La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

¿Por qué Alemania debería apoyar a las regiones más pobres españolas si incluso Cataluña no lo hace?

Carlos Montero - Lunes, 29 de Octubre

La mayoría de los comentarios de los analistas económicos sobre el nacionalismo catalán se centran en si esto es algo que tendrá repercusiones fuera de España. ¿Deberíamos preocuparnos si Cataluña consigue un poco más de autonomía fiscal o incluso la independencia?

En primer lugar, vamos a recapitular. La mayoría de los analistas creen que la independencia completa es muy poco probable en el corto plazo, y estamos de acuerdo. El Gobierno central dispone de todo un arsenal de medidas legales que puede utilizar para evitar incluso un referéndum sobre el tema.

Alex White, economista de JP Morgan en Londres, señala que la Constitución española de 1978 no permite referendos regionales; conforme a la Constitución tal como está, no hay manera de que incluso se pregunte a los votantes catalanes por su opinión sobre una mayor autonomía fiscal, por no hablar de la independencia. En la práctica, se puede cambiar la constitución, el Gobierno español la ha modificado recientemente para introducir las normas presupuestarias implicadas en el Pacto Europeo Fiscal, que fue instituido mediante el uso de una enmienda constitucional. El presidente Mas tendrá un fuerte caso político para asegurarse un referéndum si Convergència i Unió triunfa en las elecciones de noviembre. Si el Gobierno rechaza las peticiones de referéndum con objeciones constitucionales, habría que esperar una escalada del sentimiento independentista en Cataluña.

Y, por supuesto, Cataluña tendría que solicitar su adhesión a la UE, al igual que cualquier otro país, y requerirá el voto de España para ser admitid. Y esto es poco probable, y me quedo corto.

El economista de JP Morgan dice que si Cataluña logra la independencia, probablemente tendrá que volver a solicitar la entrada como miembro de la zona del euro y de la Unión Europea en su conjunto (el gobierno catalán ha indicado que desea ser miembro de las dos). El proceso de solicitud para ser miembro, con arreglo al artículo 49 del Tratado Europeo, podría presentar dificultades significativas. La solicitud podría llevar un tiempo considerable, incluso en los escenarios más benignos, e imponer costos significativos de transición. Los comentarios de Viviane Reding, la comisaria europea de Justicia, durante las últimas semanas sugieren sin embargo que las instituciones de la UE estarían dispuesta a asumir una actitud constructiva hacia una solicitud de adhesión de Cataluña (hay alguna posibilidad de que la UE pudiera permitir que se adopte el trabajo de base para una solicitud antes de la independencia si esta es la ruta que toma la región).

Así, mientras que el líder Artur Mas habla de independencia, probablemente sabe muy bien que lo más que consiga en el corto plazo es más autonomía fiscal. Otras regiones, como Navarra y el País Vasco, han negociado sus propios modelos que limitan las transferencias netas fiscales al gobierno central, y Cataluña probablemente consiga al final algo similar, dice Masa Serdarevic en un artículo en Financial Times.

Sin embargo, incluso si el problema catalán se resuelve con una región cada vez más autónoma, tiene el potencial de iniciar una bola de nieve en forma de problemas.

El más obvio: otras regiones españolas también van a exigir un acuerdo similar. ¿Cómo afectaría esto la posición fiscal del gobierno central?

Pero el debate catalán en realidad plantea una cuestión mucho más grande que va directamente a la esencia de la zona euro en su forma actual. Como dice White:

"¿Por qué los alemanes deberían apoyar a las regiones más pobres españolas si la propia Cataluña no lo hace?

... si no está dispuesta a subvencionar a las regiones más pobres de España, ¿por qué tienen que hacerlo Alemania y otros países del norte de Europa? Esta es la misma pregunta que los miembros del FMI (por ejemplo, China) demandan a la zona euro en su conjunto en su gestión de la crisis."

Es una muy buena pregunta. Una cosa es que los chinos no quieran apoyar a Europa, y que los alemanes no quieran apoyar a los griegos - pero si los catalanes no quieren apoyar a sus propios compatriotas, ¿no plantea esto serias dudas sobre el proyecto de Unión Europea a un nivel más amplio?

Con las elecciones catalanas el 25 de noviembre coincidiendo con una creciente conciencia de que Grecia necesitará otros 30.000 millones de euros en ayudas, así como los crecientes problemas de financiación de España, va a ser difícil ignorar el problema.

Fuentes: Masa Serdarevic - Alex White




[Volver]