacho, es otro de los “hijos de puta” del sistema?.  En fin.

A continuación la moda que está naciendo (en USA fundamentalmente: pocas modas nacen en The States, pero las que allí aparecen tiene calado): decir que la década de los 2000 fue una mierda, que todo se hizo mal. Los 2000 han sido una década en la que las cosas se hicieron mal porque, comparando su final con su principio, la ocupación neta de factor trabajo no aumentó; porque las rentas familiares reales no crecieron, porque el valor real de las viviendas no sólo no varió sino que en muchos lugares, retrocedió; porque cosas como la correcta administración y la fidedigna contabilidad desaparecieron del catálogo de muchas empresas. Y yo digo, ¡vaya!, ¿y por qué quienes esto ahora dicen no lo dijeron en, por ejemplo, el 2006?, porque el hecho es que en el 2006, por ejemplo, ya era perceptible que aquel camino que la economía planetaria llevaba acababa en un muro de hormigón armado con corrugado de 30 mm de grosor; algunos, muy pocos, lo dijimos, pero entonces tocaba otra cosa; entonces tocaba crecer.

Ya lo hemos dicho muchas veces, lo diremos más (aún sabiendo que es muy feo): lo que se hizo en los 2000 fue lo que había que hacer para crecer: tomando como índice 100 el PIB del planeta en el año 2000, en el 2009, con todos los problemas habidos era de 134,8; ¡joder, no está mal!, pero claro, ese crecimiento ha tenido consecuencias feas, y las va a tener terribles.

Lo que ya hemos dicho: tras la recesión del 2000 los mismos que en el 91 habían concluido que la cosa ya no daba más de sí (y por eso dieron una tarjeta de créito, al menos, a todo el mundo), volvieron a concluir que el tinglado se había agotado, y pusieron en marcha el supertinglado definitivo: el no va más de los tinglados: tipos por los suelos, hipercrédito para todo bicho viviente, mensaje de que el techo de las cotizaciones inmobiliarias era el cielo; y el PIB comenzó a aumentar, como un cohete. Entérense quienes ahora reniegan: NADA SE HIZO MAL: SE HIZO LO UNICO QUE SE PODIA HACER PARA SEGUIR CRECIENDO.

(Curioso el razonamiento que la Presidenta de Banesto realizó el pasado día 14. La Señora Botín admitió que la tasa de desempleo del factor trabajo puede situarse, en el 2010, en el reino, en el 20%, no obstante dijo que el banco que preside piensa aumentar los créditos hipotecarios y los créditos a empresas. Insisto, curioso: si el paro aumenta, menos personas podrán adquirir una vivienda, si la ocupación disminuye lo hará el consumo, y la fabricación de bienes decrecerá (se puede exportar, claro, pero fuera sucederá lo mismo e intentarán hacer también lo mismo); en un escenario como ese, ¿más personas van a demandar un crédito hipotecario, más empresas van a solicitar créditos?, aunque claro, puede que el número de hipotecas sea menor pero mayor su importe unitario, y también puede que muchas menos empresas soliciten créditos pero de mucha mayor cuantía; puede).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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