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Los inversores no se dan cuenta del riesgo en China

Carlos Montero - Viernes, 15 de Julio China se encuentra en una tesitura complicada al intentar enfriar su economía sin llevarla a la recesión. La historia nos recuerda que los esfuerzos para lograr este hito son titánicos y los resultados descorazonadores. Y los últimos datos que hemos conocidos no apuntan a su logro.

El crecimiento económico chino que conocimos el viernes sugiere que las medidas que ha implementado el gobierno chino no están dando los frutos deseados. El PIB se aceleró en el segundo trimestre comparado al primero y tan solo descendió marginalmente en tasa interanual.

Sin embargo, tal y como señala James Mackintosh - columnistas del Financial Times - hay algunas buenas noticias en las cifras, que muestran cierto grado de reequilibrio de las exportaciones hacia el consumo. Pero esto se vio ensombrecido ante unos datos inmobiliarios que muestran claramente que el boom de la construcción residencial y de oficinas sigue fuera de control, a pesar de las restricciones a la compra que ya se han implementado en las grandes ciudades del país.

Los compradores de viviendas desafían los esfuerzos de las autoridades y las transacciones inmobiliarias en China muestran un repunte del 31% en mayo. Los promotores publicaron fuertes ganancias por las ventas en las ciudades más pequeñas. China Vanke, el mayor promotor del país, informó de un incremento de las ventas en los primeros seis meses del 79% y Evergrande dijo que las ventas más que se doblaron en el primer semestre.

Y los datos de producción y ventas minoristas de junio también sorprendieron al alza.

Todo esto sugiere que el banco central de China tendrá que elevar tipos, a pesar de que desde el pasado mes de octubre el banco central ya ha incrementado su tipo de referencia cinco veces. La economía no se está desacelerando significativamente en respuesta a la política de tensionamiento monetario (subidas de tipos y requerimientos de reservas, y restricciones) y la probabilidad de que el banco central vaya demasiado lejos se está incrementando.

Los inversores, centrados en la crisis de deuda en la eurozona, no se dan cuenta de este riesgo. Incluso antes de que Bernanke revolucionara los mercados el pasado miércoles, al abrir la puerta de un nuevo programa de flexibilización cuantitativa si la economía empeora, la renta variable asiática ya festejaba los fuertes datos macroeconómicos chinos.

“Eso no tiene sentido”, dice el columnista de FT. Es también un giro radical frente a lo que se ocurría a principios de este año, cuando las malas noticias sobre la economía china se tomaban como una buena noticia para los inversores, ya que se descontaba así la posibilidad de un aterrizaje suave. “Los accionistas parecen tener una fe inquebrantable en la capacidad de las autoridades chinas para controlar la economía. Sin embargo, el peligro es cada vez mayor de que esto sea sólo una ilusión”, apunta Mackintosh.

Fuentes: James Mackintosh (FT)




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