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Merkel está llevando a Europa al abismo

Carlos Montero - Lunes, 23 de Julio

España recibirá pronto el rescate del sector bancario, pero esto no será ningún consuelo para los ciudadanos. Después de que el Gobierno aprobara una nueva ronda de duras medidas de austeridad, decenas de miles de personas salieron a las calles en 80 ciudades de todo el país.

Las protestas, que reunieron a unos 100.000 manifestantes sólo en Madrid, fueron convocadas por CCOO y UGT, que rechazan las medidas del Gobierno. Los dos sindicatos han amenazado con convocar una huelga general en septiembre.

El presidente Mariano impulsó el controvertido plan para recortar el gasto en unos 65 mil millones el pasado jueves, pese a la resistencia acérrima de la oposición.

Las medidas de austeridad incluyen un incremento significativo en el impuesto del IVA, la supresión de la paga de Navidad para los empleados estatales y los recortes a los subsidios de desempleo. Las profundas reducciones en el gasto estatal se han encontrado con una resistencia generalizada, con agentes de policía, bomberos, soldados, jueces y defensores públicos participando en las protestas del jueves.

La nación sigue sumida en una recesión aplastante, con más de 5,6 millones de parados. El paro del 25 por ciento, se sitúa a un nivel cercano al desempleo en los Estados Unidos durante la Gran Depresión. Mientras tanto, cada vez es más difícil que España acceda a los mercados financieros, ya que sigue pagando tipos cade vez más altos en las subastas de bonos soberanos.

Aunque España ha pedido ayuda para aliviar su crisis bancaria, desatada por el colapso de la burbuja inmobiliaria, se preferiría no recibir un rescate total. El Parlamento alemán aprobó la ayuda a la banca española por importe de hasta 100 mil millones el jueves.

Los ministros de Finanzas de los países del euro dieron así mismo la luz verde al rescate, pero exigirán que España reduzca su déficit presupuestario a menos del 3 por ciento del producto interno bruto a finales de 2014 y supervisará a los bancos.

Los comentaristas alemanes han hecho un balance de la situación de España, según recoge Kristen Allen en Der Spiegel.

El diario financiero Handelsblatt escribió que "la canciller alemana, Angela Merkel, ha logrado una vez más obtener una mayoría parlamentaria. ¿Pero a quién le importa? A nadie. Independientemente de si el voto se aprobaba con o sin la ayuda de la oposición, se abren más preguntas que respuestas. Desde que la crisis financiera comenzó hace dos años, los líderes de la zona del euro han aprobado un paquete de ayuda tras otro, aumentando la responsabilidad de Alemania. Poco se ha avanzado. La situación en los países endeudados no ha mejorado."

"No es de extrañar que los alemanes se pregunten por qué deben rescatar a los bancos con su dinero duramente ganado, cuando estas instituciones sólo han perdido y malgastado todo".

El periódico conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung escribe:

"En este momento, se ha convertido en una rutina. Con las expresiones estoicas, los parlamentarios han escuchado las razones del gobierno por las que la ayuda alemana a Europa es inevitable - y una excepción se ha hecho para los bancos españoles después de que ya se rescatara a Grecia, Irlanda y Portugal, mientras que Chipre está llamando a la puerta".

"Nadie quiere poner en duda la calidad de los requisitos para España, según lo descrito por el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, - probablemente también debido a que el presidente del Bundesbank se comprometió públicamente a atajar los problemas de España, no sólo en los bancos..."

"Pero todo esto es sólo una cortina de humo. La realidad es que España está recibiendo ayuda con unas condiciones suaves. Pronto Italia también pedirá ayuda. Y la otra realidad es que, en lugar de los inversores, una vez más serán los contribuyentes (principalmente alemanes) los que tengan que pagar la especulación defectuosa de los bancos."

El diario de centro-izquierda Süddeutsche Zeitung escribe:

"No hay ninguna razón para sobre-dramatizar la situación en España. Sin embargo, la paz social es frágil. Los ciudadanos indignados se han unido a los sindicatos. No existe una sola institución de la vida pública que no haya sido sacudida por una crisis de confianza. La familia real, el sistema político, la élite económica, la justicia y los medios de comunicación han perdido reputación. España está ahorrando y reformando como nunca antes, aprobando en la Constitución una ley para controlar la deuda y reestructurando todo. Sin embargo, la esperanza se ha convertido en un bien escaso."

El diario de tendencia izquierdista Die Tageszeitung escribe:

"El descontento (entre los políticos sobre la crisis del euro) está más que justificado. Sin embargo, los líderes de la zona euro deberían mirarse así mismos. Han de culparse a sí mismos por el hecho de que - después de Grecia, Irlanda y Portugal - ahora España también está al borde de reconocer demasiado tarde que, además de una crisis de deuda, también se estaba fraguando una crisis bancaria. Y la estrategia con la que están luchando contra estas crisis es demasiado cobarde y en lugar de atajar el problema en sus raíces y reestructurar el sector financiero (lo cual también implicaría quiebras bancarias), están añadiendo deuda a las cargas del Estados. Esto sólo exacerba el círculo vicioso de deuda y crisis bancaria".

"La canciller Merkel es una de los grandes culpables de esto. Se obligó a España a asumir el rescate y ahora está tratando de vender eso como un éxito. Pero, en realidad, Merkel está llevando a Europa al abismo, poco a poco."

El diario conservador Die Welt escribe:

"La amplia mayoría (en la votación para aprobar el rescate bancario español) está en contradicción con el sentimiento del pueblo, algo que es sin duda un problema político en una democracia. Los escépticos y detractores del euro apenas están presentes en el parlamento, lo que hace que salvar al euro parezca ser un proyecto de la élite. Sin embargo, esta amplia mayoría es una señal fuerte. A diferencia de algunos miembros de la zona euro, Alemania no sólo es económicamente estable, sino también políticamente sólida... Pero la estabilidad Alemana no es la ley natural. La coalición centro-derecha de Merkel es estable sólo en su inestabilidad... Pero el final de esta alianza está cerca... La campaña electoral se está acercando. Tal vez sea la última vez que una clara mayoría de votos parlamentarios está a favor de la solidaridad europea".

Fuentes: Kristen Allen - Der Spiegel




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