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Lecturas, valoraciones, tests, Alemania, Avenida 9 de Julio

Santiago Niño Becerra - Lunes, 02 de Agosto ilustraciónOjo con la lectura: la caída del precio que España tiene que pagar para que le compren su deuda puede deberse a que a medio / largo plazo se estimen bajas las expectativas de negocio en el reino con la deuda.

Es muy significativa la razón que Fitch ha dado para bajarle, recientísimamente, la calificación a una Caja española: las anémicas expectativas de España para crecer. Una deuda se compra, recordemos, por dos motivos: porque la compra tiene posibilidades de negocio, o porque la rentabilidad y/o las posibilidades de cobro y/o la panoplia de formas de cobro, son altas.

Lo que decíamos el Lunes: las entidades financieras que han sido testeadas estaban el Viernes igual de bien o igual de mal que el Martes anterior o que el Lunes siguiente; lo mismo la economía del país sede de algunas de esas entidades analizadas; y sus deudas: eran igual de buenas o igual de malas. Los stress tests han dicho, pienso, lo que tenía que ser oído, y ha sido dicho de la forma que tenía que decirse: para que lo oyeran quienes tenían que oírlo según éstos necesitaban oír.

Y Alemania. ¿De que nos quieren convencer?, ¿de que Alemania no está bien?, pero si era (es) archisabido: ¿qué se puede decir de un país cuyo PIB, en un 40%, depende de las exportaciones que haga?, exportaciones, por cierto, de alto valor, por lo que a medida que más vaya empobreciéndose el resto del mundo menos podrá comprarles; más: ¿y qué decir de un país que se ha dedicado a financiar a otros (países), a otras (actividades), a muchas (empresas, financieras, y no) para hacer negocio?, financiaciones que nada justifica que vayan a ser cobradas, al menos, no en su totalidad.

Se saca como bandera, aquí, la gran cantidad de deuda griega que otros tienen, pero, ¿no nos dijeron que tras el mega plan de rescate a Grecia y tras el superfondo de sostenimiento del euro no había problema alguno ni con la deuda de Grecia ni con la de ningún país?, entonces, ¿para qué hacer publicidad con algo que no sirve de reclamo?, ¿o es que sí sirve?.

Se están dando vueltas a las cosas que se han escogido tras pintarlas del color que se ha creído más conveniente. Se está diciendo de un señor que tiene un cáncer que el color negro intenso de sus ojos le da un aspecto muy saludable. ¡Por favor!. Aquí, en España, se vende como un ejercicio de dureza extrema el suponer una caída del precio medio de la vivienda del 26%, ¡pero si no importa lo que caiga el precio, sino que se compre!. Durante la Gran Depresión sus propietarios ponían a la venta cochazos impresionantes por 500 dólares, pero muy pocos podían comprarlos.

Esa es otra. El precio medio del m2 sale de la media ponderada de las tasaciones de viviendas que realizan profesionales como la copa de un pino, pero no recogen lo que ya está sucediendo y más va a suceder:

- Buenos días, he visto que vende un apartamento.
- Si, tiene cocina galáctica, jacuzzi hiperbóreo, ...
- Ya, ya, lo que quería decirle es que yo ofrezco 200.000 euros.
- ¿Pero si el perito de Peritaciones Excepcionales, S.A. me lo tasó en 350.000?.
- Me parece genial, pero yo le ofrezco 200.000, y se los ofrezco hoy, mañana ...

No recuerdo si se lo comenté. Conozco a un señor argentino que “cuando lo del 2001” salió de Argentina en estampida. Como tenía prisa tuvo que vender de hoy para mañana varias propiedades que tenía por el país, una de ellas era un apartamento en la Avenida 9 de Julio, un apartamento por el que el 1975 había pagado 150.000 dólares; bien, lo vendió, si, por ... 60.000 dólares del 2001. Prácticamente todo, pero en concreto hoy, las propiedades inmobiliarias valen lo que el que compra quiere que valgan.

Ya no digamos una vivienda a medio hacer, interrumpida, ahí la superdesvalorización aplicada en el reino ha sido del 50%. ¡Pero si un edificio de apartamentos a medio construir no vale nada!, no lo quieren ni los okupas. Ni siquiera es desguazable a fin de aprovechar sus materiales (algo parecido sucede con la obra pública). Con los terrenos urbanizables ha sido peor, es peor: desvalorización del 61%. ¿Me lo explican, por favor?. A ver, en si, per se, ¿cuál es el valor de un terreno cuyo destino calificado sea dar cabida a un conjunto de viviendas?, se lo digo yo: a no ser que tales viviendas se levanten con altas perspectivas de ser vendidas o alquiladas, nada, cero; a no ser que exista la posibilidad de que la calificación sea cambiada y en él puedan cultivarse patatas, alubias, pimientos y algún tomate. (Esa es la principal razón por la que se están construyendo viviendas que, se sabe, no van a ser vendidas: una vivienda vacía tiene un valor contable muy superior (de momento) del que se le puede dar si está a medio hacer. Con respecto a las oficinas y a las naves industriales, que les voy a contar).

Se cuenta lo que es conveniente oír a aquellos oídos que esperan que les llegue lo que necesitan escuchar. ¿Con respecto a las entidades financieras?, yo no me estaba refiriendo a eso, sino a aquel camarero de aquel bar, antipático hasta decir basta, que prepara unos daiquiris excepcionales: seremos amables con él o tendremos que esperar nuestros daiquiris hasta que anochezca.

(El subsector de las energías renovables está preocupado porque van a ser rebajados sus objetivos de crecimiento, es decir, el monto de primas a repartir. Simplemente un apunte: ¿ha meditado el subsector la posibilidad de que el consumo de energía vaya a caer significativamente en los próximos años?. Lo digo porque la crisis hará caer la actividad, y el consumo de energía, y las necesidades energéticas, y luego, cuando lo que marque el ritmo sea la productividad, el consumo crecerá, pero poco: eficiencia, optimización. El más-de-todo se acabó; en la energía también).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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