La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Frases, conceptos

Santiago Niño Becerra - Viernes, 27 de Junio El pasado 18 de Junio tuvo lugar en el reino el primer acto oficial de un drama que se desarrollará a lo largo de los próximos años. El marco fue emblemático: el palacio de la Moncloa, el motivo, más: el inicio del diálogo social de la actual legislatura ("diálogo social", ¿por qué le denominarán asíт­?). De todo lo que se dijo, de todo, yo me quedo con dos ideas.

Una. “Austeridad”. El presidente del Gobierno utilizó este concepto en tres ocasiones, en tres. Yendo al Diccionario de la RAE puede leerse que “austeridad” significa “Calidad de austero” y, consultando “austero” el golpetazo es importante: “Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral” y, también, “Sobrio, morigerado, sencillo, sin ninguna clase de alardes”. El mensaje fue claro, ¿verdad?: “Señoras y señores, se acabaron las alegríт­as”.

Dos. Que se continúa sin decir la verdad; no digo que se mienta, eso no, pero se quiere continuar dando la imagen de que las cosas están bajo control, de que “podemos estar tranquilos” (El Paíт­s 19.06.2008, Pág. 24). ¡Ojo con eso!: volvemos al Diccionario: dice de “tranquilo”: “Dicho de una persona: Que se toma las cosas con tiempo, sin nerviosismos ni agobios, y que no se preocupa por quedar bien o mal ante la opinión de los demás”. ¿Se dispone de tiempo?, ¿se está en disposición de tomarse las cosas sin agobios?, o, ¿simplemente es la imagen que se quiere transmitir?.

Esto liga con un tema del que cada vez va a ser más habitual hablar y oíт­r hablar: la morosidad, y otra vez no se está enfocando bien. Se dice: “¿de qué nos preocupamos?, sobre el total de créditos concedidos la morosidad equivale, hoy, al 1,3% y en el 2009, llegará al 3%, ¡pero si en 1994 superó el 9%!”. Síт­, los números son correctos, pero, es que, ¿saben?, los créditos, la deuda hoy no significa lo mismo, ni juega el mismo papel de lo que significaba y del papel que jugaba en 1994. Hoy, en el reino, la deuda privada supera el 215% del PIB, en 1994 no llegaba el 65%; hoy el crédito es EL combustible que mueve el sistema y EL lubricante que permite que el sistema se mueva; en 1994 eso no era asíт­.

Hoy, “por el planeta” tenemos un monto de crédito hipotecario basura y moroso/impagado/problemático no conocido, pero estimado, de entre 0,35 billones y 1,0 billones de dólares y, sólo en USA, un volumen de seguros sobre créditos de cuya solvencia se desconoce casi todo, de 35 billones de dólares, billón más, billón menos; absolutamente nada de eso sucedíт­a en 1994. Para finalizar las no-semejanzas: los niveles de interpenetración económica, financiera y económico-financiera (fíт­jense en que distingo) que en esta fase postglobal, de apalancamiento desmesurado, ha alcanzado la economíт­a planetaria no son ni remotamente comparables a los existentes en 1994. Un retraso en un pago hoy, un impago mañana, independientemente del importe, puede desencadenar una oleada de rumores, de compras, de ventas, de huidas, de un calibre inimaginable en 1994.

Mi humildíт­sima sugerencia a quienes corresponda: mucho ojo a las implicaciones de los impagos de créditos, mucho más que a la tasa de morosidad (que además va a crecer, mucho, mucho: superará ese 9% de 1994).

Retorno a lo dicho: se dice, pero !. Miércoles 18 de Junio; lugar, sede del IESE en Barcelona; motivo, conferencia. El Sr. Juan Maríт­a Nin, director general de La Caixa dijo que “no hay crisis en el sentido estricto de la palabra (porque) una crisis seríт­a el aumento de la inflación acompañada de la pérdida de poder adquisitivo, la aceleración de la subida de los precios de las materias primas, de los alimentos y de la energíт­a, el aumento de los tipos de interés y del paro” (El Paíт­s, 19.06.2008, Pág. 25). Absolutamente de acuerdo: algo asíт­ es una crisis (y la tendencia apunta un poco a eso, ¿no?), pero existe otra posibilidad: la opuesta: la que aún nadie quiere comentar porque es pavorosa, y es hacia la que vamos: 1929.

(En esta líт­nea: ¿cuánto deben pagar los consumidores por la electricidad que consumen?; ¿tienen que pagar el precio real?; ¿tiene que existir una cierta subvención?; a las rentas más bajas, ¿debe aplicárseles una tarifa reducida?; ¿debe subirse la luz el 5,6% o el 11,3%?. Es curioso que se esté discutiendo todo eso cuando, dentro de cuatro díт­as el precio será el que tenga que ser y, una vez se decida el importe, se dará un subsidio a la gente y que la gente se lo gasta en lo que crea conveniente. ¿Qué ese subsidio no alcanza a pagar toda la electricidad que una familia media hoy consume?, pues que reduzca su consumo. Electricidad, agua, gas, jarabe de grosella, ! consideren lo que se les ocurra: vamos por ahíт­: pago por acceso al uso).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]