La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Pelea

Santiago Niño Becerra - Lunes, 19 de Noviembre Hay muchos tipos de peleas.

Pero las peores son aquellas ocasionadas por los recursos, por la pasta; y son las peores porque no corresponden a motivos viscerales ni son ocasionadas por un arrebato; las peleas derivadas de desencuentros en el reparto de pasta son larvadas, se van cociendo, y, cuando llega el momento, se desparraman invadiéndolo todo.

En díт­as pasados se han estado discutiendo los Presupuestos del Estado para el año 2008, y lo que de esa discusión de ha derivado ha sido la aparición de “los más bajos instintos”, por decirlo de un modo literario. ¿Por qué?, pues porque las regiones del reino no están de acuerdo en lo que cada una recibe del presupuesto de gastos, ni lo está con lo que, en comparación con ella, reciben todas las demás. La explicación que a ese tema se ha dado ha bebido, exclusivamente, en la políт­tica, en las desavenencias políт­ticas, en la lucha políт­tica entre los principales partidos del reino ante las próximas elecciones; y pienso que esa no es, ni de lejos, la verdadera explicación de esa pelea.

Esa pelea, las que anteriormente en relación al mismo tema ha habido y las las peleas que en el futuro habrá (peleas que no tendrán lugar porque lo que viene dará lugar a un método muy distinto en la asignación de los recursos), tienen su origen en el nacimiento de las denominadas CC AA y, concretamente, de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas de 22 de Septiembre de 1980, la LOFCA.

Las regiones españolas en su configuración actual nacieron por necesidad, no por convencimiento, y, por tal motivo, no fueron contemplados todos los elementos que deberíт­an haber sido contemplados. En el alumbramiento de las CC AA que hoy conocemos primaron tres cosas: desmontar el aparato centralista de un régimen que habíт­a estado ejerciendo tal centralismo durante 40 años, compensar los agravios comparativos que tal desmontaje iba a ocasionar, y crear clientes que, en una alternancia políт­tica más o menos estructurada, secundaran a los partidos que en esa alternancia iban a participar. Pero lo que no se tuvo en cuenta fue lo más importante: la capacidad real de tales regiones para existir y la capacidad real de España para tener y mantener un sistema regional como el que se estaba creando.

Porque digámoslo de una puta vez. El problema regional que tiene España es de pobreza relativa, no del porcentaje que del presupuesto de gastos se va a dedicar a la financiación autonómica. Para decirlo de otro modo; el problema no es que la región X reciba más que la región Y, los problemas son que hay poca tarta a repartir pero se ha acostumbrado a todas las regiones a que, si lloran, van a percibir más porque los que lloran son los partidos que en cada una de las regiones gobiernan, partidos que no dejan de ser más que las prolongaciones zonales de los que gobiernan a nivel de Estado o que, a cambio de que escuchen su llanto, apoyan a los que a nivel de Estado gobiernan.

El tema de la financiación autonómica ha sido llevado por una ruta políт­tica cuando es un tema puramente técnico, como el urbanismo (y el ejemplo es intencionado). La LOFCA fue un instrumento políт­tico, por lo que la financiación autonómica fue un quehacer politizado. Nunca habrá entendimiento en las cuestiones de financiación regional, nunca, por la sencilla razón de que es imposible. Punto, no hay más que decir.

Por consiguiente, estas peleas finalizarán en el momento en que “lo políт­tico” deje de delimitar y de determinar los comos de la financiación regional, y eso va a llegar, pronto. Será en el mismo momento en que se hunda la cantidad a repartir y los criterios de reparto se guíт­en, únicamente, por la verdadera necesidad del gasto.

Entonces la LOFCA pasará a ser historia, y quienes a su sombra han levantado una forma de vida tendrán que buscarse otro cobijo. Uds. lo verán, y yo también.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]
Lo más leído hoy en La Carta