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“Hay que separar la política de los mercados”. Hollande

José Luis Martínez Campuzano - Viernes, 18 de Mayo

"Hay que separar la política de los mercados". Hollande. Y sin embargo, sigo pensando que los políticos siguen sin entender la situación actual. Por ejemplo, los mercados son identificados como un ente que impone disciplina cuando debería enfocarse en los problemas sociales y políticos. Pero los mercados son inversores que desde hace meses observan con estupor un deterioro continuado del Euro al mismo tiempo que desconfían de cualquier otra política que no esté enfocada en reducir la excesiva deuda pública (y privada, especialmente la privada). Como decía un buen amigo, economista experimentado en varias crisis de deuda latinoamericana, "el riesgo de impago de la deuda es directamente proporcional a su tamaño...por encima del 50 %, el riesgo de impago es enorme....en niveles del 100 % será muy difícil pagar". Por cierto, cuando yo le respondía que en algunos casos se manejaban ya superávit primarios, su respuesta era clara: "ya, pero no pagan".

Tras mucho pensarlo, y créanme que he pensado mucho sobre el tema, he llegado a la conclusión de que el actual es momento de técnicos y gestores y menos de política. Quizás es que estoy influenciado por los mensajes de austeridad y recesión. Nos ponemos contentos al conocer que la economía europea no ha decrecido en el Q1, cuando nos olvidamos que todos esperábamos en diciembre un primer trimestre en positivo tras el Q4 del año pasado con descensos. Y ahora son pocos los economistas que esperan datos mejores en el Q2. El martes escuchaba el informativo de una tv nacional con más del 70 % hablando de economía, mercados y ajustes.

¿Dónde quedan los movimientos como los liderados el año pasado por algunos economistas que defendían un cambio de actitud ante el creciente pesimismo?. Se olvidaban, los pobres, que el problema no es tanto de actitud como de deuda. Elevada deuda acumulada. Por ejemplo, más de 3 veces el PIB español entre la privada y pública. Y creciendo a corto plazo, pese a los ajustes. Ajustes evidentes, con deuda privada a la baja en España pero a un ritmo marginal frente al fuerte aumento en paralelo de la deuda pública. ¡Es la deuda!.

Un alto cargo del Gobierno de Merkel decía hace poco, refiriéndose a Hollande, que las elecciones no pueden cambiar los compromisos alcanzados. Algo de esto pensó el FMI cuando en los planes de rescate ha tratado de incorporar a toda la clase política en los países considerados. Lástima que: 1. han surgido nuevos partidos que se aprovechan del rechazo social a los ajustes...populismo; 2. dentro de los partidos firmantes incluso se han producido movimientos internos que rechazan los compromisos alcanzados antes. Bueno, pues para algunos está claro el camino a seguir: no más ajustes y a esperar la recuperación.

Se olvidan de la deuda. Y de cómo financiarla. ¡Esos mercados! Sí, alguien tendrá que pagar la cuenta. Y hay dos alternativas. La primera, que se cree dinero (bancos centrales) y/o que el país rico mutualice los riesgos y pérdidas del resto. Estas dos opciones están encima de la mesa. Pero tendrá que pasar tiempo, mayor control y especialmente un escenario precisamente más complicado en los mercados como para que sean factibles. ¿Por qué siempre al límite? Es una buena pregunta. En el caso del ECB creo que la respuesta tiene mucho que ver con la necesidad de mayor cohesión fiscal y especialmente política. El drama une mucho; y quizás el drama e importante riesgo actual lleve a una mayor convergencia. Pero, mientras esto ocurre,  la clase política se quejará de la banca, de los mercados y de los especuladores. De nuevo, volverán a olvidarse del pesado lastre de la deuda acumulada que alguien tendrá que pagar.

Al final, los economistas nos hemos convertido en analistas políticos. Estudiamos con detalle los sondeos, valoramos los potenciales acuerdos entre los partidos, sus afinidades y prioridades. Y hacemos nuestros propios pronósticos. Reconozco en este sentido de que todo lo que ocurre en Grecia es quizás el mejor ejemplo extremo del riesgo político. Llamativo como la población soporta en más del 76 % el Euro pero apoya a partidos que, aunque oficialmente también son Europistas, no quieren seguir cumpliendo las normas para formar parte del Proyecto. Y lamentablemente la convocatoria de unas nuevas elecciones en junio no resolverán la paradoja actual. De hecho, aunque todos damos por sentado que Grecia acabará abandonando el Proyecto de Moneda Única yo no tengo nada claro que se materialice tan pronto como en junio. Hay alternativas. En el terreno político siempre las hay.

Por cierto, se ha anunciado una conferencia telefónica previa al G8 entre los gobiernos europeos que participarán en la reunión del fin de semana en Washington. Espero que haya respuestas y no sólo preguntas. De esto último estamos "sobrados".


José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España




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