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Modelo de Protección Social Ѣ€“ y 2

Santiago Niño Becerra - Viernes, 07 de Mayo Sigamos con las reflexiones que ayer comenzamos.ilustración

- Evidentemente, nadie quiere volver al capitalismo manchesteriano y menos que nadie los capitalistas, entre otros motivos porque ya no tiene sentido hacer trabajar doce horas diarias a niños de ocho años: ya no es necesario, es decir, es factible pensar que continuará funcionando una versión light del Modelo de Protección Social o una versión reducida, mínima, pero con una filosofía muy diferente: “El Estado de bienestar del siglo XX trató a los ciudadanos como iguales. El del siglo XXI les tiene que tratar también como individuos”; son palabras de Tony Blair, en el momento primer ministro del Reino Unido, en el congreso del Partido (New) Laborista del 2002 celebrado en Blackpool. (El País 02.10.2002). Supone pasar de un modelo en el que el Estado es el protagonista a otro en el que la responsabilidad se halla en el individuo. Puede estar bien, o no, pero un cambio así tiene consecuencias. (Por otra parte, ¿suscribiría hoy Mr. Blair el “también” que pronunció hace diez años?).

- ¿Qué consecuencias?. La población quedará muy polarizada al desaparecer los efectos igualitarios inherentes al Modelo de Protección Social; la esperanza de vida decrecerá al reducirse el gasto en protección social: el sanitario, si, pero no sólo; puede deducirse que crecerá la pobreza, aunque menos de lo podría pensarse debido a que los incrementos de productividad permitirán cosas que hoy pueden parecer muy lejanas. Sin embargo y haciendo todas las consideraciones que se quieran hacer, puede concluirse que, en términos generales, mañana la persona media vivirá peor de lo que hoy vive: mañana: desde ya; ¿por qué?, pues porque el Modelo de Protección Social, por lo que llevamos diciendo, está en retroceso ... debido a que ese estado de bienestar, ese ir a más, que el sistema inició en los 50 está declinando.

- Ahora, con una crisis sistémica llamando a la puerta, es muy fácil decir que el Modelo de Protección Social es insostenible, pero ya lo era hace veinte años: lo era su tendencia. En España, si añadimos el impacto en el Modelo -no tanto presente, que también- de los cinco millones de inmigrantes que fueron traídos para levantar pisos y para ordenar las tumbonas de las playas, el círculo acaba por cerrase. Voces ha habido desde hace años, pocas, y nadie las escuchaba: “Se extiende la idea de que el sistema sanitario, que tiene recursos limitados, no va a poder afrontar la creciente demanda derivada del envejecimiento de la población y el aumento de las patologías crónicas. Y ante este conflicto, se perfilan dos posturas: la del utilitarismo, que propugna maximizar el beneficio para el mayor número posible de pacientes, lo que significa dar prioridad a quienes más se pueden beneficiar de un tratamiento, y la de la ética de la igualdad, que defiende que hay que repartir los recursos igualitariamente entre todos, es decir, de forma equitativa”. Son palabras de Carlos Alvarez Dardet, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante y, en el momento director de la revista Journal of Epidemiology and Community Health. (M. Pérez Oliva, “El enfermo como culpable”. El País Salud 08.07.2003).

- Nosotros somos los nietos de un modelo agotado. Tras la II Guerra mundial se puso en marcha un nuevo modo de hacer las cosas que partía de la base de producir de forma creciente dando por supuesto que alguien, en alguna parte, consumiría lo que se estaba produciendo. Cierto que hasta finales de los 70 el acento se puso en la demanda y que desde comienzos de los 80 fue puesto en la oferta, pero, en el fondo, tanto daba: ¿cuál es la diferencia entre que alguien consuma porque “le van incrementando el salario” o porque “le van aumentando la capacidad de endeudamiento”?. Con el Modelo de Protección Social sucedió lo mismo. Cuando el acento estaba puesto en la Demanda, cuanto más Modelo de Protección Social mejor porque la población ocupada estaba protegida y producía y consumía más y porque había más PIB para pagarlo, pero cuando el acento se puso en la Oferta, también, de alguna manera, cuanto más Modelo de Protección Social mejor porque la ingeniería financiera proveía de los instrumentos para pagarlo, y también bajo la óptica de la Oferta el Modelo de Protección Social generaba mucho PIB. ¿Qué en USA no había Modelo de Protección Social?, OK, pero había endeudamiento fácil: ¿quién inventó las subprime?.

- Hoy todo eso se ha acabado: el PIB, el volumen de PIB tiende a menos: menos actividad, más desempleo, menos consumo; pero la productividad tiende a más, el problema estriba en que con productividad ya no se puede pagar el Modelo de Protección Social que teníamos porque ya no es necesaria tanta población ocupada: el origen y el destino del Modelo de Protección Social.

- Los salarios, las remuneraciones: la tendencia: muy elevadas para aquellas/os trabajadoras/es necesarias/os para generar alto valor con una muy elevada productividad trabajando el tiempo que sea necesario cuando sea necesario y donde sea necesario (¿“conciliación de la vida profesional y familiar”, qué es eso?); muy reducidas para quienes temporalmente contribuyan a la generación de PIB a través de su participación de bajo valor. Un número muy reducido de las primeras y de los primeros (ahora es cuando llegará la verdadera oportunidad para la mujer: importará el rendimiento, no el género, pero unas y otros deberán escoger: profesión u otras cosas). En un escenario como ese, ¿cómo puede, no ya incrementarse, sino mantenerse un Modelo de Protección Social como el actual?.

- La tasa de temporalidad: se dice que el trabajo con contrato temporal es la lacra del modelo: reducido en Europa, muy elevado en España, aunque pienso que el trabajo temporal español es “nuestro” trabajo a tiempo parcial. Bien, pienso que el trabajo temporal, ya lo hemos comentado, no va a menos, sobre todo no en España, pero es que en el resto de países va a más; porque: a) al tenderse a generar el PIB que sea necesario en cada momento debido a que el desperdicio tiende a cero y la eficiencia al máximo, aceleradamente se tiende a contratar al factor trabajo que sea necesario cuando sea necesario, y b) como la tecnología tiende a ser más productiva a la vez que su uso se simplifica (y su precio se abarata), la productividad tiende a crecer exponencialmente, por lo que crecientemente se tenderá a la optimización continuada en el uso de commodities, entre ellas el factor trabajo. Esto, se mire como se mire, no favorece en nada al actual Modelo de Protección Social.

Podrían hacerse más reflexiones, claro, pero las dejamos para otro día.

(¡Salimos en Bloomberg!: “Banks in Portugal, Spain, Italy, U.K. Face Contagion Threat, Moody’s Says”: http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=aHBV.uEl8u0E&pos=3)

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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