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MERCADOS:¿Será sostenible el impulso de los bonos corporativos en 2024?

Natalie Trevithick, directora y responsable de bonos corporativos con grado de inversión de Payden & Rygel - Sabado, 23 de Diciembre

Las maniobras de subida de tipos de la Fed parecen haber llegado a su fin y actualmente no se esperan recortes de tipos en 2024, teniendo en cuenta que los datos macroeconómicos siguen siendo sólidos. De hecho, el mercado laboral está en buena forma, al igual que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre. El escenario de 2024 parece favorable para las empresas con grado de inversión, con posibles aumentos significativos de los cupones y rendimientos medios del 5-6%, lo que hace que la clase de activos sea muy atractiva. El año 2023 ha sido un buen año para el mercado de bonos de alto rendimiento, que ahora sube alrededor del 8,5%. De cara al futuro, las empresas de alto rendimiento están bien preparadas para una posible recesión y sus balances siguen siendo sólidos; el mercado ha subido en torno al 8,5%, con unas perspectivas bastante positivas para el próximo año. En ausencia de un choque exógeno importante, o de una mala gestión flagrante de las estructuras de capital, no se esperan grandes picos de impago, sino más bien buenas oportunidades para que los gestores activos identifiquen bonos con un valor atractivo para sus inversores.

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¿Cómo superar la incertidumbre del mercado y encontrar oportunidades de inversión en 2024? 2023 ha sido un año interesante para los bonos corporativos, con unas previsiones iniciales que presuponían un flujo de caja significativo, cupones muy rentables y rendimientos del 5%. Aunque ese nivel se alcanzó rápidamente, ya a finales del segundo trimestre, luego asistimos a un retroceso debido a la subida de los tipos de interés. Sin embargo, no faltan las buenas noticias: el índice corporativo de 1 a 30 años ha subido un 3,3%.

En términos de diferenciales, a principios de año las empresas con grado de inversión estaban 130 puntos básicos por detrás de los bonos del Tesoro, mientras que actualmente se encuentran 21 puntos básicos por debajo. Curiosamente, aunque los tipos han caído con fuerza, la demanda de bonos corporativos se ha acelerado en los dos últimos meses, probablemente debido a que el mercado cree que el ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal está llegando a su fin. En cuanto a la curva de rendimientos corporativos, no se ha movido significativamente a lo largo del año, permaneciendo plana. Los bonos corporativos a corto plazo, de uno a tres años, rondan un rendimiento del 5,75 %, mientras que los bonos corporativos a largo plazo, hasta más de 10 años, rinden un 5,82 %.

¿Cuáles son las perspectivas para 2024? Nuestras perspectivas macroeconómicas son positivas. La Fed debería haber puesto fin a su subida de tipos y, a la vista de los datos macroeconómicos aún sólidos, creemos que no habrá recortes de tipos en 2024. De hecho, el mercado laboral sigue siendo saludable, al igual que el crecimiento constante del PIB que se produjo en el tercer trimestre, aunque las perspectivas para el cuarto trimestre podrían ser mucho más modestas.

 

Este es un escenario bastante favorable para las empresas con grado de inversión y 2024 podría resultar un año muy fructífero. En efecto, si los tipos de interés se mantienen en niveles elevados, aunque lejos de los máximos, se cobrarían muchos cupones, con rendimientos medios del 5-6%. Además, si la Fed no optara por una bajada de tipos, significaría que la economía goza de buena salud y, por tanto, el diferencial no debería aumentar.

En la actualidad, los fundamentales de las empresas siguen siendo sólidos y la fuerte subida de los tipos de interés no ha tenido un gran impacto en los costes globales. Por lo que respecta a las empresas con grado de inversión, no se esperan grandes cambios en sus previsiones de oferta para 2024.

En general, por tanto, 2023 ha resultado ser un buen año para las empresas. Quizá a finales de año no alcancemos esos rendimientos del 5% previstos inicialmente y nos acerquemos más bien al 4%, pero creemos que habrá un impulso adicional en 2024, que debería acercarnos al 6%.

Desde una perspectiva de rentabilidad global, 2023 también ha sido un año sólido para el mercado de bonos de alto rendimiento. A día de hoy, el mercado de alto rendimiento ha subido en torno al 8,5%, unos rendimientos que pocos esperaban a principios de año y que resultan atractivos y competitivos con los rendimientos potenciales a largo plazo de la renta variable.

Las perspectivas para el próximo año también son positivas y se basan en varios factores. En primer lugar, se cree que los fundamentos del mercado seguirán siendo sólidos, al igual que los balances de las empresas que, en conjunto, están bien preparadas para una posible desaceleración. En caso de que se produzca un descenso inesperado de los beneficios durante el próximo año, la mayoría de estas empresas están bien posicionadas para capear el temporal. Al analizar las perspectivas, también es útil referirse al contexto histórico. Los inversores piensan que el principal riesgo para los altos rendimientos es un pico de impago y una erosión material del capital, pero la historia nos enseña que, en ausencia de un choque exógeno importante o de una mala gestión flagrante de las estructuras de capital, es bastante raro ver picos importantes de impago, y no hay pruebas de que estén ocurriendo ahora mismo.

Obviamente, es difícil hacer una evaluación sobre los choques exógenos, pero la predicción básica para 2024 es que un pico sustancial en la tasa de impago es muy poco probable. Se cree que en 2024 se mantendrá un nivel de base de impagos que aumentará gradualmente, y que seguirá produciéndose una modesta erosión de las calificaciones y de los fundamentales, pero esta erosión se producirá a partir de los máximos históricos y simplemente volverá hacia las medias históricas.

Los inversores no deberían ver esto como una pérdida de atractivo de la clase de activos, sino sólo como una inversión natural tras un entorno de tipos de interés extremadamente bajos. Sin embargo, no se espera que el aumento de los costes de capital tenga un impacto significativo en los flujos de caja de la mayoría de los emisores, dada la salud de sus balances. Por lo tanto, se cree que habrá buenas oportunidades para que los gestores activos identifiquen bonos con un valor atractivo para sus inversores.




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