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Falso debate

Santiago Niño Becerra - Viernes, 19 de Febrero Hace ya casi un mes que el Gobierno del reino presentó su proyecto para prolongar la edad de jubilación. ¿Qué pienso del tema?, pues que es ... un falso debate.ilustración

El alargamiento de la edad de jubilación: no resuelve nada, pero nada de nada: tapa un agujero a corto plazo: la insuficiencia financiera suponiendo que se va a mantener la tendencia de los ingresos, lo que pienso, no va a pasar; sin embargo ensancha un boquete que ya es monstruoso: el agrandamiento del desempleo juvenil (que ya casi es -sino lo es ya- del 40%).

Gobierno y oposición (y muchos expertos) no se enteran de que la demanda de trabajo tiende a la baja: cada vez se va a necesitar menos factor trabajo para generar una unidad de PIB: es una tendencia que empezó en los años 70. Si se alarga la edad de jubilación la oferta de trabajo aumentará, lo que afectará especialmente a los jóvenes, oferta de trabajo que de natural ya aumenta debido al crecimiento demográfico. Pero hay más.

Las teorías de que el objetivo ha de ser aumentar la demanda de trabajo con la oferta de trabajo existente y prevista -sin reducir la oferta de trabajo- a fin de reducir la tasa de desempleo no tiene en cuenta que el cambio sistémico que traerá la crisis -sistémica- en la que estamos entrando y en el que se basará la recuperación nada tendrá que ver con lo que hemos vivido: no iremos hacia un aumento del PIB que creará la actividad y que arrastrará la ocupación, ese fue el cambio sistémico que se produjo en la Gran Depresión: la crisis sistémica anterior; iremos hacia una disminución del PIB total (en comparación con el de hoy) y a un aumento de la productividad que hará crecer el PIB per cápita de aquellas personas verdaderamente necesarias, y ello, obviamente, en un entorno de inversión muy alta, siempre suficiente, aunque necesaria.

Que nos hallamos ante un cambio sistémico (y quienes tienen que saberlo ya lo saben, ¡vaya si lo saben!) viene reforzado por el hecho de que se esté barajando la idea de alargar el periodo de cotización para acceder a la pensión completa, y porque se aborde la posibilidad de aumentar el número de años que deba cotizarse para lograr que una pensión alcance la cuantía máxima: pienso que se sabe que los ingresos de la Seguridad Social tienden a la baja (si, ya sé que antes parece que he dicho otra cosa) porque la ocupación tiende a la baja, luego esa situación debe corregirse, ¿cómo?, ¿haciendo pagar más a quienes ahora cotizan?, impensable: los salarios también tienden a la baja, luego la única vía es ... alargar la edad de jubilación y no mirar más allá, claro.

Periódicamente vuelve a mi cerebro una entrevista que realizada en 1993 a Michael Portillo, entonces Ministro de Defensa británico. Decía Mr. Portillo que no creía que quienes hubiesen nacido más tarde de 1952 percibieran pensión de jubilación. Curioso, ¿no?, eso lo dijo hace más de quince años un ministro de defensa. (Si alguna/o de Uds. encuentra esa entrevista, por favor, que me la haga llegar: la he buscado por todas partes y no la encuentro).

Insisto: es un falso debate: no es que haya que alargar la edad de jubilación para hacer viable el sistema de pensiones, es que el sistema de pensiones que ha estado vigente pertenece a una época en la que el modelo económico en funcionamiento necesitaba de su existencia y, por tanto, lo permitía, y ya no es así; es decir, el sistema de pensiones hoy vigente no va a ser viable porque lo que lo posibilitaba: la ocupación del factor trabajo tiende a la baja debido que cada vez menos factor trabajo va a ser necesario.

No es casualidad que los ministros de trabajo de la UE pidan mantener los planes de ayuda -las anfetaminas-: saben que cuando finalicen la actual situación se viene abajo: esta situación en la que con estar situado el desempleo en una cifra record -los desempleos- será de chiste con esa otra nueva en que la economía deberá manejarse sin ayudas. Si: exacto: una situación artificialmente mantenida que pone de manifiesto el agotamiento de un modo de hacer las cosas.

Otro ejemplo de que se continúa pensando en que la salida, la solución, se halla en un modo viejo de hacer: el problema que va a representar el envejecimiento de la población, lo que hace imprescindible que los nacimientos y/o la inmigración continúe aumentado. ¡Pero si el nuevo modelo va a estar basado en la productividad!. ¡Si no va a hacer falta más población para producir lo que sea necesario!. En fin.

(Hace unos días, por motivos profesionales, me encontraba en una ciudad española y tomé un taxi. Habitualmente no utilizo el servicio de taxis, pero cuando lo hago suelo hablar con el taxista: la mayoría, y no importa de que ciudad estemos hablando, son patólogos de la realidad: la conocen al dedillo porque pueden diseccionarla al vivirla al nivel de calle. Pues bien, le pregunté a mi taxista como veía las cosas.

Hablamos y hablamos y me quedé con algo que me dijo, algo tremendo. “Hace tres o cuatro años cada día empezaba a las cinco de la mañana y me iba a casa a las tres de la tarde, a las dos si el día había sido muy bueno, y estaba con mi mujer y mis hijos; hoy continúo empezando a las cinco de la mañana pero, para ganar lo mismo, menos a veces, cada día estoy con el taxi hasta las once de la noche”.

¿Hace falta añadir algo más?).

(Volvemos al principio: ¿falso debate?: pactos y comisiones: ahora toca eso. Pactos, ¿sobre qué?, ¿sobre algo que no va a arreglar nada?, ¿sobre una reforma laboral, por ejemplo?, ¡pero si EL problema no es nacional!; ¡el nacional es un problema de modelo productivo y eso no se arregla con reformas legales!; ¡si el problema de España es de productividad!. Comisiones: ya saben el dicho: “Si quieres que algo funcione nombra a un experto, si quieres que no funcione nunca elige a una comisión”, pues eso: dar vueltas a la mesa y poco más. ¿La solución?, coordinada, a nivel europeo, y luego mundial, y en cada casa -en cada país- a ponerla en marcha: a adaptarla).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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