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Modelo de Protección Social Ѣ€“ 1

Santiago Niño Becerra - Jueves, 06 de Mayo Entre los días 11 y 20 del pasado mes de Abril el periódico El País estuvo publicando una serie de artículos-análisis en la que abordaba la viabilidad y posible evolución del Modelo de Protección Social y que comúnmente es conocido como Estado del Bienestar ilustración(el continente, como en otras ocasiones, ha acabado por dar nombre al contenido: el Estado del Bienestar es la situación de bienestar en la que el sistema económico ha estado instalado en las últimas décadas, un estado que se ha caracterizado por una serie de manifestaciones, entre ellas, el Modelo de Protección Social).

Evidentemente, les recomiendo encarecidísimamente la lectura de la serie completa: invita a meditar y a plantearse cosas. A continuación les traslado mis reflexiones, algunas de las cuales ya me habrán leído Uds. aquí.

- De entrada y fundamental: si este tema se está abordando ahora, del modo como se está abordando y se tiene en cuenta todas las personas que lo están abordando y en todos los ámbitos en que se está abordando, puede concluirse que es porque el Modelo de Protección Social se halla en una situación crítica, terminal, no lo sé, pero sí crítica; me remito a un hecho: esta situación por la que está transitando actualmente la economía mundial ha sido comparada con al recesión de 1973, buceen en las hemerotecas e intenten encontrar algún análisis de la época que contenga la décima parte de preocupación en relación al de cualquiera de los análisis que en relación al Modelo de Protección Social comparable a los que hoy, sobre el tema, se elaboran.

- El Modelo de Protección Social fue fruto de una doble necesidad: generar PIB (más PIB) en la atmósfera de pleno empleo que se instaló en el mundo tras la II Guerra Mundial, y, en la parte occidental de ese mundo, darle algo a la población que le brindara seguridad y que temiese perder “si se portaba mal”, es decir, algo que a “la gente” le permitiese producir y consumir y que le impulsase a ser un good boy; en otras palabras, no hubo, entiendo, ni una brizna de sensibilidad o solidaridad en el acto de implantar el Modelo de Protección Social, tan sólo puro utilitarismo y pura eficiencia ya que así es como entonces ésta era entendida: no podía serlo de otro modo. (De ahí la frase de que “la URSS ayudó al mundo obrero”).

- El Modelo de Protección Social no fue “el Modelo Europeo”, salvando todas las distancias convenientes recordemos el Fair Deal de Harry Truman y los Great Society Programs de Lyndon Johnson, lo que sucede es que en USA debido a su cultura, a su mentalidad, a su historia y a su propia evolución, las cosas pudieron ser hechas de otra manera, de una manera “más pura” desde la óptica capitalista y desde la cultura del esfuerzo. El famoso “Enriquecerse es honroso” de Deng Xiao Ping es un invento USA: la tierra de oportunidades para el que puede / sabe llegar, para quienes no ...

- Hoy el Modelo de Protección Social que hemos conocido, que conocemos no es sostenible, ni necesario. No es sostenible porque la tecnología sanitaria es infinitamente más cara que hace 40 años, porque está admitido que un chico o una chica tienen que tener acceso a una serie de servicios que en los 50 eran inimaginables, porque un jubilado hoy debe recibir un trato y una atención imposible tras la II Guerra Mundial, porque hoy el desempleo del factor trabajo ha alcanzado cotas no presumibles entre 1955 y 1975. Cuando el Modelo de Protección Social fue instaurado se convirtió en la marihuana, en el diacepán, en el ibuprofeno, en la aspirina de la clase media, de hecho la clase media tal y como hoy la entendemos nació con él, pero en el fondo en Modelo de Protección Social pretendió reformar muy poco; de hecho el Modelo de Protección Social no fue -aún lo es- más que el paliativo de algo imposible. Eduardo Haro Tecglen escribió: “El Estado del Bienestar no fue más que una socialización de la caridad sin que se abordara nunca el tema imposible de la justicia” (“Locos”. El País 16.10.1998).

- El objetivo fue hasta hace muy poco -aún se sigue diciendo que lo es- generar más PIB, cuanto más mejor, y para ello hacía falta ocupar a toda la población activa que fuese posible, y ello en una atmósfera de catálogos limitados de bienes y servicios y de esperanza de vida acotada; como contraste, en el mañana que cada vez es más hoy, para generar el PIB que sea conveniente cada vez está haciendo falta menos población ocupada, los catálogos de bienes han sido infinitos y la esperanza de vida se ha proclamado que podía ser bíblica, hasta ahora. El Modelo de Protección Social fue diseñado y construido entonces: corresponde a una situación que ya no se da ni volverá a darse jamás.

- Todo lo anterior debe ser entendido a nivel general, pero el ajuste fino pone de manifiesto las diferencias nacionales, zonales, regionales: las diferencias en la renta disponible per cápita, en el gasto sanitario por persona, en el modo de utilización, ... Claro, claro, en España se gasta menos en sanidad por persona residente que en Suecia: sobre su PIB, el 20,0% España, el 32,9% Suecia, pero Suecia tiene una estructura de PIB que da lugar a un valor añadido que permite una presión fiscal mucho más elevada: 50,1% en Suecia, 36,0% en España, lo que puede financiar un gasto sanitario más elevado, mayor gasto sanitario que se ve complementado con una cultura ciudadana más responsable y que cuenta con una administración pública más organizada. Eso fue así hasta el 2008, como máximo: de entonces son esos números, a partir de ahí el declive, en Suecia y en España, si. España nunca podrá tener el Modelo de Protección Social que Suecia ha tenido, ni Suecia podrá continuar con el que ahora tiene, ¿por qué?, pues porque la realidad económica de Suecia nada tiene que ver con la de España ni la que mostrará Suecia mañana con la que muestra Suecia hoy.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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