La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Hay vida, y nuevas vocaciones, después de Wall Street

Lauren Tara LaCapra - Viernes, 09 de Septiembre En sus 23 años como banquero, Adam Greene recorrió el mundo cerrando acuerdos por miles de millones de dólares con enormes bancos y empezó su propia firma de asesoría. Pero en 2006 cambió su BlackBerry y elegantes trajes por una Biblia y un atuendo de clérigo. "Lo percibí claramente: 'es momento de responder a esta llamada'", dijo Greene, quien ahora es un reverendo y decano de vida espiritual en la Escuela Secundaria Episcopal en Bellaire, Texas. Greene terminó su carrera en Wall Street justo antes de que el sector estallara. Pasó un año estudiando teología antes de coger un puesto en la escuela de 664 estudiantes cerca de Houston, donde supervisa la educación religiosa,el programa diario de la capilla y el servicio comunitario. "Estoy más ocupado que nunca, eso es seguro", dijo el clérigo de cabello oscuro. Puede que la elección de carrera de Greene sea excepcional. No obstante, hay muchos otros que se han dedicado a trabajos completamente diferentes en los últimos años mientras continuan las secuelas de la crisis financiera internacional. Dado el aspecto desolador del mercado laboral, algunos trabajadores han dejado de enviar currículum vitaes, realizar llamadas que no son devueltas e ir a entrevistas que no conducen a nada. Greene, de 46 años, hizo hincapié en que su decisión de dejar Wall Street no tuvo nada que ver con la contracción de la industria. Sintió la necesidad de ordenarse como sacerdote desde la universidad, y dejó las finanzas para perseguir su sueño. No todos los expatriados de Wall Street han tenido tanta suerte. Con poco más de 7,6 millones de empleados, la fuerza laboral de la industria financiera de Estados Unidos está en el nivel más bajo desde enero de 1999, según datos del Gobierno. El recuento de la industria está 9 por ciento por debajo del nivel máximo de 8,35 millones registrado a fines de 2006. Los trabajadores se están preparando para nuevos recortes mientras los bancos a duras penas contabilizan ganancias en base a menos ingresos. Y muchos puestos en el sector financiero, desde cajeros a corredores de bonos, están siendo reemplazados por ordenadores. Goldman Sachs Group Inc,, Morgan Stanley, Credit Suisse Group AG, UBS AG y Barclays PLC son algunos de los grandes bancos que planean reducir miles de puestos de trabajo, tras decepcionantes informes de ingresos. Expertos dicen que a diferencia de anteriores ciclos de auge y decadencia, puede que la industria financiera no vea más contrataciones a la brevedad. "En el pasado, las corredurías solían despedir a 5.000 corredores un año y luego contratar a otros 5.000 el año siguiente. Eso no es lo que estamos viendo estavez", dijo Ernest Patrikis, socio en la firma de abogados White & Case que pasó 30 años en la Reserva Federal de Nueva York. EL OJO DE LA TORMENTA Si la industria financiera se está contrayendo de forma más permanente, tal como sugieren algunos, sus trabajadores no lo han entendido a tiempo. Muchos de los despedidos desde 2006 siguen desempleados, en busca de un puesto en el mismo sector. El desempleo en los servicios financieros ha sido del 6,7 por ciento en promedio en los últimos 12 meses, muy por debajo del índice de desocupación general de Estados Unidos, pero más del doble que cuando estalló la crisis. "El sector financiero estuvo en el centro de la tormenta de esta recesión y en su estela. El sistema no reabsorbe a esos empleados tan rápidamente", dijo John Challenger, director de la firma de asesorías en búsqueda laboral Challenger, Gray & Christmas. Algunos no regresan en absoluto. "Me dije a mí misma: 'Estoy acabada, este es un gran descalabro'", afirmó Rina Lazar, ex analista de Merrill Lynch, vendedora de fondos de inversión y gestora de financiación antes de renunciar en el 2008. Ahora usa las mismas capacidades para vender productos y utensilios de cocina para una compañía llamada The Pampered Chef. Lazar, quien ha ganado un viaje a Hawái por ser una de las mejores vendedoras de la firma, dijo ganar menos que en Wall Street, pero está más feliz y motivada, y tiene más tiempo libre. "Estaba ganando seis cifras (al año) a los 23 años. En aquel momento, mi carga horaria era una locura y no tenía vida. Estoy contenta de haber cambiado de curso. Estoy mucho más feliz ahora", dijo Lazar, quien ahora tiene 30 años. En algunos casos, banqueros y operadores están optando por empleos de los que se habrían burlado hace un año o dos. Rich Rothaar, de 27 años, se fogueó en Wall Street vendiendo derivados extrabursátiles, un producto solicitado en los años previos a la crisis. Pero en el puntomáximo de inestabilidad en 2008, perdió su trabajo. Dos años más tarde, sin posibilidades laborales a la vista, Rothaar decidió ensuciarse las manos, literalmente: abrió una franquicia de limpieza de extractores de cocinas cerca de su ciudad natal en Long Island. "En Wall Street no había camaradería, nadie que te ayudara. Se volvió realmente despiadado. Ya no era un lugar divertido para trabajar", sostuvo. Rothaar dice que su trabajo día a día puede ser mundano y frustrante, pero disfruta de ser un emprendedor exitoso. "En Wall Street era mucho más fácil y ganaba más dinero, lo cual era genial. Pero también era muy insatisfactorio. Se siente bien crear una empresa, tener algo más tangible que sólo gestionar contratos todo el día", aseguró. Carrie Luckner-Zimmerman, quien dejó su puesto como operadora bursátil para convertirse en pastelera, reflejó ese parecer. "Solía ver esos programas de pastelería gourmet por televisión y decirme a mí misma: 'Estaría muy bien aprender a hacer esas tartas, hacer algo con mis propias manos y crear algo tangible, en vez de sólo operar'", dijo. Luckner-Zimmerman renunció al fondo de inversión Satellite Asset Management en mayo de 2008. Pasó varios meses aprendiendo técnicas de pastelería en Le Cordon Bleu en París y el Instituto Culinario Francés en Nueva York antes de lanzar su propia compañía, Petit Paris Patisserie, en el 2009. Ahora vende masas francesas y pan artesanal en eventos y mercados de productores agrícolas. Para cuando levantó vuelo con su nuevo negocio, Satellite Asset Management había empezado a liquidarse. "La situación no lucía tan prometedora y era un poco estresante. Me animé, y si no hubiera tomado la decisión habría quedado sin empleo", comentó acerca del fin de sus nueve años en el sector financiero.


[Volver]