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MERCADOS: Inmovilizar grandes sumas de dinero en un activo que se deprecia es una mala idea

Enzo Gutiérrez - Martes, 01 de Noviembre

Apalancarse, endeudarse, pedirle dinero prestado a la familia para jugar y especular en Bolsa son fenómenos, que siempre se han sucedido en Bolsa y existirán. Siempre hay chivatazos que, conducen a la ruina. Cuando compras ese valor, que tan contado de buena tinta, ya es tarde o es mentira. Los chivatazos, el sé de buena tinta, te pueden ocasionar la ruina. En los últimos meses, uno de los mejores bancos de inversión, que he conocido en mi trayectoria profesional, me ha recomendado tres valores, que, según ellos, contaban, siguen contando, con buenos fundamentos. O sea, auténticos chollos. Tres valores, que, en efecto, han rendido a sus accionistas buenas cuentas y buenas noticias. Tres valores, no obstante, que se han pegado tres batacazos importantes, con caídas promedio del 35% en un abrir y cerrar de ojos. La experiencia me dictó poner pocos huevos en estas cestas, pero los puse llevado por la codicia. Y los huevos se han roto. Para eso sirven los soplos, los chivatazos, que decimos en nuestro argot. Huye de los rumores, de los soplos de buena tinta. Las buenas noticias no se cotizan y si lo hacen su efecto apenas dura un par de horas. Hay un fenómeno contra el que no se puede luchar: contra el sentimiento de mercado", me dice un viejo lobo de la Bolsa española, ya jubilado, que recomienda:

"Cuando hay grandes sumas de dinero en juego, lo mejor es no confiar en nadie". Agatha Christie #Fuedicho

Señala ValueStockGeek@ValueStockGeek que "Compré un auto nuevo cuando tenía 20 años y fue el último que compré. El olor a auto nuevo dura un mes, luego te acostumbras y, finalmente, el auto no trae alegría. El dolor de los pagos dura más y duele más que la diversión de la compra de un auto nuevo. Si no puede pagar el automóvil en efectivo, entonces no puede pagarlo. Inmovilizar grandes sumas de dinero en un activo que se deprecia es una mala idea. Pedir prestado grandes sumas de dinero para comprar un activo que se deprecia es aún peor. Pagar en efectivo hará que sea doloroso comprar el automóvil y limitar el daño."

Ha escrito Carlos Montero en lacartadelabolsa que Bernard Baruch vivió una doble vida financiera al principio de su carrera. Se mantuvo cauteloso y siempre atento al dinero de su cliente, pero esa naturaleza conservadora terminó donde comenzó su propia cartera. Baruch tendía a comerciar en exceso. También manejó una cuenta de margen y nunca dejó dinero en reserva. En otras palabras, le gustaba apostarlo todo. Pero como tenía poco capital, siempre ponía el menor margen posible. En aquellos días, las cuentas de margen permitían entre un 10% y un 20% de margen. Baruch podría comprar una acción usando su propio dinero para cubrir tan solo el 10% del precio de una acción y pedir prestado el otro 90%. Que es exactamente lo que hizo. Excepto que no tener dinero en reserva significaba que un pequeño cambio en el precio lo aniquilaría rápidamente. Y así fue.

Cada vez que Baruch se encontraba con una acción o un bono del que estaba seguro, apostaba todo lo que tenía. Casi como un reloj, el mercado fluctuó en la dirección equivocada y volvió a quebrar. No ayudó que la mayoría de sus ideas vinieran de chismes y consejos. Este proceso se repitió varias veces antes de que finalmente se diera cuenta de que necesitaba un poco de reserva en caso de que el mercado se moviera en su contra.




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