La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Lo necesario

Santiago Niño Becerra - Jueves, 26 de Junio Hace algunos meses lo dije, volvíт­ a repetirlo hace unas semanas y, ahora lo digo otra vez: grábense en sus cerebros esta frase: "Lo necesario es lo importante"; grábensela porque en los próximos años va a estar de la más rabiosa actualidad; tanto va a estarlo que, de hecho, va a ser la primera regla que será aplicada a la hora de plantear y de decidir una compra, un gasto, un desembolso. "---------- (la cosa a comprar, el gasto a realizar), ¿es necesario?"; si la respuesta es afirmativa, se realizarán otros planteamientos: oportunidad, posibilidad, !; pero si es negativa, fin de la historia, y punto.

No entro a dilucidar la regla: será asíт­; lo que único que apunto es que actuar asíт­ tendrá consecuencias: enormes, profundas, brutales. De hecho, y aunque oficialmente esta norma aún no se halle en vigor, ya se está aplicando en las decisiones cotidianas del díт­a a díт­a.

Nos cuentan las estadíт­sticas que el mes de Mayo ha sido un desastre en cuanto a ventas de automóviles; el dictamen que ha hecho Anfac, la patronal del subsector, es diáfano y lo suscribo totalmente: “El constante deterioro de la situación económica, plasmado en un retraimiento evidente del consumo, un incremento del desempleo y de la inflación, unido al endurecimiento de las condiciones crediticias (!)” (http://www.anfac.com/global.htm), a esto añadiríт­a el estancamiento en términos nominales, el retroceso en términos reales de las rentas personales y el inicio del hundimiento de la recaudación fiscal.

A la vez, la IATA, en una cumbre que ha celebrado recientemente en Estambul ha manifestado su profunda preocupación por el escenario que se está dibujando a su alrededor: exceso de oferta, defecto de demanda, precios de los combustibles y derivados de petróleo al alza; incluso flotó en el aire la idea de que pudiese plantearse la renacionalización de las compañíт­as -¿todas?, ¿cuáles?- por los Estados.

Son dos ejemplos, pueden ser más, son significativos. ¿Qué está sucediendo?, pues algo muy simple: que “la vaca ya no da para más”, que tenemos los ingresos que tenemos -personales, familiares, regionales, nacionales- y que cada vez “todo cuesta más”; y síт­, el precio de las cosas va a bajar porque la demanda va decrecer, pero también lo harán los ingresos, por lo que !

Hasta ahora, en los últimos cincuenta años, hemos estado creciendo a base de “ir a más”: más producción, más empleo, más inversión, más crédito, más oferta, más consumo, más PIB; las proporciones de lo anterior han ido variando pero la filosofíт­a ha estado claríт­sima: MAS, y bueno, síт­, hemos crecido, pero a costa de desperdiciar de todo y en todas partes. Lamentarse ahora no sirve de nada, ya está hecho, fin de la historia. Síт­, fin de esa historia, porque ahora vamos a empezar otra muy diferente.

La crisis en cuya precrisis ya estamos va a serlo de recursos, por ello la eficiencia en su uso va a ser una de las disciplinas de moda: graben en su memoria otro concepto: “Productividad de los Inputs”: oirán hablar de él. Eso significa que crecer va continuar siendo importante, pero ni “como sea”, ni al coste “que sea”. La productividad por el lado de los outputs va a continuar siendo fundamental, incluso más que ahora, pero a eso se va añadir con una importancia incluso mayor la optimización de los recursos que vayan a ser utilizados para la obtención de los outputs, más que ahora, infinitamente más que ahora: obsesivamente. “Vale, muy bien”, dirán; si, vale, pero pensar asíт­, actuar asíт­, tiene consecuencias.

Pensar asíт­, actuar asíт­, supone anteponer, siempre, la pregunta ya dicha: “¿Es (tal gasto) necesario?”, si lo es, se hará porque será importante, si no, no, y a otra cosa.

Volvamos a nuestros ejemplos. Desde la perspectiva de que tan sólo lo necesario es importante y teniendo en cuenta que hay que optimizar el uso de los recursos, todos los automóviles que se fabrican, ¿son necesarios?; todos los desplazamientos que se efectúan en automóvil, ¿son necesarios?; todos los viajes que se hacen en avión, ¿son necesarios?. No, ¿verdad?, veamos qué automóviles son necesarios, analicemos qué desplazamientos en automóvil lo son, decidamos qué viajes en avión necesitan ser efectuados. Tal vez lleguemos a la conclusión de que sobran un X% de automóviles, de que el Y% de los desplazamientos en automóvil son evitables, de que el Z% de los viajes que se realizan en avión pueden ser eliminados. Evidentíт­simamente, las TICs van a colaborar hasta líт­mites hoy difíт­ciles de imaginar en esos ahorros.

Es otra forma de hacer las cosas, diferente, pero con consecuencias difíт­ciles hoy de calibrar. Pasar del “más”, a lo “necesario”. ¡Casi nada!.

Recuerden: “Lo necesario es lo importante”; no lo olviden.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]