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Lehman (again)

Santiago Niño Becerra - Lunes, 22 de Marzo Ya ha visto la luz el informe sobre Lehman Brothers. Mi primera impresión: no llega hasta el fondo.
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Si antes éramos pocos, seguro que ahora me quedo solo: Lehman no tuvo la culpa de nada, sus directivos tampoco. La pregunta que el informe seguro no responde: ¿qué hubiese sucedido con el crecimiento económico si Lehman, sus colegas y las formas de operar que utilizaron ni hubiesen existido ni se hubiesen imaginado?, pues que, tal vez, esa planta de ensamblaje de automóviles ante la que pasa cada día ya hubiera cerrado, o puede que su sobrino que fue fichado por esa super compañía no hubiese sido contratado, o, incluso, Ud. no hubiese podido acender a ese duplex de ensueño en el que reside.

Lehman, sus colegas y sus pares manipularon, si, pero para poder continuar haciendo lo que hacían y como lo hacían, cosas que posibilitaban el incremento del PIB, y claro, para que pudieran hacerlo como lo hacían era necesario que nadie se metiera con ellos.

El pecado de Lehman & Friends fue hacer lo que tocaba hacer, cuando tocaba hacerlo y del modo que tocaba hacerlo; cierto: eso conducía a un desastre: el desastre ante el que estamos, pero la alternativa era tremebunda, inaceptable, inasumible, no-humana: ¡no crecer!, y eso ni siquiera era imaginable.

Y, bueno, ya hemos llegado: Lehman y sus iguales ya no pueden seguir haciendo lo que hacían como lo hacían porque ese modo de hacer está agotado, caduco, superado, periclitado, muerto; por eso lo que viene es una crisis sistémica, y por eso el cambio que acarreará lo será, y de ahí que, como consecuencia, un nuevo modo de hacer las cosas comenzará.

En otro orden de lehman, ¡perdón!, de cosas:

“Si Grecia fracasa y nosotros fracasamos, se producirá un daño irreparable a la credibilidad de la UE”. (Oli Rehn, Comisario Europeo de Asuntos Económicos. El País 14.03.2010, Pág. 31). Como principio suena bien, el problema estriba en que, según desde donde se esté mirando, Grecia ya ha fracasado y el resto va de camino.

Otra vez: el problema está en que se creó algo contra natura. Se metieron en el mismo saco a Alemania y a Grecia, a España y a Finlandia, se agitó el saco y salió el euro. Mientras “el mundo fue bien”, OK: se hicieron muchos negocios, algunos ganaron mucha pasta y el resto fue tirando más bien que regular; pero cuando la inercia comenzó a agotarse comenzaron los problemas. Recuerden: “Donde no hay harina ...”.

¿El FME?, me pregunto para que demonios queremos un FME si ya tenemos un FMI; y si el FMI no funciona, se cambia su modo de funcionamiento. Crear un FME, como idea lo veo bien, pero sólo desde la perspectiva de que unos técnicos independientes coordinen, diseñen y, casi, casi, dicten; pero si al FME se van a enviar a orondos políticos para que reproduzcan en un nuevo foro el “yo soy más guay que tu” más vale que Europa se ahorre los gastos que su constitución y mantenimiento acarrearán: para eso ya tenemos el FMI. ¿Qué lo domina USA?, pues que el resto le cante a USA las cuarenta.

Y otra cosa. Un organismo como el FME -o como el FMI- entiendo que no ha de servir para “rescates”, porque, ¿qué es rescatar?, ¿qué significa rescatar?. Grecia la ha pifiado porque, pienso no podía hacer otras cosas diferentes a las que hizo, y, continúo pensando, fue animada a pifiarla porque como tenía que hacer eso que hacía, haciéndolo iba a posibilitar negocios y crecimiento durante unos años, ... hasta que se acabó.

“Los problemas de Grecia” por tanto, son, en realidad, los problemas de un modo de hacer agotado. No hay que rescatar a Grecia de nada, hay que cambiar un modo de hacer en el que todos participamos (y en el que unos participan más que otros, claro).

¿Rescatar a Grecia?, vale, OK, ¿y se podrá rescatar a las próximas grecias que van a ir apareciendo?. Esos bonos griegos que tan poco valen son parte de esos activos que hay que sanear. ¿Rescatar a Grecia?, más bien acometer el saneamiento integral de esos activos poco valiosos. ¿Rescatar a Grecia?, ¿y quién rescatará a los rescatadores?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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