La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Población activa y población ocupada Ѣ€“  y 2

Santiago Niño Becerra - Martes, 15 de Diciembre Estábamos con las ideas vertidas por la Señora Ministra de Economía el día 3 de los corrientes y, en concreto, con los Países Bajos.ilustración

Tal vez me perciban especialmente indignado, lo que es cierto, ¿por qué?, por el ejemplo tomado. Los Países Bajos eran una potencia comercial en el siglo XVII, y en el XIX eran una de las columnas industriales y financieras de Europa; en las mismas centurias, España era un cadáver imperial y, en su práctica totalidad, un gran coto de caza al servicio de una docena de familias. La Señora Ministra podía haber cogido otro ejemplo, pero no, va y se le ocurre coger ese. En fin.

Para que la tasa de trabajo a tiempo parcial española se aproximase a la holandesa lo primero que debería suceder es que las estructuras económicas, sociales y demográficas de ambos países convergieran; luego que lo hiciera su tipo de PIB; posteriormente las productividades de sus subsectores y las rentas de sus ciudadanías; y entonces, y sólo entonces, la población ocupada española comenzaría a demandar trabajo a tiempo parcial. De nuevo: en fin. (Claro que siempre queda una opción: forzar la reducción de jornada en línea con el reparto del tiempo de trabajo).

Continuando con el tema del trabajo (ya que estamos en ello, ¿no?) ahora el Gobierno se pone a renegar de las prejubilaciones. Mi interpretación: ya no están de moda; ¿por qué?, pues porque salen ultracaras. Ya, ya, hoy salen igual de caras que ayer y ayer las promocionaban hasta en la sopa, pero es que “las circunstancias han cambiado” (lo que no acepto es que se olvide).

En España, sobre todo en los últimos diez años, las prejubilaciones han sido utilizadas, conscientemente, como herramienta para que la tasa de desempleo no subiese más de lo que ya subía utilizando esa herramienta. Una compañía (grande) llegaba a la conclusión (cierta) de que ya no necesitaba al 20% de su plantilla. ¿Qué hacía?, lo prejubilaba, y las Administraciones lo incentivaban y lo bendecían. La empresa se quitaba un lastre de encima, los sindicatos se desprendían de un muerto, los Gobiernos -municipal, regional, nacional- arreglaban sus estadísticas, y quienes se iban a casa lo hacían con el bolsillo más seguro que si hubieran sido despedidos. El dinero público jugaba una función, claro, pero ese dinero es de todos. El caso más sonado lo recordarán: aquella compañía que prejubiló a trabajadores de 48 años de edad (y porque no le dejaron bajar más en la escala de edades, que si no ...). Pero ahora salen con que las prejubilaciones son pecado mortal. ¿Qué ha pasado de lo que no nos hemos enterado?.

Entiendo que, básicamente, tres cosas. 1) Se es consciente de que la demanda de trabajo es claramente decreciente, por lo que las necesidades de factor trabajo van a ir a la baja lo que, de seguir con el esquema anterior, dispararía las peticiones de procesos prejubiladores, 2) la cantidad de fondos de los que el Estado va disponer muestra una tendencia decreciente, por lo que cada vez podrán ser atendidas un menor número de solicitudes de procesos de prejubilación, y 3) el escenario descrito no es causa de una recesión puntual, es decir, no es coyuntural; va a ser consecuencia de una crisis sistémica con implicaciones metaestructurales. Ante ese panorama, reducir o eliminar el gasto en prejubilaciones y alargar la edad de jubilación es una opción; y si una empresa quiere prescindir de factor trabajo, que pague por despidir (ya, ya: si puede).

Lo más increíble (al menos para mi) es el giro que se da a las cosas: “Nos felicitamos de que el estado de opinión haya cambiado”: Señor Carlos Ocaña al referirse a la reforma laboral el pasado Jueves 3. (El País 04.12.2009, Pág. 20). Es el “yo me lo guiso yo me lo como”, el “ayer interpreté lo que era conveniente, hoy interpreto como conveniente lo que hoy es”.

¿Qué estado de opinión ha cambiado?, ¿el del 56% de la población que tiene problemas para llegar a fin de mes?, ¿el de los cuatro millones de desempleados?, ¿el de las personas que tienen que aceptar ser subempleadas para poder ser subremuneradas?, ¿el de quienes llevan más de un año buscando un empleo que se acerque a su nivel de cualificación?, ¿el del millón de hogares en los que la totalidad de sus miembros se hallan desempleados?, ¿el de los ayuntamientos que se hallan en una situación de quiebra técnica?, ¿el de las empresas que sólo puede existir a base de créditos?, ¿el de las entidades financieras cuyas deudas alcanzan el 40% del PIB del reino?, ¿el de la población que forma parte de ese 20% que es oficialmente pobre?. ¡Por favor!; ¿qué estado de opinión ha cambiado?.

(Aún no es el momento: Abou Dhabi ha realizado un préstamo de diez mil millones a Dubai (para que atiendan los bonos islámicos, pero en el fondo, pienso, tanto da), y el Hypo Group Alpe Adria, el sexto banco austríaco, será nacionalizado. Penúltimo acto: aún no es el momento). 

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]