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François Hollande, obligado a adoptar cierto “estilo Sarkozy”

Reuters - Sabado, 08 de Septiembre

En cuatro meses de presidencia de François Hollande, la caída en su popularidad, los problemas en el Gobierno y acusaciones inercia han obligado al nuevo mandatario francés repensar su estilo de liderazgo suave, que ha generado dudas sobre si puede reactivar la economía nacional.

El nuevo jefe de Estado socialista ha decidido a regañadientes, según sus asistentes, que necesita parecerse un poco más a su predecesor Nicolas Sarkozy, a pesar de haberse opuesto al estilo más beligerante del conservador para lograr obtener el poder en mayo.

El domingo, Hollande buscará fijar una vigorosa agenda política nueva en una entrevista televisiva en horario de máxima audiencia, del tipo de las que solían favorecer a Sarkozy, ansioso por revertir la caída en su tasa de aprobación al 44 por ciento en agosto, desde el 60 por ciento que tenía en mayo.

Tras haber ganado los comicios de mayo con el 51,6 por ciento de los votos, la popularidad de Hollande han caído por debajo del 50 por ciento en menos de la mitad del tiempo que tardó Sarkozy.

"Se ha dado cuenta de que necesita acelerar las cosas. Estaba trabajando sobre la base de que el pueblo estaba harto de la hiperactividad de Sarkozy, pero ahora está tratando de encontrar un equilibrio entre los dos estilos", dijo a Reuters una fuente cercana al mandatario.

Los asesores presidenciales explicaron a Hollande que la gente se había acostumbrado tanto a que Sarkozy les informara de cada movimiento de su Gobierno que el enfoque de perfil más bajo del actual mandatario los hacía preguntarse si se estaba durmiendo en los laureles.

Aunque cuenta con una mayoría socialista sólida en el Parlamento y puede esperar un período de Gobierno de cinco años sin grandes contratiempos, Hollande necesita salvar las diferencias en su partido sobre cuestiones como los recortes de gasto y una integración europea y política migratoria más profunda.

También debe convencer a la opinión pública, los líderes empresariales y los sindicatos tras sus medidas para equilibrar el presupuesto estatal y brindar empleo al 10 por ciento de los franceses desocupados.

Fue el desempleo en niveles máximos en 13 años, junto con las formas de Sarkozy, lo que llevó a los votantes a elegir a Hollande, un socialista aficionado a las motos que tenía su propia tienda de comestibles.

Su eslogan "El cambio es ahora" creó altas expectativas y un sondeo de finales de agosto mostró que el 72 por ciento de las personas piensa que está actuando con demasiada lentitud.

"Sarkozy generó hambre por la acción y se ha vuelto como una droga. No es fácil para alguien como Hollande cambiar su forma de ser, pero realmente necesita mostrar una mayor presencia", dijo la próxima a Hollande.

¿DEMASIADO CONCILIADOR?

Una disputa entre los ministros de Finanzas y Presupuesto e Industria sobre si había que recortar el pronóstico de crecimiento ha generado preocupación por si Hollande es demasiado conciliador para llamar al orden a su equipo.

El mandatario era poco conocido fuera de Francia cuando ganó las elecciones en mayo, y los inversores extranjeros aún están tratando de descubrir si es un reformador o un indeciso.

Dentro de Francia, los líderes empresariales arremetieron contra lo que ven como una tendencia anticorporativa y al menos uno lo ha visitado en privado para advertirle de que sus planes de subir impuestos a las compañías para incrementar las arcas del Estado francés contraerá el comercio.

El presupuesto que Hollande está preparando, y que presentará este mes, buscará probablemente eludir dolorosos recortes de gasto mientras intenta mantener el respaldo popular.

Laurent Binet, autor de un libro basado en su experiencia acompañando la campaña electoral de Hollande y que no partidario suyo, cree que el estilo jovial y la aparente indiferencia a las críticas enmascaran una fuerte determinación e inteligentes habilidades políticas.

"Es un maestro del manejo de los momentos políticos", dijo Binet a Reuters. (Traducción de la Mesa de Santiago de Chile; Edición de Teresa Medrano en la Redacción de MAdrid)




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