La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Hoy, ahora mismo.

Santiago Niño Becerra - Viernes, 24 de Octubre Hay intervenciones públicas que hay que escuchar, interpretar y analizar, como la que ayer realizó en la SER el Sr. Díт­az Ferrán. El presidente de una de las patronales españolas dijo que EL problema de las empresas españolas radica en que los créditos se han restringido. Mi lectura es de lo que no dijo: que la empresa española precisa del crédito para sobrevivir.

El díт­a anterior habíт­a estado charlando con un directivo de una entidad financiera española y me dijo que síт­, que las peticiones de créditos se estaban analizando con lupa, y que también, que se estaba produciendo la anulación de pólizas de crédito a su vencimiento, hasta aquíт­ todo normal, pero añadió algo de lo que no se habla: que las peticiones de crédito habíт­an disminuido, tanto las procedentes de personas y familias como las procedentes de empresas.

Es decir: las entidades financieras han restringido el crédito y quienes podríт­an utilizarlo han reducido su demanda de dinero. Si lo primero es un síт­ntoma, lo segundo es una constatación, y ambas enmarcan el mensaje de ayer del presidente de la CEOE: la situación económica está muy mal.

Volvamos a lo de antes: las empresas necesitan del crédito para vivir: ¿sobreviven gracias al crédito?. Hoy, en clase de la asignatura de Economíт­a que este curso estoy impartiendo a las/los estudiantes de Ingenieríт­a, uno ha argumentado: “Si los bancos no dan créditos, las empresas se hundirán”. Es obvio: no hace falta tener un doctorado en economíт­a. Además están cosas como lo de Argentina, que ayudan a ! empeorar una situación que ya es mala.

Digámoslo despacio: “sobrevivir gracias al crédito”. ¿Somos conscientes de lo que eso significa?. Significa que la existencia de quienes a eso les sucede depende de otros, que su desempeño, su quehacer diario, sus inversiones, las compras de los consumibles que precisan, las ventas de lo que elaboran, depende de que otros se las financien. Medíт­tenlo descontextualizadamente: desde una perspectiva individualista -que es la que aún está vigente- es una aberración, pero entendido en el contexto de la evolución del sistema económico y social de estos últimos quince años, esa “aberración” es la que ha permitido crecer, que el PIB aumentase, vamos. Pero la cosa aún ha sido peor.

Gran parte de ese crédito se ha construido sobre una base que, no es que no fuese sólida, es que era de humo, pero todo el mundo lo ha aceptado porque la existencia de gran parte de lo que se veíт­a, de lo que se creaba, de lo que se fabricaba, compraba, vendíт­a y consumíт­a, de los que se crecíт­a, vamos, se sustentaba sobre la misma base: humo, puro humo, por lo que negar eso significaba ir contra el crecimiento.

¿Por qué creen, si no, que los Estados van a meter cinco billones de dólares en el sistema financiero cargándose con una deuda que va a ser traspasada a nuestros descendientes?, ¿por qué piensan que se van a sacar fondos de aquíт­ y de allá a fin de meterlos en el sistema financiero y van a dejar de gastarse en otros menesteres?, ¿por qué creen que todos los políт­ticos, to-dos, soportan esas medidas?, pues porque todo el mundo sabe que si el sistema financiero se va a la mierda, todo se va a la mierda, por eso callan y otorgan aún sabiendo que con esos billones lo único que se va a conseguir es comprar un poco de tiempo, unas semanas, un par de meses, tal vez, nada más. Y esos políт­ticos dirán lo que crean que deben decir, pero quienes deben saber lo que en verdad sucede ya lo saben: ¿no se han percatado de que los anuncios de rescates, salvamentos y apoyos cada vez tienen un menor impacto, de que cada vez influyen menos en la evolución de Bolsas y bolsillos?, o de que síт­ influyen: negativamente.

Algo como lo anterior es malo en todas partes, pero en el reino más: muy dependiente, poco productivo, bajo valor generado, economíт­a pequeña: 8,5% del PIB de la UE. La española es una economíт­a con poco de todo: pocos recursos, poca capacidad de respuesta, poca flexibilidad para cambiar de carril, poca capacidad de aguante ante un problema como el actual. España tiene poca “masa críт­tica”, en consecuencia puede aportar muy poco, o nada, al conjunto: España ha sido receptora neta de fondos comunitarios, aún lo es.

En consecuencia, no nos llaman -nos invitan- a reuniones en las que se deciden cosas; no por nada, es que España no es necesaria: ¿qué va a aportar?, ¿qué va a decir?, ¿qué peso tiene para influir, para liderar?. En los momentos actuales es preciso que se marquen caminos, y la economíт­a española no puede porque nunca lo ha hecho; pudo hacerlo: en el siglo XVI, pero perdió su tren.

España ya ha dejado de “estar de moda”: “(!) la cumbre se convoca de común acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea”, ha dicho el Gobierno español (El Paíт­s 23.10.2008, Pág. 21), lo que es cierto y pone de manifiesto lo antes dicho: España es miembro de la UE e, independientemente de lo que crea el Gobierno español, lo cierto es que no es necesaria.

No sé si es triste, o no, pero más vale que España se vaya haciendo a la idea.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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