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Hooverización

Santiago Niño Becerra - Jueves, 23 de Abril Ya lo hemos comentado en otras ocasiones, pero pienso que vale la pena incidir en ello porque las cosas están adoptando un sesgo, ¿raro?.

Desde hace un par de semanas, comenzando en USA, están llegando a todos los medios una serie de informaciones divulgadas por políticos o altos funcionarios de instituciones económicas que apuntan en la misma dirección: “parece que las cosas están yendo menos mal de lo que estaban yendo”. Si Uds. analizan lo que hay detrás de esa frase es simple: las cosas continúan yendo mal, puede que muy mal, pero no tanto, y alguna vez puede que vayan bien.

ilustraciónEs decir, no hay absolutamente nada detrás de esa idea, pero suena a música celestial a los oídos de unas poblaciones que llevan meses esperando EL milagro, por eso desean oír las anteriores palabras al llevar implícito aquello que permitirá la llegada de ese milagro: La solución que alguien, en alguna parte, hallará y pondrá en marcha. Dirán que todo esto suena infinitamente más a fe que a lógica, y sí, así es. ¿Qué, si no, es esa referencia del presidente USA a ese avistamiento de “rayos de esperanza”?.

Y es peligroso, algo así es peligroso, porque supone mistificar algo, la evolución sistémica, que no tiene nada de místico, y porque quienes tienen que saberlo ya lo saben: no hay ningún rayo de esperanza en un horizonte a cuatro años: ninguno; y como hay datos que son inmistificables, reparen que esas gentes que hablan de que “parece que las cosas están yendo menos mal de lo que estaban yendo” admiten que a dos años vista se continuará destruyendo empleo: ¿las cosas parece que están yendo menos mal de lo que estaban yendo y durante los próximos dos años va a continuar destruyéndose empleo con las consecuencias que eso va a tener?; ¿cómo demonios se come eso?. Volvamos al antecedente de la crisis sistémica que ya estamos empezando a oler: la última crisis sistémica: la Gran Depresión.

Cuando se produjo el crash de 1929 el hombre que ocupaba el despacho oval era Herbert Clark Hoover. La historia ha sido muy injusta con Hoover: tildado de iluminado por sus posturas internacionalistas tras la I Guerra Mundial, ha sido tachado de inútil por sus políticas durante los primeros años de la crisis que siguió al crash del 29; sinceramente, pienso que Mr. Hoover no fue culpable de casi nada; ¿el motivo?: pudo hacer muy pocas cosas diferentes a las que hizo porque lo que había que hacer era incompatible con el momento sistémico en el que el crash se produjo; y, ¿qué hizo?.

Hoover fue presidente entre Marzo de 1929 y Marzo de 1933. Antes del crash se dedicó a organizar reuniones en la Casa Blanca a las que invitó a prohombres de la sociedad USA, sobre todo a banqueros y a grandes inversores; todas las reuniones acababan igual: con una conferencia de prensa en la que se decía que las cosas iban a ir bien. Tras el crash, él y su Gobierno se dedicaron a gastar a mansalva, el problema es que ese gasto, al producirse en el seno del modelo que había llevado al crash, un modelo ya inoperante en un sistema agotado, no sirvió absolutamente para nada. Hubo algún repunte, momentáneo, parcial, pero, al final, nada de nada. Y a la que en 1933 se dejó de meter pasta, el derrumbe. Pienso que actualmente, con matices, se está actuando igual.

Cierto es que en los años 30, el crash y la crisis prácticamente se produjeron de hoy para mañana, cosa que hoy no está sucediendo: las gentes de los años 30 no tuvieron el período “mediados del 2007 Ѣ€” mediados del 2010”, período en el que podrían estar tomándose decisiones que mitigaran el derrumbe de la fase “mediados del 2010 Ѣ€” finales del 2012” y el estancamiento que se producirá entre finales del 2012 y finales del 2015, pero, ¿para qué está sirviendo este actual período “de gracia”?.

Pues para lanzar mensajes en el sentido de que “parece que las cosas están yendo menos mal de lo que estaban yendo”, e inyectando mucha pasta, muchísima, en un entorno que la fagocita y que produce una sensación de remonte: es como si se estuviesen inyectando anfetas a un sistema que, en su forma actual, está agotado.

Este efecto remonte durará el tiempo que la gente continúe creyéndose esos mensajes de optimismo, y mientras se siga metiendo pasta en el sistema; cuando lo primero decaiga y lo segundo ya se demuestre inoperante, se acabó. Eso, estimo, sucederá tras este Verano, a lo largo del tercer y cuatro trimestres del año en curso.

Como siempre hay que echar la culpa a alguien, pienso que quienes participan en este show místico-económico, quienes lanzan esos mensajes del tipo “parece que las cosas están yendo menos mal de lo que estaban yendo”, tienen bastante culpa, sobre todo porque conocen la historia y porque tienen información, buena y fiable, y saben que las cosas van a peor, no a mejor.

Las políticas de la Administración Hoover se demostraron inoperantes e inútiles, hooverizar la economía mundial hoy va a llevarnos, nos está llevando, por el mismo camino. Cierto, cierto, el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra: por eso es humano; pero pienso que esta vez quienes se ocupan de la economía se están pasando de la raya porque conocen el final del cuento tergiversado que están contando a una población crédula y desinformada. En fin, Serafín.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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