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Pactos y propuestas

Santiago Niño Becerra - Jueves, 11 de Marzo Ahora toca eso: ilustraciónEspaña, USA, ¡hasta en The UK se está hablando de una posible coalición tras las elecciones!. ¿Es positivo este espíritu pactiano (que no pactista)?. Si, pero.

Hoy, en el planeta estamos a las puertas de una crisis sistémica, una crisis sistémica postglobal, y eso, de entrada, ya es algo nuevo. ¿Implicaciones?: todos los Estados se hallan metidos en esa crisis y todos los Estados se verán afectados por esa crisis: de eso no se va a escapar nadie, es decir, los efectos de esa crisis van a afectar a Suecia, a Guatemala, a España y a Namibia.

La crisis también afectará a los Estados a un segundo nivel: el impacto que desencadenará en su interior, impacto que mucho tendrá que ver con el tipo de su particular estructura económica y con el estado en que se encuentra su particular modelo productivo. Evidentemente ni la estructura económica ni el modelo productivo español es semejante al holandés, ello se manifiesta en la mayor productividad y en la muy superior generación de valor de Holanda con respecto a España. Obviamente, Holanda cuenta con unos resortes y unos utensilios que hacen que su economía está más preparada para afrontar los efectos de la crisis de lo que lo está España.

A un tercer nivel la crisis afectará a cada Estado: el que venga determinado por la estabilidad en que se halle cada Gobierno y con el grado de aceptación con que cuente entre la población. En este punto España muestra, en estos momentos, debilidades importantes, y no por el hecho de que los partidos políticos españoles anden a la greña o den esa impresión -simple ambiente, pienso-, ni por el hecho de que un partido pudiera gobernar mejor o más sabiamente que otro -lo que, pienso en nada influiría-, sino por el hecho de que está transmitiéndose el mensaje de que el Gobierno español -sea cual sea el partido político que lo ejerza- no está preparado para afrontar lo que viene.

En España se llegarán a pactos, ¡claro!, pactos que tengan los menores costes políticos posibles y que afecten lo menos posible a acuerdos más o menos clientelares que hubieran podido cerrase o puedan cerrase. Serán pactos sobre temas que afectarán a temas amplios -reforma laboral-, o concretos -copago en la asistencia sanitaria-, o puramente técnicos -reducción de cuotas a pagar a la seguridad social cuando se contrate a jóvenes de 20 años y tres meses de edad-, pactos que no contribuirán absolutamente en nada a la solución de la crisis, no por nada, sino porque esta crisis no puede resolverse así. Será un aguantar-unos-días-más; pero se podrá salir en la foto.

Los pactos en cualquiera de sus formas que actualmente se hallan en proceso de gestación y que cuentan con una base, como el que el Presidente USA está tratando de poner en marcha, son una buena cosa, y no tanto porque de ellos vaya a salir petróleo, sino porque abren la puerta a algo de muchísimo mayor calado: la coordinación.

Por el contrario, de los pactos de los que se está hablando en el reino no son, pienso, la puerta hacia ninguna coordinación, fundamentalmente porque sus protagonistas, o bien creen poco en ellos, o no creen nada en absoluto. Mal asunto. Y ya, ya sé: el carácter español no es dado a acuerdos productivos.

Por eso, además del problema sistémico que todas las economías tienen, España tiene dos problemas adicionales: el tándem “lo que hace Ѣ€” como lo hace- es inadecuado, e inadecuado es el nivel de entendimiento entre personas que hoy sería necesario tener. Pues eso.

(Hagamos un ejercicio de aproximación. Según la EPA, a 31.12.2009 la población activa española ascendía a 22,97 M de personas. De esas, la población (teórica) ocupada a tiempo completo (el número equivalente de personas ocupadas a tiempo completo) ascendía a 17,45 M, por lo que la población “no ocupada a tiempo completo” era de 5,52 M. La misma EPA indica que la población verdaderamente parada era, a 31.12, de 4,326 M, luego la población parcialmente ocupada era de 1,194 M.

En base a lo anterior, y siguiendo con la aproximación, la tasa de ocupación a tiempo completo equivalente era, a 31.12.2009, en España, del 72,97% de la población activa, siendo la tasa de no ocupación a tiempo completo del 24,03%. Es decir, casi una persona de cada cuatro se hallaba desempleada o subocupada en España a finales del 2009 Ahora lo verdaderamente útil sería saber cuántas de esas personas que están ocupadas a tiempo parcial lo está en contra de su voluntad).

(Ayer fue la OCDE, el pasado Octubre el FMI: a la economía española le esperan unos años fatales. ¿Quién se extraña?: Uds. lo vienen leyendo aquí, la última vez el 08.02.2010: http://www.lacartadelabolsa.com/index.php/archivo/articulo/mis_previsiones_espana_se_acerca_cada_vez_mas_a_lo_que_se_denomina_tormenta/. (Y para saber más, ya saben: “El crash del 2010”, Ed. Los libros del lince).

En realidad la cosa incluso es peor: España va a estar muy mal, pero el resto, también, luego no vamos a tener quien nos eche una mano; y tampoco va a suceder que la cosa parezca que se vaya diluir porque convenga que se piense que va a ser así (Grecia). Nos vamos a encontrar en medio del fregado porque ya lo estamos, pero cuando se diga ya no va a haber paños calientes para nadie. Ya, ya: para lo que en el fondo sirven ...).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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