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La mayor oscuridad es justo antes del amanecer

Carlos Montero - Jueves, 26 de Enero El consenso de los analistas económicos es que el 2012 será como el 2011. El consenso se equivocará una vez más. Este año no será la continuación del 2011 que muchos expertos esperan. No será ni mejor ni peor.

Para ver qué camino tomará la economía, demos un vistazo a estos dos escenarios.

La economía terminó 2011 con una buena nota. El consenso de analistas cree que el producto interno bruto podría haberse expandido en un tasa anual de hasta un 3% el último trimestre del año pasado, un 50% más rápido que el promedio de los tres trimestres anteriores, y el nivel más alto desde el segundo trimestre de 2010.

Pero esto no significa que podamos esperar más de lo mismo.

Los economistas estaban optimistas hace un año. Pensaron que el crecimiento en el primer trimestre del 2011 sería de hasta un 4% anual. Estuvieron muy equivocados; la economía creció a 1/10 de eso a ¡una tasa anual de sólo un 4,0!

Lo mismo podría ocurrir este año, puesto que, en todo caso, la economía está más vulnerable a perder el rumbo hoy que hace un año.

Están los problemas del euro, el estancamiento político en Washington, el atribulado mercado de la vivienda, los bajos ahorros y las altas deudas de los consumidores. Aún es difícil conseguir un trabajo, y ni hablar de solicitar un crédito.

Una parte del estímulo fiscal vencerá este año, que abarca desde la exención tributaria en las nóminas de pagos y la extensión de beneficios de seguro por desempleo, a la amortización de impuestos a las empresas por la compra de ciertos bienes de capitales. Y, por supuesto, está el constante énfasis en la reducción del déficit, que está retardando el crecimiento en vez de impulsarlo.

Esto es lo conocido. Luego está lo desconocido. El año pasado fue la Primavera Árabe, el terremoto en Japón, el clima extremo y la rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos.

Este año podría ser más de lo mismo, además de condiciones es países como Corea del Norte, Irán, Rusia y Siria, sin hablar de una posible recesión en Europa y/o una disolución del euro. En Estados Unidos, están las próximas elecciones, junto con el continuo énfasis en la austeridad dentro del marcado de un esfuerzo por calmar los mercados de bonos.

Dicho todo esto, ¿es posible que los observadores estén siendo demasiado pesimistas? ¿Podría 2012 ser mejor de lo esperado? Puede sonar descabellado, dado el pesimismo que domina el país, pero escúchenme.

Las recientes estadísticas económicas han sido alentadoras. Más empleos están siendo creados y ha habido menos despidos. Gracias a esto y los precios de la gasolina, la confianza de los consumidores está aumentando, lo que lleva a un mayor gasto y una mayor producción industrial.

Llenos de efectivo, los directores de empresas están optimistas. Más compañías pequeñas planean aumentar su personal en cualquier momento durante los próximos tres años, mientras más empresas desean añadir trabajadores en el trimestre actual que en todos los trimestres desde el 2008.

En cuanto a la política, una baja tasa de aprobación y el temor de que la ira de los votantes saque del gobierno a los titulares de ambos partidos en las elecciones de noviembre, bien podría hacer que los políticos terminen con el estancamiento causado por las disputas partidistas. Esto podría abrir el camino para la promulgación de leyes más sensatas que podrían estimular la economía, no frenarla como durante los últimos dos años.

De hecho, si uno se remite a la historia, los años divisibles por cuatro generalmente son buenos.

Este año ciertamente comenzó en forma positiva, incluyendo el hecho de que las expectativas son tan bajas.

Quizás es cierto que la mayor oscuridad es justo antes del amanecer.

Fuentes: Irwin Kellner




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