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Los franceses, descontentos, darían la espalda a Sarkozy

Catherine Bremer - Sabado, 21 de Abril

Los votantes parecen preparados para dar la espalda al conservador Nicolás Sarkozy el domingo, en la primera vuelta de unas elecciones que podrían otorgar a Francia su primer presidente de izquierdas en 17 años, en medio de renovados temores por la crisis de deuda en la eurozona.

Una economía frágil y un profundo disgusto por el llamativo estilo de Sarkozy dominaron la campaña, aunque también está en juego el compromiso de Francia de equilibrar sus finanzas públicas, mientras el débil crecimiento amenaza las metas de reducción del déficit en la segunda economía europea.

El presidente de centroderecha, un "showman" impulsivo, y su rival socialista, François Hollande, están igualados en los sondeos de opinión para la primera vuelta, con cerca de un 27-28%.

Pero Hollande tiene una amplia ventaja en intención de voto para la segunda vuelta, el 6 de mayo, que disputarán los dos primeros candidatos.

La representante de la ultraderecha Marine Le Pen, que se opone a la inmigración y quiere que Francia abandone el euro, podría salir tercera, seguida del izquierdista Jean-Luc Melenchon y del centrista François Bayrou.

Sarkozy ha sido una figura destacada en el escenario internacional durante cinco años, liderando la respuesta europea a la crisis financiera global, dirigiendo la acción militar de Occidente en Libia y trabajando en sociedad con la poderosa canciller alemana Angela Merkel para gestionar la crisis de la eurozona.

Pero en Francia califican su estilo de liderazgo de vulgar y demasiado cercano a los ricos, y muchos votantes están irritados por el elevado desempleo y las malas perspectivas económicas.

"Hay un fuerte rechazo a Nicolás Sarkozy", dijo un ex político conservador que dejó el partido gobernante UMP el año pasado. "Esta elección es sobre todo un rechazo a su persona, a este Gobierno omnipresente y arrogante", añadió.

Hollande, de 57 años, promete un camino fiscal responsable, pero el aumento de impuestos sobre los recortes del gasto y su llamamiento a renegociar un pacto de disciplina presupuestaria europeo preocupan a algunos analistas, que creen que podría abrir una nueva fuente de tensión en la eurozona.

La votación comienza el domingo a las 8 hora local (06:00 GMT) y se cerrará a las 20:00 (18:00 GMT).

PREVALECE EL RECHAZO A SARKOZY

Francia tiene problemas por un débil crecimiento, un amplio déficit comercial, un persistente 10% de paro y frágiles finanzas públicas que llevaron a Standard & Poor"s a recortar su calificación triple A en enero.

"No se puede despegar a Francia de lo que está ocurriendo en la eurozona, y esta elección justo coincide con muchas otras cosas que están exacerbando la preocupación por el voto", dijo el jefe de análisis político de Nomura Alastair Newton, destacando que Grecia celebra sus elecciones el mismo día de la segunda ronda francesa.

Hollande ha prometido alcanzar el déficit cero en 2017, un año más tarde que Sarkozy, pero ambos están calculando pronósticos de crecimiento muy por encima de lo que esperan los economistas y podrían tener problemas para encontrar ingresos extra o reservas.

El Partido Socialista, que se sumaría a una pequeña minoría de gobiernos de centroizquierda en Europa, dice que se ha modernizado y se ha movido al centro desde la época de François Mitterrand, que presidió una oleada de nacionalizaciones y nombró a ministros comunistas.

Aunque un demagogo Melenchon ha llegado a los jóvenes, trabajadores de fábricas y comunistas, muchos dicen que votarán más para deshacerse de Sarkozy que por entusiasmo con Hollande.

Algunos de los votantes de centro que dieron la victoria a Sarkozy en 2007 lo ven ahora como demasiado chillón y "no presidencial" y rechazan su postura conservadora hacia la inmigración. Hollande pretende ir de "señor normal", pero su falta de carisma ha impulsado el apoyo a Melenchon, que atrae a las multitudes con su llamamiento a una revolución de los ciudadanos y a crear impuestos para ricos.

 




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