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No se sorprendan. A veces pensamos más de lo que necesitamos para resolver un problema en el trabajo

Carlos Montero - Viernes, 18 de Enero

En casi todos los negocios, organizaciones o familias, la gente pone lo mejor de sí mismo para resolver los problemas. Y eso es admirable. Sin embargo, la mayoría están trabajando bastante más de lo que deberían.

Garret Kramer, fundador de Inner Sport, apunta un ejemplo propio. "Ayer, distraídamente programé dos reuniones para la misma hora y no sabía qué hacer. Me devanaba los sesos en busca de la solución, y, antes de darme cuenta, mi cabeza comenzó a dar vueltas. Así que me resigné al hecho de que al menos una persona iba a molestarse conmigo, tal vez dos. Lo curioso, sin embargo, es que de repente me calmé y apareció la respuesta a mi dilema. Dado que ambas personas son miembros de la misma organización, ofrecí una formación conjunta de conocimientos que podrían compartir libremente. Funcionó, y ambos me dieron las gracias por lo que habían aprendido ese día."

A continuación señalamos la manera en la que el 99% de nosotros afrontamos nuestros problemas:

- Percibimos una circunstancia tan difícil que llegamos a la conclusión de que la manera de resolverlo es pensar un poco más.

Pero este es el camino que tenemos que tomar para resolver nuestros problemas.

- Percibimos una circunstancia tan difícil que llegamos a la conclusión de que no estamos pensando correctamente.

Así es. Para resolver un problema hay que entender que los problemas siempre están en su mente, no en sus "circunstancias". Hay que mantener la mente despejada para que fluyan las ideas y las soluciones. Si mantenemos la mente desordenada, es decir, un estado de pensamiento excesivo, solo obtendremos confusión y obstáculos.

En otras palabras, sólo porque usted no pueda encontrar una solución en ese momento, no quiere decir que no exista. Todos hemos experimentado graves problemas que parecían ser el resultado de una situación determinada, para después preguntarnos: Esta situación no es tan complicada, ¿qué demonios me estaba preocupando?

Al contrario de lo que estamos acostumbrados a creer, los problemas nunca son la causa de una mentalidad inquieta, son el síntoma de una mentalidad inquieta. Así que cuando voluntariamente se obstina en un problema, solo está haciendo que mantener el mismo sistema de desinformación que estaba atascando la solución - una cabeza repleta de pensamientos que creó el problema en primer lugar.

¿Cómo se pueden resolver los problemas de la manera más rápida? En realidad, es muy sencillo. Hay que darse cuenta de que todas las experiencias (incluyendo los problemas percibidos) nacen del pensamiento, no del mundo exterior. Esta comprensión provoca que usted tenga que mirar a su interior, activando así la capacidad natural de la mente para encontrar la claridad y las respuestas, sin poco o ningún esfuerzo en absoluto.

Fuentes: Garret Kramer




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