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Santiago Niño Becerra - Viernes, 04 de Diciembre En días pasados he recibido un mail; desde ahora les advierto que no es apto para espíritus sensibles:ilustración

“Le escribo, simplemente, para contarle que esta noche no podía dormir, de nervios, y creo que tengo la solución.

La nuestra es una de esas pequeñas tiendas especializadas, del sector deportivo, que, por haber arrancado en 2005, apenas llegó a vislumbrar unos meses de éxito.

Verá, somos dos personas, mi mujer, y yo, y facturamos ahora mismo, aproximadamente, 100.000 euros al año. Con un margen medio del 30%, son 30.000 euros de beneficio bruto. Descontemos impuestos, y gastos, y nos quedan ... 15.000 euros, claramente insuficiente para vivir, lo que me obliga a mí a ir trabajando por cuenta ajena siempre que es posible.

Está claro que, con una subida de ventas de un 30%, podríamos, al menos, vivir sin agobios…

Pero, lo mejor, es que nuestra recaudación de IVA, es, aproximadamente, de 10.000 euros al año. Sumemos todo el resto de impuestos, Seguridad Social, etcétera, y tenemos al típico autónomo que hace 4 años que no tiene vacaciones, mientras cualquier trabajador por cuenta ajena tiene sus 14 pagas, y su mes de vacaciones.

Nosotros decimos que tenemos adoptados, a un funcionario, y a un jubilado.

Y para que ellos vivan ... nosotros somos los que tenemos que estar jodidos. El mundo al revés. ¿cómo va a funcionar este país, si nuestros mejores años, no tenemos la menor posibilidad de crecer, de crear riqueza, y de crear empleo?

Francamente, hemos decidido tirar la toalla. Esto va a seguir mal mucho tiempo. Cuando alguien me pregunta que cuando mejorará, le cuento lo siguiente ... si tú vas al médico, y en vez de diagnosticarte y recetarte la medicina correcta, te agarra del pelo y te mete un cabezazo contra una esquina ¡jamás te curarás!.

Otra posibilidad: como mi barrio es un barrio obrero de (nombre de una ciudad española) y está ahora mismo con una plaga de desempleo brutal, podemos irnos con todo a otro barrio mejor, y volver a empezar. Pero, hay un indicador que señala que no es el momento. ¿Cual es ese indicador? Justamente el crédito bancario. Cuando vengan de nuevo a ofrecernos dinero, sabremos que hay llegado el momento de volver a emprender.

Somos gente trabajadora, pero estamos HARTOS de ser explotados a la manera soviética por el estado. De momento, estoy casi convencido de traspasar, cerrar, y pegarnos un año sabático (o dos) sin hacer NADA. Yoga, pintar, hacer deporte y recorrer el camino de Santiago. En este entorno, es imposible trabajar. ¿Sabe?. Queremos cobrar la nueva prestación, y, de alguna manera (currando los tres meses legalmente establecidos) recuperar vieja prestación por desempleo y QUE NOS MANTENGA este estado de desecho mientras pueda. Y ojala reviente lo antes posible, a ver si así, con los funcionarios y apesebrados comiendo PIEDRAS, se da cuenta la sociedad de que el dinero de su nómina, no viene del cielo”.

Soy consciente de que es un texto fuerte con elevadas dosis de frustración. Pienso que pueden disculparse ciertos conceptos que vierte porque cuando fue escrito primaba el instinto. Mi respuesta fue la siguiente:

“Ud. lo pinta real: cuando los tiempos son buenos, los negocios como el suyo dan: el 30% de margen es mucho, el problema es la base sobre la que se aplica ese margen.

El indicador que Ud. ha “diseñado” ha sido correcto, pero ya no lo es porque, pienso, jamás las entidades financieras volverán a ofrecer crédito como lo han estado ofreciendo: esa fase no volverá nunca porque el cambio sistémico traerá la eficiencia, también en el aspecto financiero, es decir, habrá fondos para lo que sea necesario.

Con respecto a los funcionarios, le sorprenderá lo que voy a decirle: España no es, ni de lejos, el país europeo con más funcionarios por 10.000 habitantes, Francia, por ejemplo, tiene muchos más.

Lo de tomarse dos años sabáticos, no se lo sugiero: en el 2011 las economías mundiales estarán mucho peor de lo que ahora están, por lo que volver a reemprender una actividad entonces será muy complicado; el problema es que los artículos deportivos no son algo verdaderamente necesario, y eso es lo que se va a llevar, lo necesario y lo barato”.

(Pienso que lo más interesante de la comparecencia del presidente del Gobierno en el Parlamento el pasado Miércoles estuvo en lo que no dijo; y, ¿qué fue eso que no dijo?. No dijo que estuviese en contra del despido si su precio se mantenía dentro de los parámetros actuales. Tampoco que no aceptase rebajas salariales, generalizadas o, en concreto, dobles escalas remunerativas. Ni que creyese que fuese negativo reducir tiempo de trabajo y menguar salarios de forma proporcional. Ni despotricó contra los EREs. Es decir, el mensaje que se me quedó fue: “Hacer lo que sea para que no aumenten las estadísticas del desempleo, pero si sucede, que a quienes se queden sin trabajo les quede un cierto colchón”.

Un concepto estuvo ausente de su discurso: “Productividad”. Es, pienso, algo definitivamente arrinconado: si “mejora” que sea a través de la llamada “productividad sucia”. Error terrible, a mi entender.

¿Qué dijo el principal partido de la oposición?; nada de nada. Insisto: en terrenos como este lo tiene chupao para machacar al Gobierno, pero sale por la tangente; sabrán porqué).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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